Monday, April 25, 2011

AL DURO Y SIN CARETA

AL DURO Y SIN CARETA
25-04-2011.
René Gómez Manzano
Abogado y Periodista Independiente

(www.miscelaneasdecuba.net).- Tradicionalmente, los comunistas en el
poder prefirieron las elecciones en distritos uninominales con un solo
candidato, método que Clement Attlee bautizó como carreras de un solo
caballo. En Cuba, desde 1992, los diputados —nunca menos de dos— son
escogidos por municipios o distritos, pero también aquí el número de
candidatos iguala al de las curules.

Para este tipo de elecciones, los castristas idearon el "voto unido":
basta una cruz para sufragar por todos. Parafraseando al antiguo premier
británico, son carreras de varios caballos en las que todos ganan.

Como diría un mexicano, falta lo mero principal: la posibilidad de
escoger entre distintas propuestas políticas, de cambiar pacíficamente
—llegado el caso— al equipo gobernante. O sea: que en realidad no hay
democracia.

Pero, según el marxismo-leninismo ortodoxo, lo anterior está reservado
para "las masas", pues se supone que dentro de la "vanguardia
consciente", es decir, dentro del partido único, rijan los principios
del centralismo democrático.

Esta concepción teórica no deja de ser exclusivista, máxime cuando esa
organización política es, por definición, elitista. En Cuba, por
ejemplo, tiene unos 800.000 miembros: apenas el 7 por ciento de la
población. Pero resulta que ahora se acabó la democracia incluso dentro
del Partido Comunista.

Todo comenzó al escoger a los delegados al congreso. No queriendo
organizar elecciones generales internas, los comunistas criollos optaron
por seleccionar a sus representantes en juntas compuestas únicamente por
los secretarios generales de los núcleos de la organización política en
cada municipio.

En definitiva, una vez que la burocracia partidista designó a los mil
delegados al congreso, correspondió a la comisión organizadora de éste
(seleccionada de antemano ya se sabe por quiénes) elaborar una
candidatura para el Comité Central.

El detalle final aparece en primera plana del Granma del martes 19. Se
ven allí unas boletas en cuyo reverso supongo que aparezca la lista de
candidatos. También quiero imaginar que los delegados que desearan votar
solamente a favor de algunos de ellos (no de todos), podían hacerlo
marcando el correspondiente rosario de cruces.

Pero lo cierto es que, en su anverso, las boletas tienen un círculo para
realizar el "voto unido". O sea: que el mismo sistema concebido para la
"plebe inconsciente", ¡se aplica ahora también a los escogidos entre los
escogidos, a la crema del propio partido!

¿Habrá optado alguno de delegados por ejercer su derecho a votar
únicamente por aquellos candidatos que considere dignos de ocupar
puestos en el Comité Central! Me inclino por la negativa.

Sólo tenemos que imaginar a ese delegado-héroe apartándose del montón
para ponerse a escoger entre una serie de nombres, mientras todos los
demás marcan apresuradamente la cruz del "voto unido" y depositan la
boleta en la urna, ¡para colmo, sin siquiera doblarla! Si eso es una
votación secreta…

Seguramente los actuales dirigentes recordaron al par de delegados que,
en el congreso de Santiago de Cuba, no votaron por Fidel Castro; y al
grupito de diputados a la Asamblea Nacional que eludieron marcar una
cruz junto al nombre de Machado Ventura para miembro del Consejo de
Estado. ¿Tal vez pensaron que en esta ocasión el número de disidentes
podría ser mayor?

Mientras no me demuestren lo contrario, creeré que ese sistema de
elección (de algún modo hay que llamarlo) representa una coacción grave
ejercida por el grupito de gerontócratas sobre el mismo partido al que
atribuyen la condición de "fuerza dirigente superior de la sociedad y
del estado".

Con Raúl Castro, el juego es al duro y sin guante, y para colmo, ¡ahora
también se han quitado las caretas!

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32060

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