Thursday, April 14, 2011 | Por Laritza Diversent
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) – "No creo que la conexión por
cable mejore el acceso de los cubanos a internet, ni tampoco que eso
represente más libertad en Cuba", afirmó Yordanka Rodríguez. La joven,
de 23 años, utiliza en las madrugadas la línea fija del teléfono de su
hogar y una cuenta perteneciente a una institución estatal, para hacer
amistades.
"En internet busco una carta de invitación o un matrimonio, quiero vivir
como persona, sin pensar cada cinco minutos que me puedo meter en
problemas. Para vivir así tengo que irme de aquí", confiesa Rodríguez.
En 1996, Cuba se conectó oficialmente a internet, y el gobierno declaró
que el acceso a los servicios de redes informáticas de alcance global
tendría carácter selectivo y estaría regulado. En 2000, el propio
gobierno estableció un punto único de acceso a la red internacional,
para controlar las interconexiones de los usuarios nacionales.
Según el Ministerio de la Informática y las Comunicaciones (MIC), los
soportes internacionales encarecen "el servicio y reducen su
fiabilidad". "Tengo que utilizar proxis para acceder a determinadas
páginas, ninguna de contenido político, porque ahí si me meto en
problemas", afirma Yordanka.
Una de las constantes preocupaciones del gobierno es que, la información
difundida en internet "sea fidedigna, y la que se obtenga esté en
correspondencia con principios éticos, y no afecte los intereses ni la
seguridad del país".
En el año 2000, el gobierno también reglamentó el acceso de las
entidades a internet para evitar el comprometimiento de la información
oficial. Desde sus inicios, la política gubernamental estuvo encaminada
a priorizar "en la conexión, las personas jurídicas y las instituciones
de mayor relevancia para la vida y el desarrollo del país".
Desde hace más de una década, los directores de las entidades de los
Organismos de la Administración Central del Estado (OACE), solicitan
mediante carta a su ministerio, autorización para que trabajadores
seleccionados accedan a los servicios de internet desde sus residencias.
"El acceso a la web es para los que estén políticamente comprometidos
con el sistema y los que tengan dinero para pagar las necesidades de
estos", comenta la joven, a quien, a cambio de 150 pesos convertibles
(CUC) mensuales, el administrador de redes en un centro laboral le
facilita acceso a internet.
"La cuenta que manejo es de una empresa, que es lo mismo que decir
ilegal. El acceso es por dial up, por tanto tengo que tomar medidas para
que no den con mi número telefónico", explica Yordanka.
El gobierno también autorizó a la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba
S.A (ETECSA), a emplear todos los medios técnicos necesarios para
impedir el acceso al servicio de navegación, desde líneas telefónicas
que operan en moneda no convertible.
Las medidas pretendían evitar la sustracción de contraseñas, "las
degradaciones intencionales y el uso fraudulento y no autorizado de este
servicio". De su aplicación se excluyó la relación de teléfonos
autorizados por los jefes de OACE que acceden a internet.
A pesar de las restricciones y el exceso de control, los isleños ven en
la red de redes un medio para ampliar sus horizontes. Desde una salida
del país hasta la promoción de servicios y mercancía. "Internet ofrece a
los cubanos una nueva vida, y por eso su acceso continuara siendo
selectivo y controlado", concluye Yordanka.
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