24-10-2011.
Angélica Mora
(www.miscelaneasdecuba.net).- Ha fallecido Laura Pollán, la fundadora de
las Damas de Blanco y su muerte está envuelta en el misterio. Sin
embargo, por justicia a su memoria, su fallecimiento no puede quedar sin
que se realicen las averiguaciones correspondientes al caso.
Desgraciadamente la opositora cubana fue incinerada, a las pocas horas
de haber fallecido, víctima de un paro cardíaco. Pero, los resultados de
una autopsia practicada en Cuba, no habrían sido muy creíbles tampoco.
En su caso, poco o nada se hizo para preservar su vida.
En el hospital Calixto García, donde fue internada, no hubo el
apresuramiento que se hace con los extranjeros llegados a Cuba para
diagnosticar y tratar sus males. Laura Pollán no era Hugo Chávez y menos
todavía Fidel Castro o algún otro personaje importante del gobierno de
La Habana.
Como consecuencia, esta paciente nunca se recuperó de los dos virus que
la aquejaban, sencillamente porque no hubo -durante sus 7 días de
internamiento- ningún tipo de tratamiento para combatirlos.
Pueden haberle puesto suero y oxígeno y haberle hecho una traqueotomía,
pero no hubo medicinas apropiadas para tratar los contagios del Virus
Respiratorio Sincitial (VRS) y luego del dengue, diagnosticados ambos
demasiado tarde.
Desgraciadamente, su sistema inmunológico ya estaba malogrado con el
estrés y desgaste en su constante lucha contra las fuerzas represivas
del Régimen... y su corazón no dio más y se detuvo.
En este momento, es honrar su memoria pedir justicia con el
esclarecimiento de su muerte.
La prensa oficialista de la Isla ha ignorado la muerte de esta gran
cubana. Sin embargo, la noticia de su fallecimiento llenó los espacios
informativos en el mundo libre.
El periodista Carlos Ríos Otero, miembro de la Agencia de Prensa
Independiente Hablemos Press, fue arrestado por notas escritas por él,
donde relacionaba la gravedad de Laura Pollán con otros casos de Damas
de Blanco que enfermaron tras ser pinchadas durante actos represivos.
En sus artículos el periodista -específicamente en el de "Vacunas
letales contra la disidencia cubana"- trató de la posible relación entre
el mal de la opositora y el arañazo que le infligieron en el último
ataque frente a su vivienda el 24 de septiembre pasado.
El periodista citó precedentes, como "las inyecciones" aplicadas a tres
Damas de Blanco que luego sufrieron mareos, vista nublada, fiebre,
pérdida de equilibrio, diarrea, náuseas, calambres, trastorno menstrual
y otros síntomas atribuibles a infección bacteriana o a sustancias tóxicas.
Para el régimen cubano es perentorio tratar de silenciar estos casos e
ignorar la muerte de Laura Pollán y otros fallecimientos sospechosos del
pasado.
En los anales secretos de la historia de Cuba hay cientos de miles de
fallecimientos atribuidos a la crueldad del Régimen de La Habana.
Sin embargo hay cuatro que apuntan directamente al gobierno de los
hermanos Castro:
La desaparición de Camilo Cienfuegos el 28 de octubre de 1959 es uno de
los misterios más discutidos en la historia de Cuba. El viaje de este
importante miembro de la Revolución se había originado cuando el
Comandante Huber Matos envió a Fidel Castro una carta, renunciando a la
jefatura de la provincia de Camagüey debido a la creciente influencia
comunista en la revolución. Castro envió a Cienfuegos para arrestar a Matos.
El 30 de octubre, el régimen declaró que Cienfuegos había desaparecido
dos días antes, cuando su avioneta despegó de Camaguey, de regreso a La
Habana. Nunca se encontró su cadáver ni resto alguno de la nave.
Las otras dos muertes, que tienen que ver directamente con las órdenes
de represión del régimen, son las de los opositores Orlando Zapata
Tamayo y José Wilfredo Soto. Ambos fallecieron a consecuencias de la
brutalidad de los órganos represivos.
Zapata murió luego de una huelga de hambre de 83 días con la que pedía
mejores tratos para los presos políticos y en la que lo dejaron morir de
sed al privarlo de agua.
José Wilfredo Soto de 46 años de edad, murió el Día de las Madres,
martes 10 de mayo del 2011, víctima de una golpiza propinada por agentes
de la policía en una plaza de Santa Clara.
Soto, luego de ser golpeado, fue arrestado y murió dos días después en
lo que el régimen de La Habana calificó "de muerte natural". Con
respecto a la muerte de Laura Pollán, desde un principio hubo dudas.
Envuelto en el misterio está la forma en que esta opositora contrajo los
virus que la llevaron a la muerte.
Sin embargo, están claras circunstancias en su hospitalización, donde se
destacan el poco empeño en apresurarse en el diagnóstico de los virus y
en no darle las medicinas apropiadas.
Por esto es perentorio que los gobiernos e instituciones libres y la
opinión pública internacional pidan que se indague sobre la crisis que
condujo a la muerte de Laura Pollán.
Asimismo, es necesaria una campaña para exigir que se indague sobre
varios precedentes de caso en que Damas de Blanco y de Apoyo han sido
inoculadas durante actos represivos. Es imperativo que el mundo libre
pida explicaciones sobre estos hechos al gobierno de Cuba.
Es la única manera de honrar la memoria de Laura Pollán, junto con
exigir que la lucha por lograr el espacio de Libertad, por el que dio su
vida, se abra para todos los cubanos. Sólo así sabemos que Laura Pollán
descansará en paz.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=34043
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