De veterano de guerra a opositor pacífico
Luis Felipe Rojas
Holguín 21-10-2011 - 10:25 am.
Eliecer Palma Pupo fue a Angola a los 18 años, participó recientemente
en la Marcha Nacional por la Libertad de Cuba, y habla para DDC.
Salió muy joven de su casa a combatir angolanos que disentían del
régimen que los gobernaba. Regresó como un héroe, con tres medallas de
calamina en el pecho (Internacionalista de Segunda Clase, por la
Victoria Cuba-RPA y la de Servicio Distinguido). Después se quedó sin
empleo porque reprodujo una frase del imaginario popular que se burlaba
de Fidel Castro y su camarilla. Ahí comenzó su verdadera guerra.
Marginado de la vida social cubana, atravesó varios obstáculos hasta
convertirse en un disidente público. De estos temas Eliecer Palma Pupo
quiso hablar con DIARIO DE CUBA
¿Dónde estuviste en Angola, qué fuiste a hacer, qué hiciste allí?
Me fui en el año 1987, con 18 años de edad. Me destacaron en un lugar
llamado Matala, en el sur de Angola. Después me llevaron a Lubango,
provincia de Huila. Fui chofer de un Teniente Coronel de las Tropas
Radiotécnicas de todo el sur de Angola; este militar luego fue
destituido aquí en Cuba por asuntos de faldas, que es algo muy común en
las fuerzas armadas cubanas. Yo no participé en ningún combate, pero
estuve en el frente y vi los horrores de la guerra. Perdí un amigo,
alguien de mi pueblo. Como muchos cubanos que participaron en esa
guerra, yo fui pensando que iba a hacer algo justo, fui a meterme en
algo que no debía.
En 1996 me hicieron militante del Partido Comunista de Cuba. Y dos años
después, precisamente un 24 de febrero, que es una fecha significativa
para tantos cubanos, fui expulsado de mi puesto de trabajo y de esa
organización política. Me mandaron a la calle, como un apestado.
¿Cuáles fueron las causas del despido? ¿Qué sucedió después?
Trabajaba en el Complejo Agro-Industiral "Urbano Noris", en San Germán,
Holguín. Copié en un papel una frase, un chiste que era como una
pregunta a Fidel de cuándo comeríamos camarones y tomaríamos cerveza,
pero consistía en que llevaba catorce letras "c", que a su vez coinciden
con el apellido del gobernante cubano. Eso fue todo. La policía política
cubana se encargó de lo demás. El entonces Primer Teniente Frank
González me citó mediante el director de la fábrica de azúcar y me
acusaron de animar el diversionismo ideológico y, por tanto,
determinaron dejarme cesante como Jefe de Aseguramiento del ingenio
azucarero.
El hoy Mayor Rodolfo Cepena se ocupó de la persecución posterior. Fui
despedido ocho veces de centros de trabajo. Adonde quiera que iba me
decían que era un desafecto de la Revolución, que no podía administrar
recursos del Estado. Incluso en la cooperativa "Héroes del Moncada", en
2006, la Jefa de la Fiscalía Municipal, la señora Maricelis Olivera, se
puso de parte de la Seguridad del Estado y ordenó violar el reglamento
interno de la cooperativa. Entonces volví a quedar fuera del trabajo,
porque ella presionó a los que estaban a mi favor, exponiendo que mi
conducta contraria a la Revolución afectaba al colectivo de trabajadores.
Fuiste miembro de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana
(ACRC), ¿Qué puedes contarnos de esa asociación?
La ACRC es una organización en donde te incluyes por ser veterano de
guerra y nada debiera de excluirte de esa condición, pero yo fui
expulsado de ella. De ahí que me he "perdido" los posibles beneficios
que eso me traería, alguna prebenda, como que me vendieran algunos
alimentos a precios diferenciados o que me eximieran de algunas deudas
por esos equipos electrodomésticos que ahora les han vendido a todos los
cubanos.
Por lo demás, me libré de pagar diez pesos por ser asociado, reuniones y
otros compromisos a los que someten a esta gente. Cualquiera sabe que a
estos llamados "combatientes" no les prestan la más mínima atención.
Te incorporaste a la disidencia de manera activa, hace poco se te vio en
la Marcha Nacional por la Libertad de Cuba, en Baracoa. ¿Estás conciente
de lo que acabas de hacer?
Sí y lo haría mil veces más. Las autoridades me empujaron a ser un
disidente público, porque en Cuba muchas personas están en contra del
gobierno y no lo dicen, o la policía política no se entera. Ahora tengo
un compromiso con los métodos pacíficos de protesta social, de
enfrentarme al régimen y no pienso ceder por muchas presiones que me
impongan. Ya me he enfrentado a detenciones arbitrarias, a que rodeen mi
casa para que no participe en lo que hace la oposición, pero ya di un
paso adelante y no pienso ceder. Quiero ver a Cuba libre y sé a lo que
me expongo —yo y mi familia— con esto.
Hay un criterio bastante generalizado de que Cuba está cambiando, ¿Están
cambiando los cubanos?
El gobierno no ha cambiado en nada en cuanto a su respuesta con el
pueblo cubano. Ahora hay más represión que hace unos años atrás, hay más
pobreza, están despidiendo a trabajadores y dejándolos en la calle. Yo
no sé donde otros ven los cambios, pero yo no los veo.
Ahora, en cuanto a los cubanos no creo que estén cambiando, el hecho de
que estén criticando al gobierno en la cola del pan no quiere decir que
sea un cambio. Hay mucha gente con miedo. Hasta el régimen está alerta
por lo que pueda pasar. El descontento popular, la poca credibilidad, el
aumento de la misma represión: todo eso es parte de que algo se mueve,
pero todavía no se ve un cambio real.
http://www.ddcuba.com/cuba/7652-de-veterano-de-guerra-opositor-pacifico
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