Otra vez la cárcel
Jueves, Abril 26, 2012 | Por Jorge Olivera Castillo
LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org -El retorno del opositor José
Daniel Ferrer a su hogar no parece estar entre los planes inmediatos de
las autoridades. Desde su arresto, ocurrido el 2 de abril, lo mantienen
detenido en el cuartel de la policía política en Santiago de Cuba, en
espera de un juicio por varios cargos, aun sin confirmación legal,
vinculados a su activismo a favor de un cambio pacífico hacia la democracia.
Descabezar el movimiento que Ferrer logró articular con gran coraje y
perseverancia, es indudablemente el propósito de los represores. El
temor a perder el control en la segunda ciudad más importante de Cuba,
explica la decisión del régimen.
El gobierno sabe que en las calles está el germen de una revolución,
siempre frustrada en el pensamiento de miles de ciudadanos a causa del
miedo, y José Daniel había logrado avances en la concientización de la
población santiaguera respecto a la necesidad de vencer esa barrera.
La aparente determinación de llevar a prisión a los activistas más
beligerantes, se aleja del diseño represivo prevaleciente en los últimos
tiempos, que parecía limitarse al uso de los actos de repudio, las
amenazas, las campañas de desprestigio, las detenciones de corta
duración y el arresto domiciliario, antes que abrir procesos penales y
condenar a prisión a los presuntos infractores. En aras de la
estabilidad, el gobierno parece estar dispuesto a pagar el precio de
posibles condenas internacionales por su actitud represiva.
Si finalmente se realizan los procesos judiciales contra la docena de
arrestados en Santiago de Cuba, incluido José Daniel, quedaría
demostrado que el respeto a los derechos humanos no está contemplado
dentro de los posibles cambios planeados para Cuba. Esto, además de
enviar una contundente y grave señal para quienes han asumido posturas
independientes dentro de la Isla, dejaría claro que las directrices e
implementación del cambio están, única y exclusivamente, en manos de los
comunistas.
Son varios los factores que hacen posible al gobierno asumir esa
actitud. Entre ellos, la sofisticación de sus métodos de control y
represión, los garrafales y recurrentes fallos tácticos y estratégicos
de la oposición y la fatalidad geopolítica de que Cuba no sea una
prioridad para los centros de poder mundial.
La suerte de los detenidos en Santiago de Cuba en la ola represiva del 2
de abril está a punto de sellarse. Si no todos, es casi seguro que los
más activos permanecerán tras las rejas por un tiempo. Para mantenerlos
encerrados, a la dictadura no le hace falta ni siquiera realizar un
juicio. No serían los primeros en estar más de un año en la cárcel sin
haber sido llevados ante un tribunal.
José Daniel sería el primero del Grupo de los 75 que retorna a la
prisión. Esta vez lo condenarían por desorden público y otros delitos
asociados a su lucha política contra el totalitarismo.
En la Primavera Negra, en marzo de 2003, él fue sancionado a 25 años y
cumplió algo más de 7. Permanecía en la calle bajo una Licencia
Extrapenal por motivos de Salud, un subterfugio jurídico que no anula la
condena.
La dictadura no parece estar dispuesta a ceder. Algunos de los que, como
Ferrer, han apostado por situarse fuera de los límites impuestos,
tampoco, a pesar de los riesgos.
El destino de opositores y disidentes sigue marcado por cuatro
alternativas: el acoso sistemático, la cárcel, el destierro y la muerte.
José Daniel soporta hoy las terribles circunstancias de una prisión
provisional, pero un peor desenlace parece ensombrecer aún más su futuro.
oliverajorge75@yahoo.com
http://www.cubanet.org/articulos/otra-vez-la-carcel/
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