La inercia estéril de nuestras universidades
En Cuba, el estudiantado universitario y la Universidad como institución
no logran ser participantes activos en los procesos de pensamiento y
diálogo social
Nadia García, La Habana | 22/02/2012
La Habana vive intensamente la Feria Internacional del Libro, evento que
atrae masivamente a la población capitalina y a la prensa. Es de esta
manera que el VIII Congreso Internacional de Educación Superior
"Universidad 2012", ha terminado con un impacto muy pobre en el panorama
nacional, que se limita a la mención de intervenciones realizadas por
intelectuales como Frei Betto y Adolfo Pérez Esquivel.
El premio Nobel de la Paz argentino, muy a tono con el lema del Congreso
("La Universidad por el desarrollo sostenible") intervino abogando por
una educación superior que no priorice la especulación financiera ante
los intereses comunes de los pueblos.
No se podía esperar demasiado de las actuaciones de la delegación
cubana. Todas repitieron el ritual de mencionar los logros de la
educación cubana a partir de 1959, donde no faltó la Campaña de
Alfabetización, así como datos sobre el número de instituciones y
graduados universitarios. Los organizadores de la cita muestran al
modelo educacional cubano como referente obligatorio y borran de un
plumazo sus profundas deficiencias.
Las palabras de Frei Betto en el evento arrojan un poco de luz sobre
nuestros más acuciantes problemas: "Es hora de pensar la universidad
como una instancia crítica de la sociedad"… "tiene que ser un centro de
movilización"[1]. En Cuba, el estudiantado universitario y la
Universidad como institución no logran ser participantes activos en los
procesos de pensar la sociedad o dialogar con esta.
Es fácil encontrar los momentos que marcaron la ruptura de los nexos que
existían entre los principales centros cubanos de estudios y los
procesos de construcción de la nación. Fueron tal vez las palabras
pronunciadas por el guerrillero Guevara en Santiago de Cuba y en la
Universidad de Las Villas, a algunos meses del 1 de enero de 1959. El
Che consideraba que solo el llamado Gobierno Revolucionario tenía la
potestad de fijar las características y cantidad de las carreras
universitarias a impartirse, e impuso a la juventud la obligación de
incorporarse sin vacilaciones a los puestos que se le asignaran. Para el
guerrillero, la integración de de la Universidad con el Gobierno
Revolucionario no debía provocar reacciones y acuñó que nunca un
estudiante revolucionario podía ser ni siquiera adversario del
Gobierno[2]. Si bien la Reforma Universitaria que entró en vigor el 10
de enero de 1962 extendió el acceso a la enseñanza a la mayoría del
pueblo, terminó legitimando ideas como las anteriores.
A 50 años de nuestra última Reforma se realiza este VIII Congreso
Internacional, mientras muchos representantes del resto del mundo
denuncian las difíciles situaciones que viven sus Universidades, la
delegación cubana se pavonea, finge haber cumplido y representar los
intereses e ideales de la Reforma cordobesa.
Detrás del telón del teatro del Palacio de las Convenciones la verdad es
otra, nos encontramos una Universidad secuestrada por el Estado/
Partido, sin muchas más opciones que hacerle el juego a la casta en el
poder. Una Universidad para los revolucionarios a lo Guevariano, donde
las tensiones y protestas son diluidas mediante amenazas de expulsión,
donde las tesis de grado son analizadas bajo el ridículo lente de la
"ideología partidista" que convierte estudios sobre Néstor Almendros o
León Trotsky en temas tabú. Universidad en la que no se respeta la
libertad de cátedra y se eliminan aquellos círculos de pensamiento que
no responden a las directrices de una Federación Estudiantil manipulada
por la UJC.
La palabra autonomía por la que tanto luchó el estudiantado
universitario de la Isla fue escondida en el mismo lugar que la palabra
huelga (tan necesaria a los trabajadores). Los universitarios cubanos no
juegan ningún papel a la hora de elegir o destituir sus propias
autoridades. No intervienen en la creación de los planes de estudio de
las diferentes carreras, estos son ideados por los ministerios y se
adoptan de forma automática. Los estudiantes no son puestos al tanto, ni
participan de los manejos financieros y sus docentes nunca más han sido
elegidos por oposiciones de carácter público. Nada más alejado de la
Reforma argentina de 1918 o de la cubana de 1923. En estos momentos se
vive una extrema falta de mecanismos horizontales mientras se demoniza a
aquellos que se atreven a pensar diferente y expresar sus opiniones en
diversos espacios como es el caso de los blogs. Lo anterior ha derivado
en la apatía política del estudiantado y su desconexión con la realidad
del país.
Comprender que tenemos un Gobierno que ha cortado cualquier mecanismo
que permita el control por parte de los ciudadanos, que no existen
procesos válidos de rendición de cuentas ni una verdadera
responsabilidad social por parte del Estado hace repensar en la
necesidad de autonomía y libertad académica para las universidades de
Cuba. Sobre todo en los momentos actuales, en los que bajo los nuevos
Lineamientos con tintes descaradamente neoliberales se pretende atender
a la educación de los jóvenes en función de las demandas del mercado o
de los pactos que logren hacer nuestros "hábiles" dirigentes. Las
universidades cubanas han terminado siendo el reflejo de nuestra
sociedad decadente y nos muestran el lamentable espectáculo de una
inercia estéril que necesita ser rota para avanzar hacia verdaderos
cambios políticos y sociales.
[1] Señala Frei Betto retos de la educación superior, Dailyn Ruano
Martínez, 15/2/2012.
[2] Discurso al recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad
Central de Las Villas, Ernesto "Che" Guevara, 28/12/1959.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/la-inercia-esteril-de-nuestras-universidades-274201
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