¿Hacia dónde va Cuba?
Los cubanos solo reciben informaciones deformadas sobre lo que acontece
en Siria, a través de las declaraciones de los representantes del
Gobierno sirio, visitantes asiduos, y medios de prensa controlados
Miriam Leiva, La Habana | 23/02/2012
El Gobierno cubano ha considerado la Asamblea General el más prestigioso
foro de la Organización de las Naciones Unidas, como expresión de la
mayoría de los miembros, si bien sus resoluciones no son vinculantes, o
sea, de obligatorio cumplimiento como las del Consejo de Seguridad. Así
se proclama desde La Habana cuando año tras año se aprueba
mayoritariamente la resolución demandando el fin del embargo económico
de Estados Unidos a Cuba, al tiempo que se lanzan improperios contra
países que votan en contra o se abstienen.
Parece que en los últimos tiempos los integrantes de la ONU están
obnubilados, y solo la minoría es capaz de percibir la realidad, incluso
más que los pueblos levantados en el Medio Oriente. Siria es la más
reciente muestra. El apoyo a ultranza mantenido por Cuba a Bashar al
Asad se asemeja al conferido a Muamar el Gadafi, si bien las situaciones
tienen sus particularidades. Posiblemente los consejos a los aliados
hayan sido contraproducentes, pues en lugar de ayudarlos a la
concertación y hasta aprovechar las ofertas de salida antes de que el
derramamiento de sangre los pusiera frente a un tribunal, los ha
acompañado hacia un trágico final.
La Asamblea General de la ONU adoptó una resolución que demanda al
Gobierno sirio el cese de la violencia y la búsqueda de solución al
conflicto armado, el 6 de febrero. Fue aprobada con 137 votos a favor,
12 en contra y 17 abstenciones. Tenía como antecedente la resolución del
22 de noviembre de 2011 que condenaba la represión contra la población
civil y pedía el fin inmediato de la violencia que ya había causado
3.500 muertos. En ambas coincidieron en contra: Cuba, Venezuela,
Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Irán, Siria, Corea del Norte, Bielorrusia y
Zimbabue. Rusia y China se abstuvieron en la primera ocasión, pero
votaron en contra durante la última. Incluso el Consejo de Derechos
Humanos, donde Cuba y los países del ALBA se ufana de avanzar sus
posiciones, aprobó una resolución de condena a la represión por el
Gobierno sirio el 21 de noviembre.
En cuanto a Rusia y China, se conoce que han obstruido la aprobación de
resoluciones en el Consejo de Seguridad en octubre de 2011 y el 3
febrero, aunque los textos negociados no condenaban sino que pedía al
Gobierno sirio la búsqueda de entendimiento y el cese de la violencia.
Muy activas han estado las máximas autoridades de ambos países, porque
la caída de Al Asad lesionaría muy seriamente sus intereses en la zona.
En este caso no se ha previsto una intervención armada por la OTAN como
en Libia, y la Liga Árabe ha presentado proyectos de resolución junto a
los países occidentales. Indudablemente la situación es muy complicada,
y al parecer las fuerzas contrarias al régimen sirio no son homogéneas y
elementos de Al Qaeda se han introducido en el país. Están en juego
también Israel, Irán, (Hezbollah) del Líbano.
Los cubanos recibimos las informaciones deformadas sobre lo que acontece
en Siria, a través de las declaraciones de los representantes del
Gobierno sirio, visitantes asiduos, o del corresponsal de Telesur, muy
próximo al régimen, las Mesas Redondas de la televisión y los periódicos
nacionales. Las autoridades isleñas se significan con los regímenes más
opresivos, que están quedando en notable minoría, y se arropan cuando
los pueblos están derribando a sus opresores. Mientras, apoyan los
reclamos de Argentina sobre las Islas Malvinas y son estrechas aliadas
de Irán que fraguó atentados terroristas contra centros judíos en el
país austral.
Incluso cuando parecía que Cuba avanzaba hacia el entendimiento y la
integración con su región, junto a miembros de ALBA insiste en erosionar
la VI Cumbre de las Américas a celebrarse en abril próximo, sin que al
parecer mediara una previa comunicación diplomática con el anfitrión,
Colombia. El 22 de mayo se cumplen 40 años del viaje de Nixon a China,
que comenzó las relaciones de Estados Unidos con esa paupérrima y
cerradísima nación entonces, viabilizó su ingreso en el concierto
internacional, y contribuyó a la apertura del actual gran emergente.
Este febrero, a pesar de los desencuentros en el Consejo de Seguridad y
diversos temas cruciales, o precisamente por ellos, el vicepresidente y
casi seguro próximo presidente chino, Xi Jinping, ha sostenido
conversaciones amistosas con Obama en Washington.
Cuba y Estados Unidos podrían avanzar en derroteros similares, pero en
La Habana se rehúsan a dar una oportunidad similar a la "Diplomacia del
Ping-Pong", iniciada el 14 de abril de 1971, al recibir en Beijing a un
equipo estadounidense, a pesar de los esfuerzos de la política proactiva
de la Administración Obama. El Gobierno cubano perdió el momento
oportuno, ha ido cerrando nuevamente las posibilidades de diálogo, y
crea mayores dificultades en los meses previos a las elecciones
presidenciales norteamericanas. No desea el relajamiento de la
confrontación, el fin del embargo —bloqueo según el Gobierno cubano—, ni
el acercamiento entre los pueblos, para una nueva desilusión sobre el
avance de cambios en Cuba.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/hacia-donde-va-cuba-274244
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