Comunicado del Comité Ejecutivo del Instituto de Estudios Cubanos
IEC
Miami 17-03-2011 - 1:30 pm.
La nueva campaña inquisitorial contra personas de probada integridad
como Dagoberto Valdés, es tan repugnante como medieval. Rechazamos estos
métodos y exigimos su cese inmediato. Dagoberto y muchos otros no
crearon los graves problemas existentes hoy en Cuba. Su "pecado" es
hablar de ellos y ofrecer soluciones que no agradan a quienes detentan
el poder.
La atmósfera de "plaza intelectualmente sitiada" que ahora se fomenta
como justificación al establecimiento de nuevos y férreos controles
sobre las conexiones a Internet y el intercambio académico y cultural
es una contribución al empobrecimiento espiritual y material de la
sociedad en su conjunto. No es casual que los índices de conexión con
Internet de Haití y Cuba sean los más bajos del hemisferio occidental.
El enfoque policiaco de la tecnología no solo condena a la cárcel a los
disidentes y opositores sino a toda la sociedad y generaciones futuras a
la miseria.
En Cuba se vive una encrucijada decisiva que no se limita al forcejeo
entre la democracia y el autoritarismo o el Estado y el mercado. Lo que
está realmente en juego es la opción entre sumarse a la civilización
cibernética e insertarse de manera competitiva en los procesos mundiales
de globalización, o condenar a la sociedad cubana a un proceso sostenido
de involución y pobreza. China no habría podido sacar de la miseria a
cientos de millones de personas en breve tiempo si no hubiese
comprendido esa realidad.
Si la República prosperó económicamente se lo debió a su eficaz
inserción en el proceso civilizatorio industrial entonces en ascenso.
El desafío va mucho más allá del debate sobre el trabajo por cuenta
propia. El reto es civilizatorio.
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