Friday, March 18, 2011 | Por Laritza Diversent
LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) – La televisión cubana
trasmitió uno de los capítulos de la serie documental "Las Razones de
Cuba" donde el gobierno quemó a otro agente de Seguridad del Estado. Sin
embargo, no queda del todo claro el objetivo de estas "revelaciones",
que coincidieron en el tiempo con el enjuiciamiento del contratista Alan
Gross.
Tal vez intenten justificar la sentencia de 15 años de privación de
libertad, que ya habían decidido imponer los tribunales cubanos al
norteamericano, acusado de introducir en el país equipos de conexión
satelital. No obstante, la población de la isla desconoce y poco le
interesa la situación de Alan Gross. La prensa oficial ha dedicado
escasas notas para exponer su caso.
Por otra parte, los documentales no intentan convencer a la opinión
pública nacional de que Gross es un "mercenario al servicio del
imperio". De hecho ni lo mencionan. Al parecer el mensaje a la
ciudadanía es otro y está relacionado con la pérdida del control de la
información dentro de las fronteras de la isla.
La serie pretendió culpar al gobierno norteamericano de promover
acciones de subversión a través de las nuevas tecnología de la
información. Se esforzaron por mostrar una inteligencia militar
omnisapiente y omnipresente. Sin embargo, minimizó el impacto de estas
tecnologías en la población cubana.
La recepción clandestina de señales de televisión extranjera, se
convirtió en una alternativa para los cubanos, a las casi nulas opciones
de recreación y ocio dentro de la isla, y un lucrativo negocio, en auge
desde la década de los noventa, con el interminable periodo especial.
En Cuba las trasmisiones televisivas "no nacionales", están incluidas
por el gobierno dentro del servicio de telecomunicaciones, destinado
principalmente al turismo y al cuerpo diplomático.
A pesar de la cacería de brujas de inspectores del Ministerio de la
Informática y las Comunicaciones, los decomisos administrativos y la
imposición de multas que pueden superar los 10 mil pesos moneda nacional
(MN), miles de familias acceden a programas de televisión extranjeros.
Después que Estados Unidos generalizara el uso de la televisión digital
en su territorio, la adquisición clandestina dentro de la isla de
equipos de conexión satelital, se hizo imprescindible.
El precio de los equipos para captar la señal ronda en el mercado negro
los 350 y 400 pesos convertibles (CUC). Mantener el servicio cuesta de
10 a 15 CUC mensuales. Muchos subvencionan sus gastos, distribuyendo la
señal entre sus vecinos, mediante cables soterrados.
Otros graban los programas extranjeros en discos compactos y han
desarrollado una red de distribución que involucra a miles de bancos de
películas en todo el país. El alquiler a domicilio de discos compactos
con novelas, series y programas televisivos extranjeros, principalmente
de las televisoras de habla hispana norteamericanas, también se ha
perfeccionado.
Los reporteros de la serie Las Razones de Cuba satanizaron los equipos
de conexión satelital para la recepción de señales televisivas,
presentándolos como un problema político y de seguridad nacional.
Mostraron todo el potencial de Seguridad del Estado, pero minimizaron el
impacto social que están teniendo estos equipos y el ingenio de la
población cubana para camuflarlos dentro de sus hogares.
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