Wednesday, December 7, 2011

La realidad cubana y lo que nos dice la prensa de ambos lados

Prensa, Exilio

La realidad cubana y lo que nos dice la prensa de ambos lados

En ambas orillas del estrecho de La Florida los medios dan una versión
del otro lado que tiene más que ver con deseos y mitos que con realidades

Eugenio Yáñez, Miami | 07/12/2011

Leyendo la prensa oficial en La Habana tenemos la sensación de que todo
marcha pésimamente en el mundo, pero de maravillas en el paraíso
proletario, y que los pocos problemas que existen —en caso de que
existieran— se resolverán de un momento a otro. Guiándonos por buena
parte de los medios de prensa de Miami, parece que la caída del régimen
totalitario en Cuba es cuestión de horas, que ni siquiera todos los
miembros del buró político del partido apoyan a Raúl Castro, y que los
cubanos en la Isla sueñan con repetir Miami en toda Cuba.

Esa prensa de Miami nos habla de la rampante corrupción que existe en
Cuba —hecho evidente que no admite cuestionamiento—, como si en Miami
sobraran ejemplos de probidad y se dispusiera de miles de incorruptibles
Robespierres velando por los intereses de los contribuyentes. La prensa
oficial cubana, por su parte, habla de la rampante corrupción que existe
en Miami —hecho evidente que no admite cuestionamiento— como si en La
Habana sobraran ejemplos de probidad y se dispusiera de miles de
incorruptibles Robespierres acompañando a la contralora general Gladys
Bejerano y al inefable "Alejandrito" Castro Espín en la lucha contra la
maldita burocracia en abstracto.

En ambas orillas del estrecho de La Florida los medios que deberían ser
de información abusan de los eufemismos y dan una versión sobre el otro
lado que tiene más que ver con deseos y mitos que con realidades.

Solamente así se explica un titular de El Nuevo Herald de Miami que
reza: Disidentes cubanos amenazan con protestar para liberar opositores,
como si los disidentes cubanos, a pesar de su demostrado coraje,
estuvieran realmente en condiciones de "amenazar" de alguna manera, ni
de mentiritas, al aparato represivo de la dictadura cubana, cuando el
simple hecho de que no estén presos es casi un milagro.

Como contraparte, para compensar tal insensatez, el periódico Juventud
Rebelde, en La Habana, titula una información Exponen en Miami
irregularidades del caso de los Cinco, donde "informa" a los lectores
que "Representantes de varias instancias agrupadas en la Coalición
Alianza Martiana actualizaron a un centenar de personas sobre la
situación de los antiterroristas cubanos", como si realmente a más de
cien personas, entre los dos millones y medio de habitantes del condado
Miami-Dade, le interesara el alboroto mediático de la dictadura cubana a
favor de sus espías de la "Red Avispa" que cumplen condenas en Estados
Unidos.

A falta de pan, casabe. Y a falta de análisis, periodismo amarillento.
¿Es una noticia sobre "Cuba" informar, como hace El Nuevo Herald, que a
los estelares ex peloteros cubanos Luis Tiant, Orestes Miñoso y Tony
Oliva les negaran entrar al Hall de la Fama del Base Ball de EEUU,
privilegio que sin dudas merecen? Esta es una noticia sobre una
injusticia a deportistas cubanos, no sobre "Cuba".

¿Es una noticia seria hablar, como hace Granma, de "Brutalidad policial
en arresto a 50 manifestantes anti Wall Street" cuando en Palma Soriano
fueron detenidos en la misma fecha, a puro golpe de turbas
gubernamentales, con cabezas rotas y heridas que requirieron puntos, 50
pacíficos manifestantes cubanos, simplemente por pretender reclamar
derechos humanos para la población?

Naturalmente, podrá decirse que mientras Granma y Juventud Rebelde
tergiversan la información por cinismo y afán de desinformar, El Herald
publica desatinos por despiste y no por mala intención. Lo cual lo hace
menos cínico, aunque igualmente ineficiente.

Los cubanos en Miami hacen esfuerzos a favor de los cubanos en la Isla,
desde inocuas vigilias en las calles hasta flotillas con fuegos
artificiales cerca de las aguas territoriales cubanas, que los exiliados
dicen que podrán ser vistos desde Pinar del Río hasta Matanzas, y de las
que La Habana señala que pueden preocupar a los residentes del litoral
noroccidental de la Isla, o hasta ¡poner en peligro la navegación aérea!

Está bien que se reporten tales eventos, pero enfocarlos como si el
destino del régimen totalitario se definiera en la Calle Ocho, Hialeah y
la Pequeña Habana, y no en Camagüey, Placetas o Marianao, en el mejor de
los casos es ambivalente y confuso, y en el peor le hace juego a los
intereses del régimen, como se lo hacen algunos blogueros y periodistas
dizque independientes, tal vez hasta sin saberlo.

La propaganda totalitaria, disfrazada de información, se multiplica
hasta en las más recónditas emisoras locales de radio del país, y
después en los motores de búsqueda en Internet, donde se reproducen
estaciones tan trascendentes como Radio Guáimaro, Radio Angulo o Radio
Ciudad del Mar, o se dan a conocer los detalles del pronóstico del
tiempo para Camagüey.

Es curioso que mientras de ambas partes del espectro ideológico se
privilegia y disemina información sobre determinados blogueros que
ocupan el "hit parade", o se reproducen sin el más mínimo análisis
informaciones de corresponsales extranjeros en La Habana más preocupados
de evitar su expulsión que de informar rigurosamente, se ignora
sistemáticamente a periodistas y medios alternativos que ofrecen
información seria, calibrada y verificable sobre la realidad en ambos
lados del Estrecho.

Si es un escándalo la corrupción en la gastronomía habanera y la entrega
de dinero en efectivo a los "dirigentes" municipales de la actividad
para que miren hacia otro lado y no interfieran la "lucha" de los
administradores de restaurantes estatales, no menos escandaloso resulta
lo que se sigue conociendo sobre el financiamiento del stadium de los
Marlins en Miami y los turbios manejos de los derechos de
estacionamiento del flamante coliseo, que costarán a los contribuyentes
locales millones de dólares anuales durante muchos años.

Los cubanos en la Isla están hastiados de la tiranía, y desean que
termine lo más rápido posible y de manera no sangrienta, pero están muy
lejos de pretender trasplantar los desastres de Miami a La Habana, o los
de Hialeah a Santiago de Cuba. Dejando a un lado las evidentes
diferencias entre democracia y dictadura, no hay demasiada distancia
entre Guatemala y Guatapeor.

Para conocer las realidades en cualquiera de los dos extremos no podemos
confiar ciegamente en los medios que nos presentan su percepción y
conforman una imagen que no necesariamente coincide con la realidad. Es
mucho más conveniente saber leer entre líneas, y entender que muchas
veces nos dicen algo para que no pensemos en algo diferente.

Y en eso, los que vivimos más tiempo en Cuba tenemos ventaja sobre los
que han vivido más tiempo en Estados Unidos, porque muy pronto tuvimos
que aprender a "traducir" continuamente lo que nos decía "la prensa".

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/la-realidad-cubana-y-lo-que-nos-dice-la-prensa-de-ambos-lados-271317

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