Tuesday, December 6, 2011

Empresarios audaces

Empresarios audaces
Martes, Diciembre 6, 2011 | Por Juan Carlos Linares Balmaseda

LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -No se debe fumar frente al
computador, me lo asegura una amiga mía. Dice que el polvo de la ceniza
los ensucia por dentro. Con frecuencia ella me visita y nos acogemos a
un proverbio de Jean-Jacques Rousseau: "La más grande, la más
importante, la más útil regla de la educación no es ganar tiempo, sino
perderlo conversando".

Además me ha dicho que en el vecindario donde vive instalaron un
cibercafé particular, otro de los que se van diseminando
"clandestinamente" por la capital. La dueña de la vivienda donde
funciona, una antigua casa estilo colonial ubicada en el municipio
Guanabacoa, inició el negocio con una sola computadora y cobrando un
peso convertible (cuc) por cada mensaje enviado al exterior del país. En
la actualidad cuenta con tres computadoras y brinda el servicio, casi de
manera formal, durante toda la semana.

Para solicitar el servicio, usted puede llamar por teléfono y obtiene
turno con día y hora. O sencillamente va por allí y aguarda en la
espaciosa sala de la residencia a que se desocupe un computador. Tres
cuc es la tarifa por chatear durante una hora o buscar información en la
Intranet o en la Internet. Y si su propósito es pasar una hora de
entretenimiento en los videos juegos, la tarifa baja a un cuc.

En este cibercafé particular, los usuarios no tienen que preocuparse por
el agobiante calor del verano criollo, porque la habitación donde se
ofrece el servicio -un dormitorio transformado en salón cibernético-
está climatizado. Para satisfacer el apetito, una ayudante de la dueña
constantemente recuerda a los visitantes que en la cocina pueden comprar
una merienda y café.

Mi amiga es profesora de Historia del Arte. En el pasado estuvo a un
paso de entrar al periodismo independiente. Pero cuando sopesó miedo y
audacia…dominó el primero. Nunca ha tenido computador personal. En la
cátedra del instituto donde trabaja hay dos de estos equipos usan,
alternando, una docena de colega, a pesar de que no hay conexión con la
Internet.

Hace unos meses mi amiga elaboró un artículo para una revista extranjera
especializada en arte. Evitando complicaciones con el oficialismo, optó
por identificarse con un seudónimo. El artículo fue publicado, mas ahora
el problema consiste en encontrar la vía para cobrar el pago
correspondiente por la publicación, y además cobrarlo con mucha
discreción pues sabe que es un acto penado por la Ley.

Cada vez que puede hace de tripas corazón y destina un peso convertible
para poder revisar su correo electrónico. Desde entonces su lista de
contactos personales y las posibilidades de lograr mejores trabajos
remunerados han ido en aumento.

Ella juzga que el gobierno está tácitamente permitiendo este tipo de
actividad en la red de redes, probablemente con la intención de explorar
hasta dónde pudiera bajar el listón de las prohibiciones. Ojalá tenga
razón. O quizá la dueña del cibercafé paga un servicio destinado
únicamente a los extranjeros, opción que no la saca de la ilegalidad al
no ser ella extranjera y, además de lucrar, ofrecer acceso a Internet a
los nacionales.

Yo pienso que esto de los cibercafés clandestinos, más que un
experimento del gobierno, es una especie de "audacia empresarial" de
algunos cubanos, que burlan la "soberanía de los soberanos", quizás
"tocando" a algún funcionario para aprovechar la rampante corrupción que
reina en el país.

http://www.cubanet.org/articulos/empresarios-audaces/

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