Publicado el viernes, 06.22.12
Google y las ironías democráticas
Ricardo Trotti
Aunque al internet se le reconoce como el medio por excelencia que
incentiva la innovación y la participación ciudadana, también es visto
como un inmenso espacio proclive a las paradojas e ironías.
Esta semana el más irónico en la red fue el gobierno de Cuba, a través
de su sitio Cubadebate.com, en el que reclamó a Google haberle cancelado
la herramienta Google Analytics, utilizada para medir y analizar las
visitas que recibe un sitio, y otros servicios sobre mapas, búsquedas y
compraventa de publicidad.
Lo paradójico es que el gobierno cubano calificó la acción de Google de
"escandalosa censura", exigiendo mayor libertad para el internet, pese a
ser uno de los mayores censores del planeta. Un reclamo inaudito después
que tildó de "subversivos" a blogueros independientes que se reunieron
esta semana en el Festival Clic de La Habana, bloquea contenidos en
línea y su unión con Venezuela a través de un cable submarino de fibra
óptica para acelerar el internet, solo beneficia a internautas
burócratas y no a los ciudadanos como había prometido.
Pero en todos lados se cuecen habas. El de EEUU es el gobierno con mayor
presupuesto del mundo para incentivar procesos democráticos y gobiernos
más abiertos mediante la penetración del internet, las redes sociales y
banda ancha. Sin embargo, esos jugosos fondos que a menudo cita la
canciller Hillary Clinton, no pueden ser usados en países a los que
impone embargos económicos, como Cuba, Corea del Norte o Siria.
Así que aunque Google comparte la visión del gobierno estadounidense de
que "más información significa mayor libertad y más poder para el
individuo", la Ley del Embargo, que data de 1962, no le permite ofrecer
sus plataformas y herramientas en línea que incitaron la Primavera Árabe
y otros movimientos emancipadores.
Google debería hacer más por sortear este tipo de leyes que impiden
impulsar la democracia, de la misma forma que cabildea para influir en
regulaciones sobre publicidad en línea, impuestos y propiedad
intelectual, como hizo en Washington este año, actividad en la que
invirtió cinco millones de dólares, muy superior a lo gastado por Apple,
Facebook y Microsoft combinados.
En otro giro de ironías, el Informe de Trasparencia Global que Google
presentó esta semana, con el que mide cada seis meses las peticiones que
recibe de gobiernos para censurar contenidos, mostró que el internet no
es solo presa de gobiernos opresores.
En el segundo semestre de 2011, mediante órdenes policiales y
resoluciones judiciales, 45 países pidieron a Google que descuelgue
videos de YouTube, desactive blogs y cuentas en redes sociales, la
mayoría por contenidos que los gobiernos calificaron de injuriosos.
¿Lo irónico? EEUU y Brasil fueron los países que más solicitaron órdenes
de censura, lo que Google calificó de "aberrante" y "alarmante", por
tratarse de países democráticos que paradójicamente son los que más
hacen a favor del internet libre y abierto. EEUU presentó 187
solicitudes para eliminar 6.192 elementos de contenido, un 103% más que
en el primer semestre del 2011, mientras Brasil hizo 194 solicitudes
para que se remuevan 554 contenidos. Argentina presentó 39.
Google, que no censura en forma previa, tampoco cumple con todas las
órdenes. Obedeció solo algunos pedidos de EEUU y Brasil, no eliminó, por
ejemplo, un video de un canadiense orinando sobre su pasaporte y
arrojándolo al inodoro como pidieron las autoridades de ese país y
desestimó eliminar videos satíricos sobre el ex primer ministro italiano
Silvio Berlusconi.
Google sí cumplió con eliminar decenas de videos en contra de la
monarquía en Tailandia, otros que patrocinaban el terrorismo en
Inglaterra, contenidos sobre pornografía infantil y más de tres millones
de solicitudes para eliminar contenido que infringía leyes sobre
derechos de autor, cumpliendo un 97% de esas peticiones.
Aunque el informe se queda corto al no revelar la censura que practican
los gobiernos en forma directa, como los de Cuba, China o Siria, su
importancia radica en que hace trasparente los procesos restrictivos,
siendo, quizás, la única forma para disuadir a países opresores.
Estas ironías demuestran que el internet, así como la democracia, no es
un medio perfecto; y que su perfección depende del grado de libertad que
se le insufle.
trottiart@gmail.com
http://www.elnuevoherald.com/2012/06/22/1235553/ricardo-trotti-google-y-las-ironias.html
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