Exconvictos cubanos indignados en Madrid
Fernando Ravsberg
La Habana
Miércoles, 20 de junio de 2012
Ismel Iglesias es un médico cubano al que BBC Mundo entrevistó en la
isla cuando atendía a un disidente que hacía una larga huelga de hambre.
Ahora está en Madrid junto a otros compatriotas que también dejaron de
comer para protestar.
Se trata de un grupo de expresos políticos cubanos y sus familiares que
permanecen acampados desde hace más de dos meses frente al ministerio de
Exteriores de España. Reclaman que se cumplan las promesas que
supuestamente les hicieron antes de viajar.
Piden que se prolonguen las ayudas económicas para alquiler y
alimentación por un plazo de cinco años, que les homologuen los títulos
universitarios, que se les dé acceso gratuito a la salud, incluyendo
dentista y oftalmólogo.
Ismel vino a Madrid como familiar de uno de los presos político
liberados en el marco del acuerdo de 2010 entre Cuba, España y la
Iglesia Católica cubana.
En su núcleo son cinco personas y ninguna tiene ingresos económicos. "No
nos queda más remedio que estar aquí en la calle protestando para que
cumplan las promesas que nos hicieron en Cuba", dice.
Homologación de los títulos
El asunto que más afecta a Ismel es la homologación de su título de
médico para poder hacer una especialidad: "Ponerme a trabajar e
integrarme en la sociedad española". Sin embargo, un año después de
haber llegado sigue sin poder conseguirlo.
Iglesias tiene en su poder el título de la universidad y el programa de
estudios, pero las autoridades españolas le exigen además el resultado
de notas algo que, según el médico disidente, el gobierno de Cuba se
niega a entregarle.
"Por esa razón no me permiten pasar la prueba nacional para coger una
especialidad. He pasado cursos de primeros auxilios, como socorrista de
Cruz Roja, socorrismo montañés", dice. Pero agrega, "tengo 200 horas
como voluntario y nadie me contrata para trabajar".
"Ni siquiera me han dejado pasar un curso de enfermería", sostiene.
"Seguiremos aquí hasta que se cumpla lo acordado con el gobierno español
en Cuba antes de salir para aquí, incluyendo la homologación de nuestros
títulos", asegura.
Ayunos, aliados y policías
La presencia de un médico en la protesta fue importante porque en sus
inicios los expresos políticos hicieron una huelga de hambre. El doctor
Iglesias tiene una amplia experiencia en el tema y vigiló el estado de
salud de Guillermo Fariñas durante más de 20 ayunos.
Douglas Falsas, otro de los acampados, asegura que estuvieron 40 días
sin comer: "Al ver que nadie nos hacía caso, optamos por levantar la
huelga". Agrega que el ministro de Exteriores "tuvo la desfachatez de
pasarnos por al lado con sus escoltas y ni siquiera nos miró".
Asegura que "todo fue un engaño y un robo, (…) nos propusieron ayudas
durante cinco años y, sin embargo, al año las cortaron, dejándonos en
total desamparo". "La ayuda sanitaria fue suprimida a la inmensa mayoría
y nunca cubrió el dentista".
"Pensamos que con el Partido Popular iba a irnos mejor porque siempre se
pronunciaron a favor de la disidencia, pero ahora nos dicen que se
acabaron las ayudas (…) En abril envían antimotines a echarnos agua y
después a los municipales para desalojarnos".
"No entiendo cómo la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza
Aguirre, que se dice tan amiga de la disidencia cubana, nos envió la
policía municipal; si esos son nuestros amigos, no quiero ver a los
enemigos", dice Douglas.
Sin solución
La liberación de los presos políticos fue negociada en 2010 entre el
Cardenal cubano Jaime Ortega, el canciller español Miguel Ángel
Moratinos y el presidente Raúl Castro. Así se llegó al acuerdo de
excarcelar a la totalidad de los prisioneros de conciencia.
La mayoría de ellos optó por salir del país rumbo a España acompañados
de sus familiares, en total más de 600 personas. En un principio se
habló de un destierro, pero quedó descartado cuando los que decidieron
permanecer en Cuba también fueron liberados.
La mayoría de los que viajaron a España quieren ahora ir a EE.UU., pero
el gobierno de ese país solo aceptó a los miembros del "Grupo de los
75". Al resto le niegan la posibilidad de pedir asilo político porque
consideran que en España nadie los persigue.
Durante un año se les entregó una ayuda económica que incluía el pago
del alquiler, 190 euros (US$240) por persona para alimentación y
periódicamente una cantidad para ropa. Sin embargo, ésta se acabó sin
que la mayoría de ellos hubiesen conseguido un trabajo que les permita
valerse por sí mismos.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/06/120619_america_latina_espana_cuba_expresos_dp.shtml
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