Miércoles, Enero 4, 2012 | Por Gladys Linares
LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -
- ¡Van a dar teléfonos!
Con este grito ilusionado, ha comenzado en el barrio una vorágine de
intranquilidades, historias, cuentos y recuentos, pues la noticia de que
a todo el municipio Diez de Octubre, que tiene una población de
aproximadamente un millón de habitantes, le tocan 127 líneas
telefónicas, revive en los vecinos una inolvidable pesadilla.
Es que hace algunos años – y por primera vez desde 1959 – el Gobierno
decidió "magnánimamente", otorgar el derecho a competir por la
instalación de una línea telefónica en casa a quienes tuvieran méritos
incuestionables, la debida integración revolucionaria, y pudieran
"justificar la necesidad real de este servicio". Ahí mismo comenzó el
maratón de llenar planillas, conseguir cartas testimoniales de buena
conducta revolucionaria del Comité de Defensa de la Revolución y del
centro laboral, y redactar aquellos "cuéntame-tu-vida" para destacar los
méritos propios primero, y luego -como jugar limpio no siempre da
buenos resultados- la carrera fue por tratar de disminuir los méritos
ajenos, o, dicho en buen cubano, "sacar los trapos sucios" de los demás
competidores por los escasos telefonos.
Fue memorable el caso de Bertico, que trabajaba de noche en la radio, y
hasta había combatido en la guerra de Angola. Pero como la presidenta
del Comité era nueva y no sabía ni dónde estaba parada, durante la
verificación dijo que él no trabajaba – pues lo veía siempre de día en
la cuadra – y que no tenía méritos.
¡La que se armó! Bertico hizo una carta de reclamación exponiendo todas
sus virtudes laborales y de revolucionario ejemplar, pero por si acaso
con eso no bastaba, se le ocurrió además "echar p'alante" a otros que sí
habían recibido teléfonos, a pesar de no merecerlos en su opinión: uno
que vendía carne, otro que tenía una antena parabólica y le había pasado
el cable de TV a unos cuantos vecinos, al del banco de apuntaciones…
Finalmente Bertico consiguió que le instalaran el teléfono, pero se
buscó el odio de muchos y el recelo de todos en el barrio.
Supuestamente, las líneas que ahora van a ser asignadas han quedado
disponibles a raíz del reordenamiento empresarial consecuencia de la
nueva división político-administrativa. Los locales donde antes estaban
ubicados distintos organismos han sido convertidos en albergues para
personas sin hogar y sus antiguos teléfonos serán distribuidos entre la
población.
Pero hay algunos afortunados que no tendrán que fajarse con el populacho
para lograr el ansiado teléfono. Se trata de los "cuadros", un grupo
para el cual se ha reservado el veinte porciento de las capacidades de
cada localidad.
La palabra "cuadros" en el sui generis argot oficial, sirve para
designar informalmente a los dirigentes o a los representantes de las
distintas organizaciones progubernamentales; todos ellos, por supuesto,
miembros del Partido Comunista.
En esta oportunidad los "cuadros" no tendrán que chivatear a sus vecinos
para conseguir el codiciado aparatico. Ya lo han estado haciendo hasta
por gusto durante toda su vida, no faltaba más.
http://www.cubanet.org/articulos/%c2%a1a-chivatear-se-ha-dicho/
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