Radiografía católica de Cuba
Oscar Peña
No es Cuba el lugar idóneo para que la Iglesia Católica u otra religión
se destaquen. Esta opinión no se trata de un ataque o descalificación de
la Iglesia Católica Cubana, más bien es una defensa.
En Cuba la Iglesia Católica tiene una competencia muy fuerte en el
gobierno cubano. El papel fundamental que hace sobresalir y distinguir a
la Iglesia Católica en los países de América Latina de manera objetiva
–aparte de llevar la fe católica a todos– es la lucha por resolver el
grave caso de miles de niños abandonados o trabajando y de personas
desposeídas de recursos y refugio. Y son precisamente esos mal atendidos
renglones sociales en muchos países los que aprovechan los regímenes
totalitarios o populistas para destacarse y por ende disminuir el papel
social de la Iglesia. En Cuba no hay la menor libertad política, pero
como atienden esos aspectos de importancia social confunden a nacionales
y extranjeros. Por eso la Iglesia Católica tiene en Cuba –con relación a
otros países latinoamericanos– un perfil bajo.
No concibo un cambio en Cuba que no garantice la continuación de los
servicios de educación y salud para todos, independientemente de las
prácticas privadas. Esa tranquilidad nacional de tener todos seguro
médico y educación garantizada es a mi juicio uno de los factores que
frenan al pueblo cubano a alcanzar metas superiores de libertad y
democracia. Allá no hay libertad pero el decoroso velorio y el entierro
para todos son gratis. ¿Por qué no mantener esos logros del pueblo
cubano? A los que dicen que mantener esos logros es muy costoso, les
respondo que ese es el desafío que tenemos los cubanos por delante.
¿Cómo la dictadura ha seguido garantizando los servicios básicos,
incluso después de finalizar el subsidio soviético, y en libertad no se
van a poder garantizar?
No me oculto para expresar que América Latina tiene democracia y
libertad pero es una fea vidriera donde pocos cubanos compraríamos
ejemplos para la Cuba que deseamos. No queremos el comunismo de la Cuba
actual pero tampoco el feo reflejo de muchos de nuestros vecinos. Los
cubanos queremos un cambio, pero para algo superior. Siempre pregunto
por qué naciones como Francia, España, Suecia, Estados Unidos, Canadá,
Costa Rica y últimamente Chile pueden tener libertad y decoro social.
Cuba lo tuvo antes de 1959 y lo perdió por los graves errores de sus hijos.
En medio de la visita del Papa a Cuba, una colombiana estudiante de
periodismo, Laura Orozco Castrillón, me preguntó: ¿Es importante la
ampliación de la participación de la Iglesia Católica dentro de Cuba?
Transcribo mi respuesta:
"Le podría contestar esta delicada pregunta de manera muy formal y sin
riesgos, sin embargo tengo un 'defecto de fábrica' que no me deja evadir
los retos. Le confesaré mi opinión: hoy por hoy no estoy muy seguro que
la ampliación de la Iglesia Católica, ni de otras religiones en Cuba sea
algo de mucha utilidad. Anteriormente creía lo contrario y pensaba que
el miedo a las penitencias, castigos u observación de Dios hacía que los
humanos fueran mejores; sin embargo. la vida me ha demostrado que no es
así. En América Latina, en los países de más arraigo y fervor católico,
hay más crímenes y atropellos sociales. Tampoco veo humana ni
inteligente la política de la Iglesia Católica de desairar a los
homosexuales y sobre todo el empecinamiento en contra del aborto. Para
mí es más criminal estimular o forzar a una mujer a tener varios hijos,
sabiendo que no tiene la mínima garantía de darles una atención
adecuada. Ese es el panorama de Africa y América Latina.
El papel importante e histórico que hoy puede y debe jugar la Iglesia
Católica en Cuba, dada la inteligencia y paciencia de sus hombres, es
político, sirviendo de mediadora en el conflicto nacional entre cubanos.
Cuba no tiene enemigos externos; los enemigos son los cubanos del
gobierno, la sociedad civil y los exiliados que no saben sentarse en una
mesa nacional a buscar consenso y resolver los problemas. La Iglesia
Católica pudiera servir la mesa entre todos los cubanos".
http://www.elnuevoherald.com/2012/04/23/1186198/oscar-pena-radiografia-catolica.html
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