Juan Carlos Linares Balmaseda
19 de noviembre de 2011
La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – El recluso Dani Ortiz Merino, de
31 años, el pasado 14 de septiembre dejó de comer y se encuentra
ingresado en el hospital de Colón, municipio en la provincia de Matanzas.
Ortiz Meriño tenía 21 años cuando fue procesado por robo con fuerza. El
delito lo cometió en la zona turística de Varadero y nunca ha negado su
culpabilidad. Pero ahora; después de haber cumplido 10 años en prisión y
con la libertad condicional casi en sus manos (le corresponde para
finales de este 2011); le imputan una nueva causa de robo con violencia,
la que no acepta y el motivo de la huelga de hambre que, según su
hermana, Onellys, dice que él "llevará hasta las últimas consecuencias".
Los primeros años de la sanción los vivió en la prisión Combinado de
Matanzas. Un día se fugó e intentó sin éxito una clandestina salida del
país. Es capturado. El resto de la condena la pasaría en la prisión de
Agüica, enclavada también en la provincia de Matanzas.
A los diez días de iniciada la actual huelga de hambre lo remitieron al
hospital del poblado de Colón. El 29 de octubre un oficial de la prisión
se presenta en el hospital y le dice al personal médico que "si (el
recluso) se quiere morir que se muera en la prisión", alega la hermana
del recluso: "Sacaron a mi hermano del hospital, pero luego los médicos
de la prisión, al parecer no queriendo responsabilizarse con su débil
salud, optaron por devolverlo al hospital de Colón".
El reciente 14 de noviembre la madre del huelguita, Oneida, recibe una
llamada telefónica de un hombre identificado como agente de la Seguridad
del Estado, quien comunica que Ortiz Meriño había sido llevado al
Tribunal de Matanzas y estando allí sufrió un trastorno cardiaco.
Oneida comenzó a marchar con las Damas de Blanco: "Haré todo lo que
tenga que hacer por mi hijo", asegura ella.
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