Wednesday, November 2, 2016

El elefante verde olivo y los trabajadores indios

El elefante verde olivo y los trabajadores indios
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | 2 de Noviembre de 2016 - 08:51 CET.

Tras la contratación de obreros indios en La Habana, se revelan
discretos avances en las construcciones de los hoteles Packard y Manzana
de Gómez, ambos ejecutados por las constructoras Bouygues y Unión de
Construcciones Militares (UCM).

En el Packard, localizado en la intersección de las calles Cárcel y
Prado del municipio capitalino Habana Vieja, cuyo proyecto
arquitectónico combina una solución moderna con fachadas originales (el
inmueble auténtico se desplomó), en tres meses apenas fundieron dos
niveles con hormigón armado empleando la técnica de moldes deslizantes.

Los atrasos, a criterios de especialistas que solicitaron el anonimato,
se deben a una mala organización de la obra. Opinan que con triple turno
laboral y una caravana de trompos descargando concreto a intervalos de
30 minutos (suministro insignificante para las tecnologías actuales) las
estructuras civiles ya estuvieran terminadas.

En la Manzana de Gómez es notable el apogeo. La entrega a Kempinski
Hotels fue pospuesta para principios del 2017 a consecuencia de
problemas con la contratación de mano de obra calificada.

Por la calle Zulueta ya dan los toques finales a la restauración del
frontis. En el lado de Monserrate comenzó a rehabilitarse la planta baja
y la colocación de vidrios en el portal, también una grúa acarrea
escombros desde la azotea donde se emplazó la piscina. Por la calle San
Rafael, se trasladó la cerca perimetral hasta el borde del Centro
Asturiano (actual Museo Nacional de Bellas Artes) y se levantó la
pavimentación.

Se estima que la obra civil tiene un 70% de terminación. Después podrá
avanzarse a la fase de acabado, que contempla las instalaciones
tecnológicas del aire acondicionado central, comunicaciones, mobiliario,
decoración y otros.

Pero pese a la maratónica terminación de exteriores y el socorro de
centenares de operarios indios de alta calificación a quienes pagan 8
dólares por hora para rendir cuatro veces más que los cubanos, la
terminación y entrega para principios de 2017 está por ver.

El desembarco indio

La voladura del último reducto de credibilidad que pudo tener la prensa
oficialista ocurrió el pasado 15 de octubre, cuando los diarios Juventud
Rebelde y Cubadebate publicaron un artículo que reconoció oficialmente
la contratación de trabajadores indios a consecuencia del supuesto bajo
rendimiento de los constructores cubanos en las obras del hotel Manzana
de Gómez.

Aunque la noticia es vieja para los que disponen de internet, la
reacción no se hizo esperar, puesto que en menos de nueve horas el
portal Cubadebate registraba más de 270 comentarios. La mayoría de los
foristas se quejaban de la mediocre información ofrecida por la
periodista Marianela Martín y reclamaban que el tema fuera abordado en
la Mesa Redonda.

Omitir los salarios devengados por los indios contratados (1.600
dólares, según Reuters) y los constructores cubanos que reciben un
sueldo básico de 500 pesos cubanos y un inestable estímulo de 80 CUC,
que acaso totalizan el equivalente de 100 USD mensuales, esconde a los
lectores la diferencia que justifica el bajo rendimiento de los nacionales.

Entre los nichos oscurecidos por Juventud Rebelde sobresale el pésimo
desempeño de la UCM, que con más de 20 años de experiencia en la
construcción de instalaciones turísticas no ha logrado, a causa de la
mala paga, aglutinar un conglomerado de operarios experimentados para
cubrir las demandas de fuerza de trabajo.

La UCM, cuenta con la Empresa Constructora de Obras para el Turismo Cayo
Santa María (ECOT), que agrupa a más de 4.000 empleados de la construcción.

La ineficiencia de este elefante verde olivo desviste la manutención de
un gigantesco aparato burocrático encargado de la contratación de mano
de obra como subcontratistas del socio extranjero Bouygues.

La Unidad Básica Constructora de Estructura (UBCE); la Unidad Básica
Constructora de Acabados (UBCA); la Unidad Básica Constructora de
Instalaciones (UBCI) y la Unidad Básica Empleadora (UBE), son las
entidades dedicadas a los servicios de alquiler de mano de obra para
trabajos de estructuras, acabados, instalaciones tecnológicas,
aseguramiento y supervisión.

Algo que merma el éxito de esta encomienda es que los trabajadores
contratados tienen que pasar por el filtro de la Contrainteligencia
Militar (CIM), la cual exigen a los aspirantes una integración política
y social complaciente al régimen en detrimento de sus habilidades
profesionales.

La utilización de mano de obra no calificada a costa de jóvenes
soldados del Servicio Militar General (SMG), etiqueta a la UCM con el
calificativo de entidad esclavista a 130 años de la abolición de este
flagelo en Cuba.

Otro organismo que ha salido mal parado con la noticia del desembarco
indio es la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), que absorbe el 1% de
los ingresos de los trabajadores afiliados y se lavó las manos como
Poncio Pilatos con la discriminación de los trabajadores nacionales por
parte de las constructoras Bouygues y UCM. Mientras que en los otros
países donde Bouygues opera impone una contratación de 43% de
trabajadores franceses y 57% de trabajadores nacionales.

Conflicto de intereses

Con la política de deshielo en 2015 viajaron a Cuba cerca de 300.000
turistas estadounidenses, cifra que deberá duplicarse este año. En la
capital el sector cuentapropista dedicado al arriendo de hospedaje es un
fuerte competidor del consorcio militar GAESA en la carrera por absorber
las utilidades del turismo norteño.

La corporación militar Gaviota aboga por la apertura de los hoteles
Manzana de Gómez, Packard y Prado y Malecón (planificado para 2018), los
cuales ofertarán un total de 754 habitaciones con servicios de cinco
estrellas.

Al fenómeno se añade la renegociación de la deuda cubana con el Club de
París, que obliga al régimen de La Habana al desembolso de una cuota
anual en las arcas europeas.

Bouygues forma parte del andamiaje político interesado en que Cuba pague
la deuda y, para cumplimentar ese propósito, contratará hasta
alienígenas y pagará salarios extremadamente superiores a los permitidos
en Cuba para avanzar en las obras. Porque barco parado no cobra flete.

La pincelada demagógica lo aportó el presidente francés Francois
Hollande, quien durante su visita a Cuba en mayo de 2015, clausuró en el
hotel Sevilla el Fórum Económico Cuba/Francia junto a vicepresidentes,
diputados, ministros y empresarios. Él aseveró en su discurso: "La
economía es también una condición para que lo que establecemos como
principio, como voluntad común, pueda traducirse en beneficios, en
progresos, tanto para el pueblo cubano como para el pueblo francés,
mediante los empleos que podemos crear". Olalá...

Source: El elefante verde olivo y los trabajadores indios | Diario de
Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1477958153_26392.html

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