Instrumentos para gobernar: una corbata y un machete
Para el gobierno cubano es un éxito que vaya a La Habana un diplomático
de Bruselas
Las reuniones de la Unión Europea y Cuba suelen terminar sin acuerdos
Más de seis mil cubanos han sufrido detenciones arbitrarias en lo que va
del año 2016
RAÚL RIVERO
Madrid – El hecho de que una dictadura militar de más de medio siglo le
ponga un traje a un funcionario y lo siente disciplinadamente a una mesa
a hablar de derechos humanos con un representante (enfundado en una
guayabera) de 28 países democráticos no es una comedia escrita por un
delirante. Tampoco, hay que decirlo, es un evento trágico. Se trata de
un perfil simple y palpable de la obscenidad política de las relaciones
de la Unión Europea con Cuba.
Para el gobierno cubano es un éxito que vaya a La Habana, como ha pasado
esta semana, un señor de Bruselas con algún rango diplomático dispuesto
a debatir con seriedad y respeto cualquier aspecto de la sociedad civil
criolla y de la vida de sus ciudadanos. El problema es hacerle creer a
la gente informada y despierta de Europa y del mundo entero que ese
diálogo es realmente serio y auténtico. Y lo que es más importante, si
ofrece algún beneficio a los hombres y mujeres cautivos.
Esas reuniones suelen terminar sin acuerdos, las fechas para nuevas
citas en el aire y con las mismas agendas vírgenes a la espera del
momento que se haga necesario volver a reunirse para no acordar nada.
Todo, eso sí, envuelto en la niebla de la prosa diplomática.
Esos documentos almibarados suponen la perversión de obviar o borrar del
fragor de la sociedad criolla la presencia, la vida diaria, el valor de
la oposición pacífica cubana que no es una metáfora ni una invención.
Esos hombres y mujeres no pueden verse como una comisión de fantasmas
sin rostros. Son ciudadanos acosados y perseguidos que tienen nombres y
apellidos y voluntad para cambiar su país por encima del amor al poder
del castrismo y de la codicia y los intereses económicos de su contraparte.
Se trata de los que reciben golpizas y machetazos en cualquier punto del
mapa, son los que soportan junto a sus amigos y la familia los mítines
de repudio y les asaltan sus casas, invaden su privacidad y les llevan
las cámaras fotográficas, los ordenadores o cualquier equipo que le
interese a algunos de los enviados especiales del gobierno. En efecto,
ellos están entre los más de seis mil cubanos que han sufrido
detenciones arbitrarias en lo que va del año 2016.
Sí, tienen nombres y apellidos. Se llaman, por ejemplo, José Daniel
Ferrer o Iván Hernández Carrillo y han viajado a Estados Unidos y
Europa, a Ginebra, España y Suecia, a contar en primera persona de las
cárceles cubanas, la persecución política y las golpizas. Y a demostrar
el trabajo, la fuerza y la ilusión de una oposición que no pueden anular
del escenario cubano ni los machetes de los paramilitares ni los nudos
de las corbatas de los funcionarios.
Poeta y periodista cubano.
Source: Instrumentos para gobernar: una corbata y un machete | El Nuevo
Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article82869697.html
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