Wednesday, May 1, 2013

Herencia

Herencia
Miércoles, 01 de Mayo de 2013 00:31
Escrito por Hildebrando Chaviano Montes

Cuba actualidad, El Vedado, La Habana, (PD) Los que defienden la
herencia dejada por nuestros próceres independentistas no tienen en
cuenta que ninguno de ellos era socialista, todo lo contrario, eran
capitalistas en ciernes que defendían su derecho a ser más prósperos,
libres de comerciar con quien les viniera en ganas y no con la metrópoli
española, lastrada por el atraso tecnológico y la corrupción de sus
militares y políticos.

Independencia y liberalismo venían a ser la misma cosa para aquellos
hacendados: el monopolio impuesto por la corona los tenía asfixiados y
por esa razón se alzaron. Para nada pensaron en los indios ni en los
negros traídos como herramientas de trabajo. Aquellos ilustres señores
fueron en realidad la matriz de las oligarquías caudillistas que han
asolado la América nuestra, como la llamara Martí.

El socialismo del siglo XXI, hoy de moda en América Latina, no es más
que otra versión de todos los males unidos en uno: monopolio estatal,
caudillismo político y clientelismo, explotación y engaño de los más
pobres, usados y manipulados según los intereses de cada cual.

La economía estatal planificada, ha demostrado sobradamente su
incapacidad de producir bienes suficientes y de calidad.

La República Popular China dejó a un lado los pruritos populistas del
Tercer Mundo y se sumó al tren de la economía de mercado con todos los
riesgos y beneficios que esto acarrea. Como resultado, China se ha
convertido en pocas décadas en una potencia económica de primer orden.

Otra cosa es la democracia, que no hay que confundir con la economía de
mercado. Democracia es tener leyes justas que no coarten las libertades
individuales, sino que las protejan, acceso a la información, derecho al
debate y al ejercicio del control y la crítica de la gestión
gubernamental; democracia es poder elegir mediante el voto libre y
directo al presidente del país y no aceptar uno designado por un partido
divorciado del pueblo; democracia es equilibrio de los tres poderes del
estado: poder judicial, poder legislativo y poder ejecutivo,
independientes entre sí y al servicio de los ciudadanos.

Los chinos han arribado por fin al tan odiado capitalismo... pero sin
democracia.

En América Latina la experiencia ha sido una longaniza de democracias
frustradas por la corrupción al no existir un sistema jurídico que
proteja tanto a las instituciones como a los ciudadanos.

La política latinoamericana es como un tiovivo de feria dando vueltas en
el mismo lugar. De vez en cuando algunos bajan, o son bajados, para dar
paso a otros que se creen dueños del caballito hasta que se caen.

Para Cuba actualidad: hildebrando.chaviano@yahoo.com
http://hchaviano5.blogspot.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/7291-herencia.html

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