Saturday, September 8, 2012

Dos millones, ¿y qué?

Dos millones, ¿y qué?
Jueves, 06 de Septiembre de 2012 13:50
Escrito por Jorge Olivera Castillo

Cuba actualidad, Habana Vieja, La Habana, (PD) No aparecen los remedios
para aliviar, y mucho menos curar, las múltiples enfermedades que padece
el socialismo de estirpe estalinista que languidece en Cuba, lenta e
inexorablemente, a sus casi cincuenta y cuatro años de existencia.

Los logros que se anuncian cada semana para desvirtuar el curso de la
decadencia más bien semejan fuegos artificiales.

El fondo de las gavetas y los sitios más recónditos de la memoria siguen
siendo los nichos donde se pudren los razonamientos más sensatos para
rescatar al país de los tentáculos de la mediocridad y los nudos
gordianos del estancamiento.

Las perspectivas obligan a inclinar la balanza a favor del pesimismo. La
clase política que detenta el poder real se resiste a abandonar sus
tesis, comprobadamente ineficaces, para dejar atrás los fantasmas del
fracaso; una tropa que mortifica sin descanso a un sistema que simuló
ser la réplica del paraíso en la tierra.

En sus postrimerías, y a efectos de una contabilidad sin manipulaciones,
el balance es favorable a la trompetilla como homenaje, o la desilusión
en la mejor definición del término, como posturas ante las ruinas
materiales y morales desperdigadas por toda la isla.

Ahora se presenta una nueva oportunidad para hacer creer que se avanza a
buen paso por los caminos de unos éxitos tan cuestionables como las
monsergas de las nigrománticas que en las inmediaciones del Capitolio
Nacional cazan decenas de incautos semana tras semana.

¿De qué sirve enterarse de que el pasado 27 de agosto se alcanzó la
cifra de 2 millones de turistas que visitaron a Cuba en lo que va del
2012 y que esta actividad aporta cada año a la economía nacional
ingresos superiores a los 2 500 millones de dólares?

Esos dineros chocan con la atrofia institucional y terminan
difuminándose en corruptelas y planes absurdos que perpetúan una visión
distorsionada de las urgentes necesidades para detener lo que puede
culminar en una catástrofe de proporciones que superen los estimados más
modestos.

No es la primera vez que insisto en la pertinencia de desprenderse de
conceptos estereotipados que han demostrado su nulidad al amparar
soluciones especulativas, parciales, o que, en el mejor de los casos,
tras un breve tiempo de efectividad culminan bajo el peso mastodóntico
de un estado que rehúsa compartir su hegemonía.

Esas multimillonarias sumas provenientes del turismo, que en este caso
ocupan el segundo lugar, tras la venta de servicios profesionales al
exterior (6 000 millones anuales), pasarán inadvertidas entre una
población condenada a enfrentar la imparable decadencia de los
servicios, la inflación, el desabastecimiento, los bajos salarios y toda
una gama de factores que compulsan a la alienación en sus diversas
variables.

Sobre el tablero de las reformas que se implementan o se discuten,
tienen que estar importantes temas políticos y sociales, y valga decirlo
sin condescendencias, que no desde un punto de vista marginal.

Aparte de profundizar en los cambios económicos, es pertinente la
legitimación de los derechos ciudadanos ante un gobierno que no da
tregua en sus políticas de acoso, prohibiciones y encarcelamientos por
razones no solo de naturaleza política.

Sin aumentar los niveles de inversión extranjera, modernizar los
mecanismos de distribución, descentralizar una serie de actividades que
pertenecen al ámbito de las libertades individuales (viajar al exterior
sin la venia de los funcionarios de inmigración, criticar al gobierno,
fundar una agrupación al margen de instituciones oficiales, entre
otras), serán ilusorias las oportunidades de interrumpir la sucesión de
fiascos, con la excepción de los mecanismos represivos que conservan su
eficacia, gracias a las generosas asignaciones financieras recibidas
cada año.

Que se eleve el número de visitantes foráneos no quiere decir que el
nivel de vida de los cubanos tendrá un ascenso notable a partir de las
recaudaciones por este concepto.

Ni aunque este número se triplicara habría garantías de que esto
sucediera. Mientras tanto, la burocracia y la élite de poder añaden
dígitos a sus fortunas.

La corrupción marcha viento en popa y a toda vela sin que aún alcance
niveles que amenacen con derrumbar la arquitectura ideológica del
partido-gobierno.

Para que la situación no se salga de control, de vez en vez, se procede
a puntuales medidas ejemplarizantes contra funcionarios de nivel bajo y
medio.

La cúpula y sus más cercanos colaboradores siguen en pleno disfrute de
lo mejor del capitalismo dentro de un sistema no apto para calificativos
decentes.

Esos dineros que se evaporan del tesoro nacional ya tienen sus destinos
predeterminados. No solamente se puede pensar en las cajas fuertes. Hay
otros sitios más seguros alrededor de este mundo tan complejo.

Para Cuba actualidad: oliverajorge75@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/5125-dos-millones-iy-que-.html

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