Es necesario mantener el rumbo

Es necesario mantener el rumbo
Lunes, 05 de Marzo de 2012 06:03
Oscar Sánchez Madan

Cidra, Matanzas (PD) Honor merecen los disidentes cubanos por no
abandonar el sendero de la no violencia a pesar de la cruel represión
oficial desatada en su contra. El acertado camino del pacifismo los
muestra, ante el resto de los ciudadanos, como lo que son: las víctimas
principales y los héroes naturales de una singular guerra desatada por
el gobierno contra toda la población.damas-de-blanco-matanzas

Cuando hace más de tres décadas Ricardo Bofill y otros patriotas
fundaron la primera agrupación de la nueva disidencia, lo hicieron con
el profundo convencimiento de que con esta acertada estrategia de lucha
se evitarían muertes innecesarias en el tortuoso camino que separa a los
regímenes dictatoriales de las democracias.

opositores-matancerosNo hay que olvidar que la esencia de esta táctica
civilista consiste en denunciar la falta de derechos y libertades y
movilizar a la población para que presione a quienes tienen la
responsabilidad de promover los cambios necesarios. La enseñanza de los
derechos ciudadanos está implícita en dicho método, probado por muchos
pueblos del mundo.

Es evidente que en esta difícil carrera hacia la libertad los actores
parten de una base legal y moralmente justificada para lograr los
objetivos propuestos. Por eso los gobernantes quedan totalmente desnudos
ante los reclamos de sus perspicaces oponentes.

Sólo quien persigue o defiende intereses mezquinos puede proferir
infames insultos y golpear con excepcional salvajismo a quienes de forma
civilizada exigen respeto a sus derechos básicos y, como no tienen nada
que esconder, manifiestan públicamente sus ideas. Los gobernantes que
promueven o estimulan dichas agresiones representan un sistema de
antivalores que dañan el normal desarrollo de la especie humana.

Pero a pesar de esos actos antidemocráticos utilizados por los regímenes
totalitarios (el castrista en primera fila), los auténticos
representantes del derecho no deben abandonar una táctica de lucha que
ha demostrado ser eficiente y humanista. Máxime cuando por estos días la
policía política castrista se esfuerza en probar la capacidad de
resistencia de los integrantes de la emergente sociedad civil. Verifican
si éstos tienen fuerzas, ánimo e inteligencia suficientes para sostener,
en la práctica, el referido principio. Eso lo evidencia el hecho de que
los ataques de sus agentes contra los demócratas son mucho más
despiadados y tienen como blanco predilecto a las mujeres.

Con curiosidad y mucha atención un gran número de opositores al gobierno
observan cómo algunos personajes cercanos a la disidencia, devenidos en
un santiamén "superhéroes", intentan convencer a los demócratas de la
urgente necesidad de cambiar el apropiado rumbo de la no violencia. Hay
que tener mucho cuidado con estos fariseos porque el régimen está
desesperado y pudiera querer vincular con actos de terrorismo a quienes
se le oponen.

Se impone frenar con serios y aplastantes argumentos a estos sospechosos
"politólogos", que aunque son pocos, y, tal vez haya entre ellos algunos
que obren de buena fe, representan un gran peligro. Por lo general no
son personas con un elevado nivel de instrucción. En su mayoría
desconocen aspectos esenciales de la historia patria y universal y
carecen de capacidad para sostener un diálogo respetuoso con quienes no
concuerdan con sus ideas.

Si escogieran los disidentes el camino de la violencia, tendría el
gobierno un magnífico pretexto para descalificarlos y acentuar la
represión con menor costo político. Podría desacreditarlos ante la
opinión pública, con acusaciones de no haber sido consistentes en la
preservación de una táctica de lucha ampliamente difundida por ellos.
Los mostraría como unos contumaces mentirosos que no desean el bien para
su nación.

Como los verdaderos defensores de sus derechos reconoce hoy el pueblo de
Cuba a los disidentes pacíficos, cuyo digno proceder civilista los enaltece.

Hay que recordar que fue precisamente la no violencia el método de lucha
usado por los pueblos del otrora bloque comunista de Europa Oriental
para deshacerse del totalitarismo neoestalinista. Gracias a su empleo se
evitó que se derramara la sangre de millones de ciudadanos.

Grabada en la memoria de los disidentes cubanos debe estar la
inolvidable obra del desaparecido líder de los derechos civiles en
Estados Unidos, Martin Luther King. Éste, en una ocasión, dijo: "La no
violencia desemboca en la creación de una comunidad de amor, mientras
que la violencia lo hace en la amargura y la tragedia".

Modificar esa táctica de lucha no es conveniente para el pueblo cubano.
La misma es válida porque sus actores toman distancia del odio y de la
venganza, conceptos profundamente enraizados en el fundamentalismo
"revolucionario" que se pretende sepultar en la isla para siempre.

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