Monday, July 22, 2013

Réquiem por un héroe cubano

Publicado el lunes, 07.22.13

Réquiem por un héroe cubano
JOSÉ SOROA

Hoy 22 de julio se cumple un año de la desaparición física de Oswaldo
Payá. Un hombre exponencialmente audaz, honrado entre los hombres
honrados, coherente en sus ideas, consecuente con sus actos, con sus
deberes cívicos y éticos, demasiado generoso con sus adversarios
políticos. Payá recibió en vida entre otros merecimientos, el Premio
Sájarov 2002, Doctorado en Leyes, honoris causa, Universidad de Miami,
Premio Homo Homini de la República Checa, Medalla Manuel Carrasco de la
Unión Democrática de Cataluña, además de ser candidato por varias
ocasiones al Premio Nobel de la Paz. Payá ha entrado en el palco
preferencial de la alta historia, en donde se asientan los hombres que
han tratado de mejorar nuestro mundo sin promover la violencia y el
crimen entre sus conciudadanos, sin imponer por la fuerza sus creencias
y filosofías, sin expolios ni exilios masivos y sin golpearnos el alma
con egocentrismos desmesurados. Hombres como Martín Luther King, Alfonso
García Robles, José Martí, Mahatma Gandhi, René Cassin, John Lennon,
Facundo Cabral.

Nuestro primer premio Andrei Sájarov del Parlamento Europeo falleció a
causa de un accidente deliberadamente provocado, en el que también dejo
de existir el joven disidente Harold Cepero Escalante. En una reciente
entrevista en el diario Washington Post, el dirigente juvenil del
Partido Popular de Madrid y conductor del auto en el que viajaba Payá,
el señor Angel Carromero, declaró que el juicio en el que se le condenó
de homicidio involuntario había sido una farsa, que lo obligaron a
mentir y admitir la versión oficial de los hechos. También dijo que un
coche con un distintivo del gobierno cubano (placa azul) les embistió
provocando el accidente. El hospital civil se militarizó de repente,
alegó Carromero. Un policía investigador le ha informado a la viuda,
Ofelia Acevedo, que fue un accidente de un solo carro, que la revolución
no asesina. Sin dudas, el cinismo y la represión son dos académicos con
guayaberas verde olivo ostentando varios cohibas en el bolsillo
superior: dos académicos que vienen de La Habana.

Oswaldo Payá rompió el círculo del miedo impuesto por el régimen al
pueblo de Cuba. La vox populi dejó de ser un cuchicheo, pasó de un eco
en sordina a un tono más elevado y contestatario. Payá tuvo el coraje,
la inteligencia, la paciencia y los nervios de acero, para aunar once
mil voluntades de cambio en un país donde el temor colectivo anula el
valor individual, en que como los ojos de Argos sobre el Pavo Real, así
se multiplican los ojos de Castro I y de Castro II por todo el país,
cuadra por cuadra a través de los Comité de Defensa de la Revolución.
¿Cuántas noches de insomnio no debió haber sufrido Paya en el proceso de
recolección de estas firmas, esperando la "amable visita" de los agentes
de la Seguridad del Estado en el chirrido de cualquier carro nocturno?

Payá presentó las once mil firmas en el Parlamento Cubano, avalando así
el Proyecto Varela, del cual es su principal artífice. El proyecto
Varela consiste de cinco propuestas: los derechos de la libre expresión
y asociación, el derecho de los civiles cubanos a formar empresas, la
amnistía de todos los presos políticos, una nueva ley electoral y la
fundamentación legal. Payá aprovechó un resquicio en la Constitución
cubana que permitía la celebración de un plebiscito si se presentaban
diez mil firmas debidamente registradas. No fueron aceptadas las firmas,
la Constitución fue enmendada y el oficialismo declaró el socialismo
"irreversible". La misma falta de perspectiva en que incurrió el
marxismo cuando planteaba la insurrección armada como la única vía
posible para llegar al poder e instaurar la dictadura del proletariado,
Es decir, una vez que el socialismo fuera conquistado por la lucha
armada, la historia de los países ganados se fundiría en una
colectividad hegemónica eterna sin conflicto de clases sociales. Esta
afirmación especulativa, que soslaya la evolución del pensamiento, y la
rica y libérrima diversidad en que confluye la humanidad, se hizo añicos
contra la invisible Babel sin cielo de la realidad socialista en la
historia de todos los países de Europa del Este: lo que se obtuvo a
golpe de cañón se deshizo sin una bala; bastó con la solidaridad, el
respeto por la vida humana y el deseo de ser libres sin cortapisas.

No puedo evitarlo: cada vez que veo en la prensa o en TV la imagen de
Payá, acompañado de Regis Iglesias, cargando orgullosamente la caja que
contenía las once mil firmas, proyectando una expresión entre alegre e
ingenua, y pienso en el "accidente", la emoción rebelde e impotente
dispara en mis pupilas las humedecidas alarmas del cielo.

Algún día, el octogenario y poco saludable Castro I va a fallecer, con
cincuenta y tantos años de poder absoluto en su bagaje, por supuesto,
rodeado de sus afectos. Escenario muy común en la biografía de los
dictadores del siglo XX. Oswaldo Paya murió luchando pacíficamente por
los derechos humanos de los cubanos, por la libre expresión, el
pluralismo, por una Cuba donde se respete la vida y se rechace el miedo;
como quiso Martí: "El respeto a la libertad y al pensamiento ajeno aun
del ente más infeliz, es mi fanatismo: si muero, o me matan será por eso".

Poeta cubano. Reside en Miami Beach.

Source: "JOSE SOROA: Réquiem por un héroe cubano - Opinión -
ElNuevoHerald.com" -
http://www.elnuevoherald.com/2013/07/22/1525339/jose-soroa-requiem-por-un-heroe.html

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