Monday, July 22, 2013

Oswaldo Payá, vamos juntos a buscar la verdad

Oswaldo Payá, vamos juntos a buscar la verdad

Ahora que sé que no va llegar, que nunca más aparecerá todo sucio
después de un día de trabajo, de recorrer hospitales o de cambiar el
mundo, para descubrir en pocas preguntas o en ninguna lo que llevo días
planeando.
Vivir con mi padre ha sido mi mayor fortuna, ningún problema es
demasiado grande después de contárselo a mi papá. Su profundo optimismo,
su realismo, lo llevan a encontrar siempre una solución, rescatando la
esencia y desechando lo superfluo de cada situación. Su vida ha sido tan
plena, tan rica, que cada momento a su lado es para aprender, también, a
ser feliz.
Ahora que sé que no va llegar, que nunca más aparecerá todo sucio
después de un día de trabajo, de recorrer hospitales o de cambiar el
mundo, para descubrir en pocas preguntas o en ninguna lo que llevo días
planeando. Ahora que no responderá ya a cada una de mis consultas sobre
el cine, o la Historia, o la Física, o cualquier duda imaginable sobre
cualquier tema concebible. Ahora sé que algunos problemas no tienen
solución. Ahora siento que un pedazo de mi corazón estará siempre en
soledad.
Mi padre vivió para su familia, para sus amigos, para ayudar a su
prójimo, que para él no es un ser abstracto; su prójimo es el cubano de
hoy, aquí y ahora. Mi padre vivió para ser feliz.
Se enfrentó al Cambio Fraude con que el gobierno cubano pretende vender
una imagen de apertura a la comunidad internacional, mascarada que fue
exponiendo paso a paso, dejando al descubierto la estrategia agónica de
un puñado de hombres por mantener su poder absoluto. Este gobierno ha
empleado una serie de reformas que, si bien alivian algunos sectores de
la sociedad, no constituyen el reconocimiento de los derechos para
todos: ¿por qué no los derechos? Entregan privilegios a aquellos que ya
los tienen, o a esos que estén dispuestos a vivir callando para vivir un
poco mejor y en muchos casos para sobrevivir.
Mas la labor de mi padre y también de Harold Cepero no se limitó a
exponer el problema. Ellos, junto a otros, diseñaron y ofrecieron una
respuesta al Cambio Fraude. Nos legaron una vía que puede ser transitada
por todos, una visión de la Transición que, empleando la Ley y
pacíficamente, conduce a la Democracia. Esa vía es El Camino del Pueblo,
y es la propuesta que el movimiento democrático cubano, dentro y fuera
de la Isla, le hace a todos los ciudadanos para caminar juntos y dar
pasos concretos hacia el establecimiento de un Estado de Derecho.
Esta hoja de ruta para el proceso de Transición es apoyada por la mayor
parte de la oposición cubana. El Camino del Pueblo es, de hecho, una
plataforma de unidad, un espacio para todas las iniciativas que
compartan estas demandas tan elementales.
Hoy sabemos que las muertes de mi papá y de mi amigo no fueron
ocasionadas por un accidente de tránsito. Tenemos derecho a conocer toda
la verdad. En los últimos dos años la represión contra los que se
atreven proponer cambios en la Isla ha aumentado drásticamente. La
violencia contra los miembros del Movimiento Cristiano Liberación, y
contra toda la oposición democrática, es un hecho que cobra víctimas día
tras día. Este peligroso crecimiento de la violencia, que proviene
directamente de las autoridades gubernamentales, viene acompañado de un
sentimiento de impunidad que debe ser detenido. Para eso es necesaria la
colaboración de la comunidad internacional y de todas las personas de
buena voluntad.
Pero la represión en Cuba no es sólo contra los miembros de la
oposición: la más cruel y permanente política represiva del gobierno
cubano ha sido la sostenida por décadas contra el pueblo. Porque el
obrero que se levanta temprano en la mañana para ir a trabajar, y
regresa a su casa al final del día con menos de 2 dólares en los
bolsillos para alimentar a su familia, también está siendo reprimido.
Porque los exiliados cubanos que viven con miedo a que el gobierno
totalitario no renueve sus pasaportes y no puedan visitar a su familia
en la Isla, están siendo reprimidos. Porque los millones de cubanos, que
desde hace medio siglo nunca han participado en elecciones libres,
porque la ley electoral en Cuba contempla a un solo candidato para cada
posición en las Asambleas Provinciales y Nacional, también están siendo
reprimidos.
El gobierno cubano hoy está tratando de lavar su rostro y conservar su
imperio económico. Presionan con sus lobbies en los centros de poder
alrededor del mundo, intentando ampliar sus oportunidades comerciales y
desviando la atención del problema raíz de nuestro país, que es la falta
de derechos que impide la autogestión a los ciudadanos. La posición de
mi padre y del MCL no es en contra de los negocios, por supuesto: es en
contra de que esos negocios se hagan por encima de los derechos de los
cubanos y a sus espaldas, porque los empresarios son los mismos
opresores que ignoran y penalizan las demandas de la pueblo. No son
modelos de desigualdad y opresión, como el ruso o el chino, aquello a lo
que los cubanos estamos aspirando. Tenemos los recursos y las
capacidades necesarias para hacer de esta tierra hermosa que Dios nos
dio, un espacio próspero y libre donde cada persona busque la felicidad
en la manera que decida.
La primera propuesta de El Camino del Pueblo son cambios en las leyes
que garanticen libertades fundamentales, por esto el primer paso es la
realización del plebiscito del Proyecto Varela. Para preguntarle al
pueblo si quieren o no que cambie la ley para ascender a algunos
derechos cívicos y políticos. No conozco ningún pueblo que haya
renunciado voluntariamente a sus derechos.
Desde hace más de 10 años el gobierno cubano viola su propia
Constitución, al negarse a responder la petición legal que han hecho los
más de 25 mil ciudadanos que firmaron el Proyecto Varela. Pero los
cubanos no quieren más vivir en este apartheid político, y los
represores lo saben. La implementación de estas demandas, la celebración
de un plebiscito, constituiría un avance real hacia la democracia.
Apoyarlas es apoyar la voluntad de la ciudadanía cubana. Este es el
momento de solucionar el problema de manera pacífica y legal, con una
estrategia que incluya a todos y a la que todos están invitados, también
el gobierno, cuya ceguera se hace a cada instante más peligrosa para
nuestra nación.
En las palabras de mi padre: Estos cambios significarían participación
en la vida económica y cultural, significarían derechos políticos y
civiles y reconciliación nacional. Ése sería el verdadero ejercicio de
la autodeterminación de nuestro pueblo. Debe terminar el mito de que los
cubanos tenemos que vivir sin derechos para sostener la independencia y
soberanía de nuestro país. El Padre Félix Varela nos enseñó que la
independencia y la soberanía nacional son inseparables del ejercicio de
los derechos fundamentales. Los cubanos que viven en Cuba y en la
diáspora, como un solo pueblo, tenemos la voluntad y las capacidades
para construir una sociedad democrática, justa y libre, sin odios ni
revanchas y como lo soñó José Martí: "Con todos y para el bien de todos".

Source: "Oswaldo Payá vamos juntos a buscar la verdad | Intereconomía |
1047515" -
http://www.intereconomia.com/blog/y-ahora-libertad/oswaldo-paya-vamos-buscar-verdad-20130722

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