Wednesday, July 24, 2013

Lo que manden los jefes

Lo que manden los jefes
Miércoles, Julio 24, 2013 | Por René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -Recién concluido el IX Congreso
de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), el diario gobiernista Granma
del pasado martes dedicó al tema un artículo del colega Alberto Alvariño
Atiénzar, que ocupó una página completa. Resulta obvio que ese texto,
publicado en el órgano del Comité Central del partido único, pretende
hacer el resumen autorizado del evento. ¿Qué pone de manifiesto ese
documento?

Tras una sesgada introducción de carácter histórico, lo primero que hace
el informador oficialista es señalar con toda claridad por dónde vienen
los tiros: La prensa cubana —dice— "se fundamenta en los preceptos de la
Constitución de la República y la política trazada por el Partido en su
condición de fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado".

De inmediato, Alvariño Atiénzar sale del ámbito nacional para pasar al
tema de la Perestroika y la Glasnost de la era de Gorbachov en la
extinta Unión Soviética. Según él, en el gran país eurasiático "los
medios de comunicación masiva… apuntaron contra los planes principales
de aquella sociedad, el Partido, la historia, las fuerzas armadas y las
instituciones del Estado".

Conforme a lo que argumenta el autor, lo anterior se hizo de tal forma
que "prestaron un servicio a la ideología y los objetivos enemigos, a
las actividades oportunistas y traidoras". Es decir, que la
determinación de si lo que informaban esos órganos de prensa era verdad
o mentira no se toma en consideración. Lo único importante es si se
ayudaba o no al mantenimiento del statu quo. Esto parece ser un
excelente indicio para saber qué se pretende ahora de los medios
oficialistas de nuestro Archipiélago.

Aunque en los documentos emanados del Congreso de la UPEC se habla de la
información como "un derecho ciudadano", el verdadero sentido de este
enfoque se ha puesto de manifiesto con el reciente escándalo provocado
por la intercepción en Panamá de un buque de Corea del Norte que de
manera oculta transportaba armas desde Cuba hacia el referido país asiático.

Los flamantes "órganos de prensa" cubanos se han limitado a reproducir
la Declaración emitida al respecto por el Ministerio de Relaciones
Exteriores de la Isla. No han añadido absolutamente nada a esa versión
oficial de los hechos; ni siquiera algunas imágenes que complementen e
ilustren lo expresado en palabras.

Hasta ahí llegan los propósitos exteriorizados en el Congreso (de los
que se hace eco Alvariño) acerca del fin de "reflejar la realidad cubana
en toda su diversidad", así como de "informar de manera oportuna,
objetiva, sistemática y transparente la política del Partido y los
problemas, dificultades, insuficiencias y adversidades que enfrentamos".

Unas líneas después, el autor define el alcance de sus conceptos: "En
los pronunciamientos y orientaciones de Fidel y Raúl y los órganos de
dirección del Partido están planteadas con riqueza las líneas presentes
y futuras para nuestro periodismo". Y agrega: "De lo que se trata ahora
es de ser consecuentes con esas definiciones". ¿Qué es lo que no
procede?: "Desconocer lo que está claramente delineado, que es voluntad
y mandatos supremos".

Esto mismo pudiera expresarse de manera mucho más simple: Hay que hacer
lo que manden los jefes. En ese contexto, ¿cuál es el papel de los
medios?: "Actuar de modo enérgico con la autoridad conferida, en aras de
cumplir su función social, sin cortapisa, y desplegar en toda su
extensión su posibilidad informativa, educativa, compulsiva y
moralizadora ilimitada".

Después de tanta palabrería, la llamada "prensa cubana" (la oficialista,
claro está) seguirá constituyendo una masa incolora, sometida al funesto
Departamento Ideológico del partido único. Ella deberá callar la mayor
parte del tiempo, aplaudir siempre al gobierno y criticar al "enemigo
yanqui" y su "criminal bloqueo". Se tratará —pues— de "una prensa a la
altura de la Revolución".

En resumidas cuentas, cabe citar el refrán: Para ese viaje no hacían
falta tantas alforjas. Por suerte, los medios informativos de nuestra
Patria no se limitan a los que cuentan con la anuencia del sistema
totalitario. Existe también la aguerrida prensa independiente, la cual,
aunque por ahora sigue careciendo de medios para llegar al conjunto de
la población, goza, por fortuna, de excelente salud.

Source: "Lo que manden los jefes | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/lo-que-manden-los-jefes/

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