Tuesday, July 9, 2013

La revolución necesita bebés gorditos

La revolución necesita bebés gorditos
Martes, Julio 9, 2013 | Por Alberto Méndez Castelló

PUERTO PADRE, Cuba, julio, www.cubanet.org -Una doctora y una enfermera
fueron sancionadas recientemente, en la oriental ciudad de Puerto Padre,
porque dos mujeres residentes en barrios bajo su cuidado alumbraron
niños bajos de peso. "Usted pudo hacer mucho más por ellas", recriminó
una funcionaria del partido comunista a la enfermera, a quien la
dirección municipal de Salud aplicó una amonestación administrativa. La
sanción de la doctora consistió en descuento salarial del 10%, durante
seis meses.

Atendiendo a los indicadores de salud, un parto se produce con bajo peso
cuando la criatura pesa menos de 2500 gramos, o sea 5.43 libras. Pero
sabido es que en el desarrollo del humano, la dieta juega un papel
determinante. Y por causas conocidas, en Cuba es común que existan no
sólo niños desnutridos, sino también bajos de estatura.

El régimen conoce muy bien esto, pues cuenta con información de primera
mano, recolectada por sus investigadores. Pero si tales fuentes le
resultaran poco confiables, podría constatarlo en el tomo II de "El
Ingenio", de Manuel Moreno Fraginals, obra de consulta obligada no sólo
para el estudio de la industria azucarera, sino también para la
comprensión de no pocas hipótesis sociológicas y antropológicas de la
actualidad nacional.

Moreno Fraginals demuestra que la dieta resultó fundamental en el
incremento de la estatura de la población africana traída a Cuba en
condiciones de esclavitud, por una razón sencillísima: mientras que
aquellos pueblos del África Ecuatorial tenían un nivel nutricional
precario, casi sin ingerir proteínas de origen animal, la dieta en las
plantaciones cubanas era muy superior.

Cada día, en la dieta del esclavo estaban presente 8 onzas (230 gramos)
de tasajo, 8 plátanos machos grandes y 18 onzas (518 gramos) de harina
de maíz, sin incluir la ingestión diaria de una gran cantidad de azúcar,
ya fuera directamente del zumo de la caña o a través de las diversas
etapas: guarapo, raspaduras o mieles. "Por ser dueños de hombres y tener
que mantenerlos para que trabajasen, los plantadores esclavistas se
enfrentaron a los problemas de economía alimentaria con una gran
anticipación a los clásicos europeos", escribe Moreno Fraginals.

Hoy no hay esclavitud de látigo y barracón. Pero la alimentación del
cubano de a pie es peor que la del esclavo africano en el siglo XVIII.
Sólo dos componentes de la dieta diaria del esclavo, 8 plátanos machos
grandes y 8 onzas de carne vacuna, cuestan algo así como una cuarta
parte del salario promedio nacional en un mes.

De modo que si hay niños que nacen bajos de peso, y otros que exhiben
insuficiente estatura para su edad, se debe a una razón archiconocida:
los padres no consiguen garantizar una adecuada nutrición.

Hay familias que para cumplir con otros requerimientos domésticos,
incluso se ven obligadas a vender parte de la leche en polvo que el
comercio racionado les suministra a precios ¿subsidiados? En Cuba es
difícil encontrar un par de zapatos de mediana calidad para un niño,
cuyo costo sea menor a cinco pesos convertibles, esto es, más de una
semana del sueldo promedio.

Pasarán años antes de que las familias cubanas, al sacudirse más de
medio siglo de estatismo, puedan alimentar debidamente a sus
descendientes y puedan desarrollar su cometido como la primera célula de
la sociedad. Para ello, deberán disponer de oportunidades, medios de
empleos e ingresos que les permitan satisfacer sus necesidades
espirituales y materiales, sobre todo, alimentación adecuada y una
vivienda digna.

Hemos retrocedido a un estadio inferior al esclavismo, o tal vez incluso
al de la comunidad primitiva: somos meros sobrevivientes, gente
preocupada sólo por el día de hoy, pues el mañana es un enigma, donde
quizá no haya lugar para la esperanza.

Mientras, una doctora recibirá su salario de este mes con un descuento
de 10 %, por una falta que no es suya, pero que, no obstante, la obliga
a llevar menos plátanos a la mesa. No es extraño: donde faltan razones,
sobran sanciones, valga decir chivos expiatorios.

Source: "La revolución necesita bebés gorditos | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/la-revolucion-necesita-bebes-gorditos/

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