Friday, July 26, 2013

La delación en Cuba

Publicado el jueves, 07.25.13

La delación en Cuba
DANIEL MORCATE

El abogado de Miami Avelino González ha revuelto el avispero con sendas
demandas contra dos destacados peloteros cubanos de Grandes Ligas, mi
paisano holguinero Aroldis Chapman, meteórico serpentinero de los Rojos
de Cincinnati, y Yasiel Puig, la joven sensación de los Dodgers
angelinos. Les acusa de haber delatado a personas a la policía política
castrista a cambio de ser reivindicados en el béisbol oficial con la
esperanza de viajar al extranjero y cumplir el sueño de todo cubano
cuerdo: exiliarse y recuperar la humanidad perdida a las imposiciones y
humillaciones del totalitarismo. Aunque nada deberíamos prejuzgar en
ausencia de veredictos, si es que éstos llegaran a producirse, las
acusaciones son graves. Los testimonios y evidencias que aportan los
denunciantes, los cuales tuve oportunidad de examinar, más graves
todavía. Y cuando menos merecen un público debate sobre un tema
doloroso: la delación de unos cubanos contra otros, estimulada por la
dictadura como eficaz mecanismo de control y represión.

Pero vayamos por parte, como famosamente dijera Jack el Destripador. A
Chapman lo acusan el dominicano Carlos Mena Perdomo, quien declaró a
Univisión: "consiguió un jugoso contrato millonario a costillas de
cogerme como chivo expiatorio y dejarme en una cárcel en Holguín"; y el
cubano Danilo Curbelo García, quien dijo: "me robaron mi vida, me la
acabaron porque alguien quiso hacerlo, no porque me lo merecía". A Puig
lo acusa el también cubano Miguel Corbacho Daudinot, quien sostuvo: "él
testificó contra mi persona injustamente, me separó de mi familia".
Acompañan los expedientes judiciales documentos del temible Ministerio
del Interior castrista en los que aparecen estampadas firmas que, según
González, son las de los hoy famosos peloteros. Estos niegan, mediante
abogados y agentes beisboleros, haber sido delatores. Y prometen
defenderse "con vehemencia". En documento judicial, sin embargo, Chapman
"admite que testificó en los juicios a Curbelo García y Mena Perdomo"
pero "niega que conspiró, ayudó o alentó" al gobierno castrista.

Al margen de lo que establezcan las cortes en estos casos, conviene
resaltar ciertas verdades. La primera es que, si eres cubano y viviste
en la isla de los Castro, necesariamente sufriste chivatería, ya fuera
en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en tu vecindario o, en
los casos más aberrantes, en tu propia casa. Así de profunda ha sido la
degradación de la sociedad cubana. La segunda verdad es que si tú mismo
no delataste a nadie, probablemente te costó más que a los delatores y
sus familiares el satisfacer tus necesidades básicas: tener un techo
sobre tu cabeza, ingerir alimentos decentes, ir a la universidad,
obtener un empleo y promociones, recibir permiso para viajar dentro de
la isla o al extranjero.

La delación de unos ciudadanos contra otros es tal vez el arma más
poderosa del estado totalitario. El castrista la ha enseñado a usar con
destreza y alevosía. Y le saca enorme partido. Cuando cursaba la
secundaria en Holguín, un envilecido profesor de educación física, que
trabajaba para la policía política, me invitó a denunciar a mis padres
tan pronto supo que éstos habían solicitado marcharse del país. Raciel,
maestro de pacotilla y compañero en el equipo de pelota que yo había
formado en el barrio, llevaba la relación de autos que visitaban mi
casa. Y la vecina de enfrente denunciaba compras "ilegales" de leche que
hacía mi padre. Con el castrismo, muchos cubanos aprendieron a chivatear
por fanatismo ideológico, privilegios, venganza o puro odio.

El régimen totalitario es el principal culpable de la proliferación de
una práctica tan degradante y mezquina como la delación. Pero ser
chivato es una seria afección moral que requiere tratamiento individual
y colectivo. Un primer paso ha de ser el reconocerse como delator, hacer
acto de contrición y reparar el daño ocasionado a las víctimas, en la
medida en que esto aún es posible. Para la sociedad, se impone un amplio
debate sobre los orígenes y consecuencias de la chivatería, debate que
por razones obvias se ha postergado en Cuba. Las demandas a Chapman y
Puig brindan la oportunidad de reflexionar sobre el tema en el exilio,
donde demasiadas víctimas conviven con sus antiguos delatores mediante
un pacto de silencio insano y contraproducente.

www.twitter.com/dmorca

Source: "DANIEL MORCATE: La delación en Cuba - Opinión -
ElNuevoHerald.com" -
http://www.elnuevoherald.com/2013/07/25/1529346/daniel-morcate-la-delacion-en.html

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