Wednesday, July 24, 2013

Prensa oficial sigue escondiendo noticias de Panamá

Prensa oficial sigue escondiendo noticias de Panamá
Miércoles, Julio 24, 2013 | Por Miriam Celaya

LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -El episodio del buque
norcoreano no puede resultar más desacertado para el gobierno de Castro
II. Ha sido ocasión propicia para que aflore una característica del
general-presidente y que aquí llamaré "sentido de la inoportunidad".

Declino, entonces, comentar la pueril y precipitada declaración oficial
de la parte cubana, con la increíblemente ridícula versión de que se
trata de un armamento obsoleto destinado a ser reparado en Corea del
Norte para después ser devuelto a la Isla, algo que porta en sí material
suficiente para componer una opereta. Prefiero en esta ocasión centrarme
en ciertas circunstancias que rodean el incidente en el peor momento
posible: justo cuando La Habana necesita continuar dando pasos de avance
en sus negociaciones con Washington y mostrar a dicho gobierno y al
resto del mundo un rostro más amable y pacifista para ponerse a tono con
las naciones democráticas.

Existen tres factores particulares en este momento que agravan esta
nueva travesura del castrismo y atentan con mayor fuerza contra la ya
endeble autoridad moral del gobierno cubano, acentuando su desprestigio
ante el mundo democrático y ante aquellas instituciones internacionales
de las cuales Cuba es signataria.

Uno de ellos es que el hecho se produce poco tiempo después de que el
castrismo, sus aliados y sus eternos simpatizantes de vocerío
arremetieran contra la Casa Blanca por la insoportable injusticia de
volver a incluir a Cuba en la lista de los países que apoyan el
terrorismo. Resulta, sin embargo, que el gobierno cubano, por más que
pretenda justificar las razones y propósitos que tuvo para hacerlo,
entregó armas –sean éstas "obsoletas" o "defectuosas"– al gobierno de
Corea del Norte, el mismo que hace apenas unas semanas mantuvo al mundo
en vilo ante la amenaza de una conflagración nuclear de magnitud
incalculable y que fuera sancionado por la ONU, organización de la cual
Cuba es miembro desde su misma fundación en 1945.

Otro factor coincidente es la muy publicitada saga del joven Snowden,
desertor de la CIA, cuyas acciones de hacer públicos ciertos documentos
y ofrecer testimonios sobre el sistema de espionaje de su país han
puesto en el ojo del huracán al gobierno estadounidense convirtiéndolo
en el peor villano del momento, como si fuera noticia la existencia de
algo casi tan viejo como la humanidad misma, como si el espionaje no
hubiese nacido desde que se inventó la política y como si ningún otro
país espiara a todos los gobiernos, instituciones o individuos que
resulten de su interés político, económico, militar, estratégico,
financiero o de otro tipo.

Lo relevante en todo caso sería la utilización de las nuevas tecnologías
de la informática y las comunicaciones, que han permitido refinar las
herramientas y artilugios de espionaje de ese país, perfeccionándolos
exponencialmente, de manera que –como siempre ha sucedido– en realidad
no se trata de que algún gobierno esté libre del pecado de espiar a
otros, sino de que las potencias con mayor desarrollo disponen de los
medios más sofisticados y eficientes para hacerlo, nos guste o no. No
hay espionaje bueno y espionaje malo, solo espionaje.

Eso explica que algunos países ricos poseen, para tales fines,
satélites, redes digitales y, de vez en vez, desertores con sed de
protagonismo, con espíritu justiciero, o quizás con otras ambiciones que
desconocemos; mientras algunos de los países más pobres en tecnología
disponen fundamentalmente de "héroes" que en ocasiones caen presos, no
precisamente por espiar, sino "por luchar contra el terrorismo". Pero,
con independencia de los matices y las técnicas utilizadas, el objetivo
de todos es el mismo: escudriñar sin permiso en el patio del vecino.

Y he aquí que justamente gracias a la refinada tecnología de un malvado
satélite espía estadounidense fue detectado el trasiego de armamento de
Cuba a Corea del Norte. Cargamento tan "inocente" que, curiosamente,
estaba oculto bajo la dulzura de muchos sacos de azúcar, y que de alguna
misteriosa manera el capitán del navío omitió declarar a su llegada al
Canal de Panamá, cuando estaba obligado a hacerlo.

La tercera circunstancia agravante para el general-presidente tiene más
que ver con la explicación que nos debería ofrecer a los cubanos, habida
cuenta que hace apenas unos días fue clausurado el 9no. Congreso de la
UPEC, evento éste en que los periodistas de los medios oficiales, y en
especial el Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de
Ministros, Miguel Díaz-Canel, se hicieron eco de la expresa voluntad del
gobierno de acabar de una vez por todas con el secretismo en la prensa.

Cabría preguntar a este gobierno, entonces, por qué los cubanos estamos
informados sobre los supuestos trapicheos armamentistas del "violento"
opositor venezolano Henrique Capriles, de quien se dice compró un número
significativo de aviones militares a unidades aéreas estadounidenses y
con ellos piensa derrocar al gobierno venezolano; en cambio, no se nos
informó nunca que se mandarían "a reparar" algunos viejos armamentos
cubanos en Corea del Norte, quizás en virtud de algún tipo de callado
acuerdo refrendado entre nuestro presidente y el alto representante del
gobierno de ese país que nos visitara recientemente y con el cual tuvo a
bien reunirse.

En fin, que a Castro II no le quedan más que dos caminos: o bien
cantinflear algunas explicaciones al mundo mientras entre bambalinas
pide disculpas por el desliz a los poderosos vecinos; o bien lanzar la
más usual y torpe de sus estrategias, orquestando un circo con el resto
del coro de payasos latinoamericanos –el médium Maduro, el vilipendiado
Evo y el vocinglero Correa, entre ellos– para esgrimir como escudo la
infinita maldad del Imperio más poderoso de la Tierra y el soberano
derecho de Cuba a burlarse de todas las normas internacionales y de los
acuerdos que suscribe.

En cualquiera de estos casos y más allá de los acontecimientos que se
deriven, esta vez el gobierno cubano no podrá despojarse del pecado de
haber sido políticamente muy inoportuno.

Source: "Prensa oficial sigue escondiendo noticias de Panamá | Cubanet"
-
http://www.cubanet.org/articulos/prensa-oficial-sigue-escondiendo-noticias-de-panama/

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