Friday, July 5, 2013

Operación Alfredo Guevara o la "dolce vita" de un viejo comisario

Operación Alfredo Guevara o la "dolce vita" de un viejo comisario
Publicado el Viernes, 05 Julio 2013 01:04
Por Manuel Zayas*

Cuando murió, en abril pasado, la revista The New Yorker lo apodó "el
padrino del cine cubano". Ahora, el nombre de Alfredo Guevara
(1925-2013) aparece vinculado a una operación policial: el fin de semana
el régimen cubano se empleó en un minucioso registro de la casa del
viejo comisario cultural, que se practicó sin la autorización expresa de
sus herederos legales, residentes en el extranjero.

En el obituario que le escribiera el periodista estadounidense Jon Lee
Anderson en esa publicación neoyorquina, están adelantadas las claves
ocultas de la aparatosa requisa policial que violentó la mañana de los
cuidadores de la mansión habanera de Il Capo de la cinematografía
cubana, el pasado sábado.

"En la última década, Guevara pasó regularmente tiempo en España, donde
un hijo adoptivo suyo había establecido residencia y con la ayuda del
padre, abierto un restaurante", escribió Lee Anderson, confirmando toda
suerte de privilegios que le están asegurados a los dirigentes cubanos y
a sus familias.

En esa frase están contenidos dos de los derechos fundamentales negados
durante décadas al pueblo cubano: la libertad de viajar y de prosperar.
¿Quién pagaba esos frecuentes viajes de Guevara a España? ¿Y con qué
finanzas pudo ayudar un funcionario, que ganaba un exiguo salario en
pesos cubanos, a que un hijo adoptivo abriera un restaurante en la
capital española? ¿Cuál pudo ser la fuente de esas finanzas en divisas,
si no la corrupción en toda regla?

Dirigentes excepcionales, medidas excepcionales

A propósito de la requisa policial, en una reciente entrevista a Gladys
Collazo, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC),
la funcionaria citó la ley vigente y en especial el apartado que habla
de que "toda persona natural o jurídica, tenedora de cualquier bien
patrimonial, está obligada a declararlos ante el Registro Nacional de
Bienes Culturales, sin que ello implique modificación de título por el
que se posee".

Y a seguidas, Collazo confirmó que en el proceso de inventario "hemos
detectado que faltan, por el momento, tres obras de maestros de la
vanguardia cubana. Esta pérdida se constató al cotejar la solicitud que
habían hecho los herederos al Registro para extraer algunos bienes del
país, con las obras que se están inventariando".

La funcionaria ha puesto de relieve la falta de rigor en la aplicación
de ley, pues por un lado habla de la obligatoriedad de todo poseedor de
un bien patrimonial en registrarlo y por otro, que se ha constatado la
ausencia de "tres obras de maestros de la vanguardia cubana",
mencionadas en una solicitud previa de los herederos.

En resumen, Collazo ha venido a confirmar que Alfredo Guevara era
poseedor de obras de maestros de la pintura cubana, y que contra la
propia ley, no las había inscrito reglamentariamente.

Ese vacío en la aplicación de la ley parece ser lo que más ha facilitado
el tráfico de bienes patrimoniales cubanos, que se ha practicado la
mayoría de las veces con anuencia de funcionarios locales, incluido el
propio Alfredo Guevara. Es conocido el hecho de la detención de un amigo
suyo y empleado del Instituto de Cine (ICAIC) en el aeropuerto habanero
en los años 90 mientras trasportaba ilegalmente obras de arte. Cuando
fue detenido, ese funcionario pidió que telefonearan a Guevara, quien
intercedió por su liberación y se le permitió transportar esas obras
fuera del país.

A sabiendas de que no han sido las únicas obras perdidas, muchas
pinturas cubanas que adornaban los salones y pasillos del ICAIC fueron
desapareciendo de la vista de todos. Esas pérdidas son inversamente
proporcionales al tren de vida que pudo asegurarle Guevara a su familia
en el extranjero.

Para documentar la facilidad con que se violaba esa ley figura el propio
testimonio de Alfredo Guevara de cuando Fidel Castro regaló una vajilla
de porcelana de Sèvres a la mismísima Danielle Miterrand, vajilla que
antes había sido saqueada a alguna familia de la burguesía cubana y que,
sin mayor trámite, el dictador regaló a la primera dama francesa para
satisfacer algún repentino antojo.

Maravillas del Vedado

"Maravillas del Vedado" fue el nombre de un pequeño restaurante de
comida cubana abierto en Madrid por el hijo adoptivo de Alfredo Guevara,
Antonio Guevara González, y su esposa, Janet Cueto Parrondo, quienes
figuraron como administradores. El negocio se constituyó el 7 de
diciembre de 2005 y tenía su local en la calle Concepción Arenal No. 6,
cerca de la céntrica Plaza de Callao de la capital española.

A raíz de la crisis que comenzó a afectar a España, tres años después el
negocio cambió de domicilio social y empezó a ser explotado como empresa
de catering.

Fuentes documentales señalan que Janet Cueto Parrondo figuró también
como dueña de otra empresa similar en el balneario de Marbella y
coadministró la Boutique Hogar y Riambau, entre 2003 y 2008, en Mijas,
ambos negocios en Andalucía (sur de España). Personas allegadas aseguran
que todos los negocios explotados por el matrimonio Guevara González y
Cueto Parrondo fueron un fracaso y que acabaron causando deudas que
asumió el propio Alfredo Guevara.

En el 2009, el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid publicó un
edicto donde se notificaba del embargo de las cuentas bancarias de
Antonio Guevara González y Janet Cueto Parrondo por deudas no saldadas
con la Seguridad Social española.

A raíz de la crisis financiera, al matrimonio con sus dos hijos,
nacionalizados todos españoles, se les vio con mayor frecuencia en la
capital cubana. A comienzos del 2012, la familia se reunió por última
vez con Alfredo Guevara. Poco tiempo después se trasladaron a México,
donde se estableció la nieta, Claudia Guevara Cueto, modelo de
profesión, mientras los demás viajaron hasta Miami con el presunto
objetivo de acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.

Según fuentes cercanas, en Miami han invertido en dos residencias y en
automóviles. Una de las propiedades fue comprada en agosto del 2012 por
Antonio Guevara González por un valor de $220 mil dólares y se
corresponde con una casa de cuatro dormitorios y dos baños, ubicada en
el South West de Miami, de acuerdo al registro público de propiedad del
condado Miami-Dade.

Contactada por CaféFuerte en relación con este artículo, Janet Cueto
dijo que la información presentada sobre la familia de Guevara
distorsionaba la verdad, aunque declinó comentar sobre el tema.

"¿Qué se pretende con esta desinformación? ¿Acaso apoyar el acto injusto
que se ha cometido?", se cuestionó Cueto. "Sabemos quiénes somos y cómo
hemos actuado; estamos tranquilos".

La familia ha denunciado que el allanamiento de la vivienda se hizo sin
que se les avisara previamente y sin motivo alguno, y es violatorio del
testamento de Alfredo Guevara, quien dejó a Antonio Guevara González,
Janet Cueto Parrondo, y los dos hijos del matrimonio, Claudia y Alfredo,
como únicos herederos de sus bienes.

Muerte de un jerarca

Alfredo Guevara murió el pasado 19 de abril en la Clínica de 43, un
hospital exclusivo para altos jerarcas del régimen, en donde algunos de
sus amigos no pudieron entrar.

Murió vigilado más por la policía que por su familia: solamente su nieta
Claudia Guevara Cueto, quien se trasladó desde México, pudo verlo en sus
momentos finales. Días después ella esparcía sus cenizas en la
escalinata de la Universidad de La Habana, siguiendo la última voluntad
del fallecido.

A la semana del deceso, el Ministerio de Cultura declaraba su papelería
patrimonio nacional y a los dos meses irrumpía en la vivienda en busca
de documentos, memorias y obras de arte. Medió la denuncia oportuna de
un vecino anónimo, realizada el jueves 27 de junio. Y mientras tanto,
una funcionaria nos aclara que faltan solo "tres obras de maestros de la
vanguardia cubana", sin especificar qué obras y de qué maestros,
elementos claves para seguir el rastro de todo bien patrimonial
expoliado o robado.

Tratándose de un régimen totalitario que todo lo sabe, ¿hasta qué punto
estaría dispuesto a admitir la corrupción de uno de sus acólitos más
serviles?

*Cineasta y periodista cubano. Reside en Nueva York.

Source: "Operación Alfredo Guevara o la "dolce vita" de un viejo
comisario" -
http://cafefuerte.com/cuba/noticias-de-cuba/sociedad/2960-operacion-alfredo-guevara-o-la-dolce-vita-de-un-viejo-comisario

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