Monday, July 15, 2013

No hay cambio de mentalidad

Asamblea, Cambios, Reformas

No hay cambio de mentalidad
El más reciente disparate de la dirección política cubana: la propiedad
estatal como sinónimo de propiedad social
Marlene Azor Hernández, México DF | 15/07/2013 10:13 am

"En Cuba existe y existirá la propiedad social sobre los medios
fundamentales de producción" dijo el domingo 7 Marino Murillo en la
Asamblea Nacional del Poder Popular. Hemos tenido que esperar siete años
para enterarnos que "los cambios estructurales" propuestos por el
presidente Raúl Castro, no significan más que "la actualización" de un
sistema que ha probado no funcionar por más de 50 años. Pero como en
Cuba no hay democracia pues uno puede escuchar los disparates diarios
repetidos por los ecos de una prensa obediente y sumisa, o será
¿desinformada? No hay evaluación crítica de la nueva política.
El primer disparate, que ahora se renueva, es que la propiedad estatal
es lo mismo que la propiedad social. Más de medio siglo de discusiones y
de práctica económica han demostrado que la propiedad estatal no es del
pueblo sino de los que dirigen el estado, pero la ignorancia o la
arrogancia de los que dirigen el país, sin contraparte política interna,
les permite erigir sus "verdades" en voluntad nacional y al margen de
toda la experiencia acumulada en el "socialismo real". Este es uno de
los ejemplos de cómo la falta de democracia económica y política,
pospone los intereses del desarrollo y de los súbditos, perdón, del
pueblo, en espera de que los que dirigen el país "aprendan" a dirigirlo.
Aún, la clase política cubana no ha aprendido que la planificación
centralizada es un fracaso y que la planeación indicativa democrática es
la que hizo a los países como Francia, Japón, Bélgica, Holanda, Noruega
y Suecia, alcanzar grandes niveles de desarrollo a partir de la
posguerra. Esta experiencia no se quiere comprender, si no más bien
insistir en que el socialismo es el partido único, la falta de
democracia ciudadana y la empresa estatal parasitaria, una trinidad
nefasta. "La economía de la penuria" como diría János Kornai. La cúpula
dirigente del país sigue aferrada a la visión de los manuales soviéticos
con el agravante de la ausencia de democracia para corregir un nuevo
rumbo errático.
Con su habitual falta de transparencia, los dirigentes hablan de los
medios "fundamentales" en manos del Estado sin explicar qué se entiende
por ello. No nos queda más remedio, por la falta de explicación, que
deducir una comprensión de "fundamental" como sinónimo de "mayoritaria",
y por eso, se da por sentado que las formas privadas y cooperativas
actualmente confinadas a pocos rubros y asfixiadas por impuestos,
precios arbitrarios estatales y controles directos por parte del estado
es todo lo que se pretende hacer para "socializar" la producción. Estas
formas no estatales absorben sólo menos del 20 % de la población
empleada del país. Nadie ha sometido este "modelo" al escrutinio
popular, porque ya se sabe que la visión de los dirigentes cubanos es
que el pueblo no comprende, es bruto y hay que explicarle, por lo tanto
se toman las decisiones que afectan su vida sin consultarles. Hay que
reconocer que hay una mínima mejora: si antes nunca se daban
explicaciones, ahora el presidente propone explicarle a los ciudadanos
cada cinco años lo que se ha hecho. Una explicación post festum que
imposibilita la participación popular. Pero ya conocemos que la
"participación popular" es pura retórica para la complacencia discursiva
de los que dirigen el país.
La doble moneda y el discurso de "la buena pipa"
Vuelve el tema de la doble moneda y continúa la política de no
resolverlo. No se acaba de comprender "el cuello de botella" que
representa para la productividad y se le analiza a la inversa. No se
producen procesos inflacionarios si se aumentan los salarios y se
aumenta la demanda. El verdadero "cuello de botella" está en que el
estado quiere seguir manteniendo el monopolio estatal del comercio
interno y externo y que los costos de la crisis siga siendo pagada por
la población y por los familiares que envían las remesas. Las políticas
de austeridad no dan resultado, la crisis reciente en Europa lo
demuestra todos los días, pero los dirigentes cubanos viran la cabeza
hacia otro lado y siguen persiguiendo una política de austeridad 23 años
después de la crisis más profunda de su historia. El tema continúa con
una visión monopólica estatal de la economía, con una prohibición sobre
los monopolios capitalistas pero dejando intactos los "socialistas". Una
distorsión de precios que invisibiliza el derroche y la ineficacia en
primer lugar de la empresa "socialista". Mientras no se estimule la
demanda y se aumenten los salarios no se logrará el aumento de la
productividad del trabajo ni podrá contarse con índices económicos
fiables. La doble moneda es el obstáculo mayor de la productividad.
La producción y los servicios en volúmenes
Tampoco han aprendido los dirigentes cubanos que evaluar la producción y
los servicios en volúmenes cuantitativos esconden toda la ineficacia de
la política económica. Se puede decir el monto de pesos otorgados en
créditos que eso no dice nada sobre si la demanda está siendo satisfecha
aunque sea mínimamente. Se puede decir los volúmenes de producción de
los materiales de construcción, que nada dice con relación a las
producciones que no se cumplen en esa rama, ni en qué sentido esa
producción se relaciona con la demanda. Una información cualitativa,
podría ser evaluada en relación a la demanda y por lo tanto servir de
índice para corregir las políticas en curso. De la manera en que hoy se
informa es el mismo modelo soviético de los años 70s que los planes de
producción se cumplen en volúmenes pero no llegan a la mesa del
trabajador. El ex presidente Fidel Castro basó todos sus discursos
largos y muy aburridos, en las toneladas de todo lo que se producía y se
produciría en el futuro, para luego de 50 años concluir que "el modelo
no nos sirve ni a nosotros mismos". En esta manera de evaluar la
producción y los servicios, tampoco hay cambios de mentalidad.
La virtud hegeliana
La nueva campaña en contra de las "indisciplinas sociales" mantiene la
vieja mentalidad de que la virtud y la honestidad se dan como valores
sociales al margen de las condiciones de la vida cotidiana, con una
visión hegeliana digna de los cuentos de hadas. Han dejado que la
población viva durante 23 años en condiciones de "jungla", sin derechos
económicos y políticos, maltratados, humillados, violando las leyes o de
espaldas a ella, sin posibilidades de ganar su sustento de manera
honrada y ahora sostienen la visión de una "consciencia" que lo
resolvería todo. Basta crear consciencia con el discurso político para
llevar de nuevo a la ciudadanía hacia los valores deseados.
Sin un cambio radical en las condiciones de vida cotidianas, y esto
implica una democratización económica y política radical, los llamados a
la honestidad seguirán siendo "cantos de sirena".
Pobres nuestros dirigentes, no se permiten cambiar la mentalidad.

Source: "No hay cambio de mentalidad - Artículos - Cuba - Cuba
Encuentro" -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/no-hay-cambio-de-mentalidad-286638

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