Tuesday, July 23, 2013

Melones de invierno

Melones de invierno
Martes, Julio 23, 2013 | Por Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -Fidel Castro y José Stalin, dos
de los dictadores que más coincidieron en su política, sobre todo
represiva y económica, eran verdaderos enfermos al culto de la
personalidad, término descrito en 1956 por Nikita Jrushchov, cuando
denunció al difunto Stalin en el XX Congreso del Partido Comunista.

A Stalin le gustaba reproducirse en cuadros y estatuas. Llegó a tener
151 en la estación de Moscú. A Fidel, aunque expresara, el 26 de marzo
de 1962, que era enemigo del culto a su persona, que no llevaría
estrellas de general, ni permitiría estatuas, aparecía constantemente en
la televisión, la radio y la prensa escrita, y a consecuencia de quienes
aún practican devoción por él, esto continúa en los medios de
comunicación y sus fotografías ampliadas se exponen en escuelas,
oficinas, edificios.

Los que alimentan el culto a Fidel, en vez de poner en una balanza los
garrafales errores que ha cometido, prefieren verlo por encima de los
mortales en inteligencia y sabiduría, para no perder sus privilegios.

Fidel y Stalin son famosos por sus fracasos en proyectos muy similares,
provocadores del hambre y la miseria de sus pueblos.

El georgiano realizó numerosos experimentos con los cítricos en la costa
del Mar Negro, se empeñó en sembrar melones durante el rudo invierno
moscovita y puso en práctica planes para alterar el ciclo vital de las
plantas. Por orden suya, se sembraron inmensos cordones de cultivos en
tierras inapropiadas, y, en 1948, por iniciativa suya, en el Kremlin se
aprobó un decreto que establecía transformar la naturaleza del país.

En Cuba, Fidel se empeñaba en disecar la Ciénaga de Zapata, en convertir
las aguas de la bahía de La Habana en leche, en la zafra de los diez
millones, en el cordón de La Habana y en las siembras de fresas,
melocotones, o la producción de faisanes, de vacas enanas.

Hasta en gustos particulares coincidieron estos dos hombres que tanto
daño le han hecho a sus pueblos. Si Stalin era fanático a Iván el
Terrible, el zar más cruel de Rusia, Fidel lo es de Alejandro el Grande,
gran rey macedonio que conquistó el mayor imperio del mundo antiguo y
creó una reputación militar que ha tenido escasos parangones a lo largo
de la historia.

Entre tantas coincidencias, también puede pensarse que un Nikita
Jrushchov en Cuba –tal vez sea el mismo Miguel Díaz-Canel-, en un
congreso, le haga un balance a Fidel Castro, que le reconozca sus
crímenes, la irracionalidad con que dirigió el país que tanto daño ha
ocasionado a su economía, el caos en el que hoy están envueltos los
cubanos. ¿Será eso posible?

Source: "Melones de invierno | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/melones-de-invierno/

No comments:

Post a Comment