Thursday, July 11, 2013

Más sobre el nuevo zar de la pelota cubana

Más sobre el nuevo zar de la pelota cubana
Jueves, Julio 11, 2013 | Por Ernesto Santana Zaldívar

LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -Se ha hablado muchísimo en los
últimos meses sobre Víctor Mesa, el nuevo "zar" del béisbol cubano, el
actual "rey de los campos cubanos" (de pelota) ungido con la bendición
del gobierno, tan autoritario como él; pero es conveniente enumerar
algunos de los actos y procedimientos que demuestran esa gracia desde lo
alto y la vocación despótica de quien fuera tan brillante y aclamado
deportista.

Es cierto que desde antes de ser director de un equipo siempre tendía a
comportarse de modo pendenciero y a erigirse en centro de discrepancias,
por su talante explosivo y su actitud desaforada; sin embargo, en los
últimos tiempos —y según la máxima de que solo se conoce verdaderamente
a alguien cuando tiene el poder en sus manos—, los instintos más
retorcidos de su personalidad han salido a flote con total transparencia.

Hace poco, un amigo, que atleta fue en su primera juventud, ducho en
datos estadísticos y observador imparcial y perspicaz del "pasatiempo" o
"espectáculo" nacional, además de otros deportes, detallaba, poniéndolos
en perspectiva, algunos de los ejercicios de abuso de poder, de errática
conducción y de flagrante nepotismo llevados a cabo por el hoy famoso
director del equipo Cuba de béisbol.

Por ejemplo, cuando sacó del team al pitcher Yoandri Portal, lo hizo sin
darle ninguna explicación, como declaró entonces el mismo pelotero, y la
Comisión Nacional se prestó a dar el argumento de que Portal resultó
baja a causa de una hepatitis. No obstante, sorpresivamente, unos días
después, el diario Juventud Rebelde publicó una entrevista donde el
pitcher desmintió esa información y declaró encontrarse en perfecto
estado de salud.

En otra ocasión, cuando durante el último Clásico de béisbol ubicó a un
cuarto bate natural de la talla de Alfredo Despaigne en el sexto turno,
su decisión, además de totalmente arbitraria, terminó siendo también, a
la larga, una disposición equivocada por completo, según demostró el
hecho de que Despaigne quedara al final como el mayor jonronero de Cuba
en aquella importante lid internacional.

Sin embargo, más asombroso aún habría de ser el producto de la
complaciente mezcla de sentimientos paternos y voluntarismo: un
nepotismo ostensible que abunda en otros medios, pero que no es tan
frecuente hallar en los terrenos de pelota, como es el caso con su hijo
dilecto Víctor Víctor (¡y vaya la insistencia patronímica!).

Ante todo, vimos cómo Víctor Mesa puso a jugar a su forzado heredero
como integrante regular del equipo Matanzas y lo dejó inamovible en los
jardines, primero, después de quitar al prometedor Ariel Sánchez
(limitándolo al papel de bateador designado, lo cual iba contra el
desarrollo de ese excelente pelotero de la Preselección Nacional) y,
luego, llevando al junior al jardín central en sustitución del ya center
field del equipo Cuba Guillermo Heredia, a quien envió para el jardín
derecho.

Y ese puesto de integrante regular del equipo para el bisoño Víctor
Víctor se mantuvo irrevocable durante toda la Serie Nacional, lo mismo
que si el muchacho hubiera cumplido con todas las expectativas, a pesar
de que llegara a batear con un average por debajo de 200, cosa
peculiarísima en relación con un novato.

Y no menos estupor causó, subraya el buen observador, que Víctor Mesa y
su retoño hayan sido autorizados a portar, ambos, el mismo número, el
32, lo cual implica, por supuesto, que haya un número repetido dentro un
solo equipo (¡vaya manía de redundancia!).

Convertirse en "zar" de la pelota cubana, según la última concesión que
se le ha hecho como manager del equipo Cuba durante cuatro años,
significa que Víctor Mesa pasa a ser el protagonista indiscutible del
llamado mayor espectáculo en el país. Eso quiere decir que es un
incondicional del poder político. Y si bien, por su efervescente
carácter y su impune y grosera agresividad, puede resultar temible para
jugadores, para otros directivos, para árbitros y hasta periodistas
deportivos, de seguro ante sus verdaderos manejadores se comporta con
mucha más moderación y deviene subordinado absolutamente confiable y
predecible. Por algo le perdonan que sea tiranuelo en la ínsula
Barataria del béisbol nacional.

Pero, como tantos, en realidad no es más que un soñador despierto cuando
se muestra tan achispado con el poder enorme que cree que beberá
insaciablemente mientras quiera. Muchos otros antes que él, en campos de
juego de todo tipo y hasta de mayor "seriedad", vieron decretada,
igualmente desde lo alto, una profunda resaca, repentina e inapelable,
que los arrastró de vuelta a las tinieblas, lejos de todo ámbito
cortesano, porque siempre hay artes más breves que la vida.

Source: "Más sobre el nuevo zar de la pelota cubana | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/mas-sobre-el-nuevo-zar-de-la-pelota-cubana/

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