Monday, July 22, 2013

Hijos del Período Especial

Hijos del Período Especial
Lunes, Julio 22, 2013 | Por Frank Correa

LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org - En una guagua, escuchamos la
conversación de una madre y su hijo, que ejemplifica de manera clara el
empobrecimiento espiritual de la sociedad tan enunciado por estos días.

La madre, mulata de treinta años, acompañaba a su hijo de diecisiete a
una unidad policial de El Vedado, donde debía hacerse una prueba. Y por
más que le preguntaba qué tipo de prueba, el muchacho la esquivaba.

Era una madre que evidentemente había perdido el control sobre el hijo,
algo característico en las "madres del período especial", que ahora
recogen los frutos de una mala planificación familiar. Casi todas son
madres solteras o divorciadas, proliferan en un medio hostil,
obnubiladas por un problema llamado Desatención a Adolescentes, que
provoca familias disfuncionales, por vivir en un contexto social y
económico adverso, quemar etapas, relaciones sexuales precoces,
ausencias de programas sociales, mala comunicación con sus padres…

La madre pidió encarecidamente al muchacho que cuando terminara la
prueba fuera a La Lisa, a ver al papá, que estaba enfermo, a punto de
morir, pero el muchacho le dijo que no podía, porque después iba a
pelarse. La madre insistió. Dijo que tal vez fuera la última vez que lo
viera. El joven se mostró iracundo. Le dijo que mirara su pelado "yonky"
cómo estaba de feo.

-¿Y de qué es la prueba, Ángelo?

-De orina.

-¿Para qué…? ,¿estás enfermo?

-¡Qué enfermo ni enfermo… ,mamá…! Es por la fuma…

-¿Qué cosa tu fumas, Ángelo…?

-Cualquier cosa… lo que aparezca… ahora mismo estoy loco ya… llevo una
semana en el programa y estoy desesperado…

-¿Qué programa?

-Uno ahí… obligado por el jefe de sector… pero ya no aguanto más…

-Debes tener voluntad…

-¿Voluntad… ,mamá…? ¿Qué es eso? ¿Una calle de La Habana?

La madre , avergonzada, miró a los pasajeros, pero disimulamos mirar a
otra parte. Dolía su desprotección ante el problema y la falta de
carácter, que no tuvo para educarlo.

Antes de bajarse en el paradero y con lágrimas en los ojos, le pasó la
mano por la cabeza. Tal vez recordaba el momento cuando lo trajo al
mundo y tantos sueños perdidos, y el callejón sin salida donde ahora
andaba atrapado su Ángelo. Un mundo donde pelarse era más importante que
despedirse del padre moribundo.

El muchacho apartó la cabeza con desprecio y bajó de la guagua sin mirar
siquiera cómo bajaba la madre.

Source: "Hijos del Período Especial | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/hijos-del-periodo-especial/

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