Cuba - métodos obsoletos

Publicado el lunes, 07.22.13

Cuba: métodos obsoletos
Oscar Peña

El gobernante de Cuba Raúl Castro tuvo la honestidad de confesar hace
unos meses la verdad más verdad (adrede la redundancia) que se haya
expresado por la alta dirección del gobierno cubano:

"Nuestro peor enemigo no es el imperialismo… sino nuestros propios
errores. Tenemos el deber elemental de corregir los errores que hemos
cometido en estas cinco décadas". (Raúl Castro)

Una evidencia de esa verdad: el gobierno de Cuba acaba de cometer la
gigantesca irresponsabilidad de transportar un cargamento bélico no
declarado a Corea del Norte, país que ha sido sancionado por el Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas por mantener un comportamiento
peligroso y agresivo que amenaza la paz mundial. Cuba forma parte de las
Naciones Unidas, donde sus resoluciones son acatadas por todos los
miembros del organismo mundial.

Por muchas declaraciones, explicaciones, tretas y razones que esgriman
ahora las autoridades de Cuba no hay justificación en los tiempos
actuales para cometer esa grave infracción, insensatez y disparate.

No es un secreto para nadie que hace muchos años La Habana adiestró y
suministró armas a las guerrillas y grupos armados de América Latina e
introdujo en África oficiales de las fuerzas armadas con tropas
conformadas por civiles de Cuba convertidos en 24 horas bajo una
tremenda presión social en soldados a participar (década del 70) en
conflictos extranjeros como los de Angola y Etiopía. Fue un crimen la
muerte de más de 5,000 cubanos solo por el deseo enfermizo de Fidel
Castro de ser faro y centro del mundo.

Ya hoy la comunidad internacional y el pueblo cubano consideraban que
esas injerencias en casas ajenas y métodos obsoletos de actuar era una
etapa superada por la dirección del país. Sin embargo, lamentablemente
para la nación cubana (la conformamos todos) no ha sido así. Es muy
frustrante para los diferentes países, instituciones internacionales y
personalidades nacionales y extranjeras que han abogado y puesto su
reputación y prestigio por delante reclamando se abran puertas a Cuba y
sea sacada de la lista de países patrocinadores de terrorismo observar
estas innecesarias e irresponsables acciones. Están desconcertados.

Este suceso ha sido un crimen triple:

• El propio gobierno de Cuba se ha condenado y golpeado por no querer
superar la vieja, absurda e inútil apariencia del rebelde profesional
que está contra todo lo normal. No tienen a quién echar culpa. Se
dispararon a sus propios pies.

• Es una ingratitud a la comunidad internacional y

• un crimen contra la fe, sueños y esperanzas (siempre las rompen desde
adentro) que tiene el pueblo cubano hoy que la nueva dirección del país
se había puesto "pantalones largos" y había renunciando a la práctica de
buscar primeros cintillos de prensa internacionales con temas que no
representan prosperidad para ellos.

Nadie puede digerir este disparate de La Habana en medio de la evolución
de las mejores relaciones con el mundo, incluyendo Estados Unidos. Es
compleja la situación y con consecuencias muy serias de retroceso y
falta de confianza ante la opinión pública y ante el pueblo cubano, que
siempre ha sido en estos 54 años quien pasa sacrificios, necesidades y
limitaciones porque los timoneles encallan el país. Para mí la mejor
opción, salida o respuesta ante el grave dilema es que el general Raúl
Castro en persona tenga la gallardía y el valor de reconocer
públicamente la grave transgresión y con pocas palabras pedir excusas a
nacionales y extranjeros expresando:

¡Viva nuestro 26 de Julio! pero con lo de Corea del Norte ¡Ensuciamos el
país! Este hecho cometido por nosotros también califica entre los
valores perdidos en la sociedad cubana. Pedimos disculpas. Permítannos
tener una rectificación verdadera y fregar esas viejas actitudes.

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