Saturday, July 27, 2013

Cuál fue el acto más costoso por el 26 de julio en 54 años?

¿Cuál fue el acto más costoso por el 26 de julio en 54 años?
Publicado el Jueves, 25 Julio 2013 15:32
Por Omar Ruiz Matoses*

Esta es una fecha luctuosa para Cuba. Estoy seguro que en un futuro no
lejano el 26 de Julio será recordado como el día en que comenzó la
destrucción de un país en nombre de promesas falsas y de afanes de
poder. Pero también se recordará, en sus sucesivas celebraciones a
partir de 1959, como una fecha de despilfarros innecesarios.

La preservación de la memoria cubana de las últimas cinco décadas
implica rescatar una historia no contada por el discurso oficial. La
otra historia del dolor, la censura y la dilapidación de los recursos de
la nación que no se ha contado o está sepultada por la visión
totalitaria de la propaganda castrista. Esa otra historia es también la
historia del despilfarro gubernamental en todos los sectores estatales
en función de las máximas esferas del gobierno. Es una cuenta que no
podemos olvidar. Es parte de la responsabilidad de los victimarios.

Quiero rescatar como ejemplo de ese despilfarro nacional un hecho
sucedido hace exactamente 25 años, en ocasión de los preparativos del
acto por el 26 de julio en Santiago de Cuba. El recuento servirá a la
vez para desmitificar un poco otro de los estandartes de la historia
oficial: esa enorme cantidad de 600 y tantos atentados que le han
preparado al Comandante en Jefe y que forman parte de un arsenal de
imaginación propio de las peores películas de ciencia ficción de Hollywood.

Corría el año 1988. Yo era miembro de la Comisión de Protección del
Comandante en Jefe, que así con este nombre rimbombante se creó por
órdenes de la jefatura Ministerio del Interior (MININT) cuando alguien
habló por Miami sobre un probable atentado a Fidel Castro usando como
armamento un pequeño avión teledirigido.

Donde manda General

Como era conocida la ubicación geográfica de la sede del 26 de de Julio
en Santiago de Cuba, que es una ciudad rodeada de lomas de cierta
envergadura, la preocupación estaba en la imposibilidad de detectar el
vuelo de uno de esos artefactos por los medios radiotécnicos de las
Fuerzas Armadas (FAR), dadas sus pequeñas dimensiones y la poca
superficie de reflexión a las ondas electromagnéticas.

De modo que se formó el corre-corre en los altos mandos militares y,
sobre todo, en la Dirección General de Seguridad Personal (DGSP), que
vela por la protección física de Fidel Castro, y de inmediato nos dimos
a la tarea de neutralizar al "enemigo" inexistente, pues realmente no
habían señales claras de que el atentado fuera a ocurrir.

Pero como "donde manda capitán no manda soldado" (y aquí los que
mandaban eran generales), comenzamos a buscarle la "quinta pata al
gato", diseñando todo un sistema técnico-operativo en el que implicamos
a prácticamente todos los recursos disponibles de las FAR y el MININT,
la contrainteligencia de ambos organismos armados y algunas entidades
civiles como la Aduana General de la República y el Instituto de
Meteorología, en un tremendo derroche de fuerzas y medios. Y como era de
esperar, todas nuestras medidas fueron aprobadas por el mando superior.

Enumero algunas de estas medidas para que traten de sacarles el costo:

- Emplazar baterias de "Shilka" (cañones AAA estilo Vulcan
autopropulsados y equipados con radar) en el lomerío que rodea la ciudad
de Santiago de Cuba, como primer círculo de protección al acto de masas
y por supuesto al Comandante, en completa disposición combativa, listos
para repeler cualquiera de estos pequeños aparatos si es que fueran
detectados. En este despliegue las baterías estuvieron bajo el mando de
un viejo y experimentado artillero del Ejército Oriental, el teniente
coronel Veranes.
- Desplegar un grupo de escoltas de la guardia personal del Comandante,
sustituyéndoles el armamento convencional por escopetas calibre 12, con
un cono de dispersión amplio de las municiones con el propósito de que
pudieran dañar el hipotético "avioncito" agresor. ( Es incalculable el
despelote que se hubiera armado si aparece uno de esos objetivos: un
corre-corre olímpico con las consabidas "bajas colaterales").
- Impedir que en el acto se usaran radios portátiles, empleados por los
participantes como regla de estos actos para poder escuchar con mas
claridad las palabras de Fidel Castro, previendo que no sirvieran de
"radio-faros" a los eventuales objetivos. Es decir que todo espectador
que acudió ese 26 de julio al acto con un radio portátil deberá recordar
que fue sacado de inmediato de la explanada por las fuerzas auxiliares
que se despliegan en estos casos, y que quedan subordinadas
automáticamente a la DGSP tras el arribo del Comandante al lugar.
- Situar una VTR en la parte trasera de la tribuna para la evacuación
del Comandante si fuera necesario.
- Utilizar el radar meteorológico RC-32B, emplazado en la altura
predominante de la Gran Piedra a más de 1,400 metros sobre el nivel del
mar. Por su poder de captación y medición de coordenadas, así como por
ser el medio radiotécnico más moderno y mejor equipado que existía en el
país en ese momento para transmitir la alerta temprana en un tiempo
menor que nuestros radares.
Esos equipos, de fabricación japonesa, fueron donados por la
Organización Meteorológica Mundial (OMM) para la red de prevención de
huracanes en el Caribe y pertenecían al Instituto de Meteorología de la
Academia de Ciencias de Cuba. Allí estuve yo al frente de una excelente
dotación de operadores, un buen navegante y un helicóptero, por si
acaso. Para evitarle problemas a esa institución profesional no militar,
vestimos a nuestros operadores con camisas blancas con el fin de darles
un aspecto más civil, aunque fue difícil de creérselo. Transcurridos
algunos días del operativo, todo Santiago de Cuba conocía -con profusión
de detalles- la utilización que hicimos con fines militares de ese
artefacto donado a Cuba por una entidad de Naciones Unidas.

Tantas fueron las medidas preventivas tomadas en ese acto de masas, que
hicieron exclamar al entonces ministro de las FAR, General Raúl Castro:
"Este es el 26 más caro que se ha celebrado".

La cólera del Comandante

Como colofón, en esa misma jornada y en plena alocución del Comandante,
por encima de la tribuna pasaron rasantes dos aviones Mig completamente
artillados, pues desde mi posición se detectó un Destroyer
estadounidense que se aproximaba peligrosamente a la bahía santiaguera y
de inmediato se notificó al Puesto de Mando, que ordenó el despegue de
los Migs.

Por la posición de la pista de Santiago de Cuba, los aviones tenían
obligatoriamente que pasar por sobre el acto, además del consabido
forsage de las turbinas de estos aparatos por lo corta que era la pista
local en aquel entonces.

Dicen algunos colegas de entonces que esto causó un arranque de cólera
del Comandante y que quizás fue la última gota que colmó la copa para la
sustitución del General de División Francisco Cabrera González, quien
estaba al frente de esa cobertura y ostentaba los cargos de viceministro
de las FAR y jefe de las tropas de la DAAFAR.

No pasó nada salvo este incidente de tragicomedia. Se apagó la señal
operativa y como secuela se añadió un abultado presupuesto que, como
siempre, cayó silenciosamente sobre las espaldad del pueblo cubano.

*Ingeniero eléctrico y ex teniente coronel de las FAR y el MININT. Fue
sustituto del jefe de la Contrainteligencia Militar en las FAR hasta su
traslado al MININT en 1987. Laboró como asesor de la técnica operativa
de la Dirección General de Contrainteligencia del MININT. En 1991 fue
condenado a 20 años de prisión por un tribunal militar, acusado de
salida ilegal del país, desacato, conducta deshonrosa, espionaje y
deserción. Actualmente reside en Madrid.

Source: "¿Cuál fue el acto más costoso por el 26 de julio en 54 años?" -
http://cafefuerte.com/cuba/noticias-de-cuba/politica/3029-cual-fue-el-acto-mas-caro-por-el-26-de-julio-en-54-anos

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