Friday, August 24, 2012

Verdugos sin castigo

Publicado el viernes, 08.24.12

Verdugos sin castigo
Pedro Corzo

Las declaraciones de Alfredo Guevara a la Televisión Española obligan a
reflexionar las causas que motivaron que un número importante de
cubanos, casi todos con títulos universitarios y muchos procedentes de
familias de clase media y alta, que eran los que más posibilidades
tenían de disfrutar las libertades burguesas, así las denominaban,
fueran los verdugos de los derechos de todos, y muy en particular los de
las generaciones por venir.

Lo que dijo Guevara muy probablemente sea la conclusión a la que han
arribado muchos de los que construyeron a sangre y fuego, arropados en
la mentira y la difamación, el totalitarismo cubano, pero el caso de
Guevara es muy especial, porque aunque no haya estado en la línea del
frente, dirigido un centro de represión o un pelotón de fusilamiento,
integraba la más alta cúpula del poder y era amigo personal de Fidel
Castro, por lo que aquí cabe lo que dice el novelista José Antonio
Albertini, "con la tinta también se mata".

Mientras Ernesto Guevara, Ramiro Valdés, José Abrahantes, Sergio del
Valle y otros más, dedicaron todo su esfuerzo y voluntad a destruir a la
oposición conduciendo al paredón a miles de personas, a la cárcel a
decenas de miles y a campos de concentración como los de la UMAP a miles
de jóvenes; Manuel Piñeiro, Víctor Dreke y Ernesto Guevara entrenaban a
miles de jóvenes del continente, inculcándoles la certeza de que la
violencia era la única solución a los males de sus respectivos países,
lo que llevó el luto y la pena a cientos de hogares de América Latina.

Por su parte, Arnaldo Ochoa, Ulises Rosales del Toro, Raúl Menéndez
Tomasevich, Leopoldo Cintas Frías y otros entorchados cubanos, cumplían
los sueños imperiales de Fidel Castro en África y América Latina,
mientras en la isla Armando Hart Dávalos instrumentaba el control
absoluto de la educación e intentaba crear y promover nuevos valores
sobre los que se desarrollaría el nuevo orden. Entretanto, Luis Felipe
Carneado organizaba la represión a las iglesias y sus fieles,
instrumentaba la infiltración en las diferentes religiones y logias
fraternales, para asumir su control en el momento preciso.

Simultáneamente los medios de comunicación pasaron al control del
estado. Se estableció un absoluto control en la información y el derecho
de expresión, varios fueron los artífices de esta misión tan destructiva.

Aceleradamente el estado cubano se enfiló a la quiebra económica. Las
industrias y los comercios fueron confiscados. La construcción paso al
control del estado. Los bienes de consumo empezaron a desaparecer.

Raúl Roa García se prestó como instrumento principal para que Cuba se
convirtiera en un país dependiente de la Unión Soviética. La política
exterior cubana fue un reflejo de la soviética a excepción de aquellos
puntos en los que el máximo líder tenía un interés especial.

Por su parte Nicolás Guillén no fue menos. Aceptó dirigir la UNEAC, un
engendro castrista para controlar a los escritores y artistas, mientras
Alfredo Guevara, uno de los más influyentes colaboradores de Fidel
Castro, cumplía los suyos, fundando el Instituto Cubano de Arte e
Industria Cinematográfica.

Se instauraron otros engendros culturales para atar a los intelectuales.
Uno de ellos fue el Consejo Nacional de Cultura y otro la Casa de las
Américas, dos piezas claves para impedir una actividad intelectual
independiente.

De hecho y por encima de los demás cancerberos de la creación Guevara
asumió el control del mundo intelectual cubano. Impidió que los
creadores se expresaran con libertad imponiendo en todas las instancias
la ortodoxia fidelocastrista de "con la revolución todo, contra la
revolución nada".

Se asalarió la creación intelectual y aquellos que fueron y son todavía
hoy capaces de negarse, a pesar del mea culpa de Guevara, sufren en el
mejor de los casos el exilio interno o externo.

Guevara dice asumir como propios los errores de la Revolución y que en
su opinión lo que está sucediendo en Cuba, aludiendo a las supuestas
reformas de Raúl Castro, es una apertura para que retorne la libertad,
las libertades que nunca debieron ser mal vistas, frase con la que sigue
escondiendo su complicidad con los dos grandes responsables de la
destrucción moral y material del país, Fidel y Raúl Castro, porque en
Cuba las libertades nunca fueron mal vistas, los que lucharon y siguen
luchando por ella sufren persecución y acoso, se exilian, van a la
cárcel o encuentran la muerte como Porfirio Ramírez, Laura Pollán,
Orlando Zapata Tamayo, Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero.

Periodista de Radio Martí.

http://www.elnuevoherald.com/2012/08/24/1284322/pedro-corzo-verdugos-sin-castigo.html

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