Monday, August 13, 2012

La respuesta escrita a una entrevista oral

La respuesta escrita a una entrevista oral

La última pregunta- me espetó el entrevistador- ¿Cómo son las relaciones
actuales de Cuba con Estados Unidos?– Perdón, pero no me encuentro
capacitado para responder eso- fue mi respuesta y entonces el periodista
pasó a otra última pregunta que guardaba en la recámara.
Martín Guevara
agosto 12, 2012

Una vez transcurridos unos minutos después de terminada la entrevista me
quedé pensando en como habría podido aprovechar la cuestión para
comentar aspectos de mi interés, acerca de los que puedo opinar
sintiéndome a gusto. Pero esto me ocurre en la vida casi con todo lo que
expreso por medio de la voz. Tal vez esta sea una de las razones por las
que prefiero manifestar mis pensamientos a través de la escritura, la
otra es no escucharme en mi tono ligeramente nasal.

Pensé que tal vez no pueda hablar de cifras y datos respecto de la
actualidad de los convenios, quizás no pueda dar fe de las transacciones
y negociados entre estos dos países más acostumbrados a las hostilidades
que a la convivencia. Quizás no pueda comentar el modo exacto en que se
están comenzando a fraguar las capitulaciones de los postulados, de los
juramentos, del absurdo, de la crueldad y de la tozudez en ambas
orillas a lo largo de más de medio siglo; pero sí que me habría gustado
pasear mis apetencias e inquietudes en el viscoso terreno de las
suposiciones.

Me hubiese gustado dirigirme a los cubanos que desde hace un tiempo más
que prudente, vienen depositando su confianza en que tarde o temprano
la democracia occidental terminará por darle un merecido a los déspotas
que los enviaron al exilio, a las prisiones o al ostracismo, y
advertirles que se fuesen haciendo a la idea de que posiblemente los
gobiernos de las potencias capitalistas entrasen en una creciente
amnesia paulatina, en la medida que también con la misma vertiginosidad
atacase a la memoria de la dirigencia cubana, compuesta de los mismos
que combatieron a sangre y fuego toda proximidad al capitalismo, a la
democracia, a la sociedad de consumo ( exclusivamente para los
representantes del pueblo vulgar, mientras en las familias de la
dirigencia esas estrictas normas hallaban cierta relajación).

Solo por preservar la salud sería conveniente que tuviesen en cuenta al
menos que existe la posibilidad, ya no tan remota, de que al quitar las
barreras que al gran capital transnacional le ocasionaba severo
malestar, al tiempo se diluyan los rencores bajo el peso del mercado, y
comience un repentino romance entre los gobiernos occidentales y los
mismos tiranos de siempre de la isla, sin cambiar siquiera la fachada,
sin arrojar el látigo al abismo, sin pedir perdón por los desmanes, por
los crímenes, por el asfixiante abuso sobre los abusados.

Una vez que puedan instalarse sin trabas las transnacionales expropiadas
en el pasado o sus vástagos ¿para qué persistir en el enfrentamiento? Se
dirán unos a los otros: "Negocios son negocios, no había nada personal",
harán borrón y cuenta nueva. En definitiva ¿quién está más apto para
llevar los asuntos de un ministerio que alguien que ya tiene en su
agenda los datos de todos sus homónimos en el mundo? Y por otra parte ¿
que utilidad podrán tener todos esos bregados luchadores por un mundo
mejor, por justicia, por equidad e igualdad de oportunidades, frente a
un manojo de pusilánimes de escasísima vergüenza que además de contar
con la ventaja de una moral absolutamente moldeable, tienen también las
riendas de las fuerzas represivas?. Por las dudas.

Yo me curaría en salud y recordaría por unos instantes quienes fueron
los que comandaron los cambios nada más ni nada menos que en la Unión
Soviética, desde un Gorbachov y un Yeltsin , ambos dirigentes del PCUS
en sus regiones de nacimiento y cómplices de cuanta tropelía se cometió
bajo sus mandos cuando no responsables directos, hasta el ex agente del
KGB Putin, sin embargo cambios que resultaron abruptos y radicales,
sin el más mínimo rastro de alguna utopía socializadora de las riquezas,
ni siquiera de mínimas garantías para los ex adorados proletarios. Desde
occidente solo se les exigió que abandonasen sus posiciones políticas,
no sus cargos.

Sucede un tanto de lo mismo en Cuba. Esa especie de obsecuentes que al
auto proclamarse comunistas cuentan con prebendas y privilegios frente a
quienes piensan de otro modo o simplemente presentan algún grado de
pudor, y que han conformado en la práctica la totalidad de los
burócratas en el poder de los países socialistas, habrán sido cualquier
cosa menos comunistas y a su vez son quienes más daño han ocasionado a
la percepción universal de dicho disparate de sociedad dictatorial y por
ende imposiblemente igualitaria, convenientemente disfrazada de clímax,
de no va más , de súmmum de las sociedades resumido en el principio
marxista de: " a cada cual según su necesidad".
Cada amordazado, cada alcoholizado por la paranoia, cada reprimido, cada
preso, cada disidente, cada rockero, cada espíritu libre aprisionado,
cada exiliado, que pretenda que al cabo del gobierno de los gerontes
hermanos, una vez extintos lo actuales parámetros socio económicos de
gobierno de la isla, tendrán acceso a dirigir la construcción de una
nueva sociedad, no olviden del todo el arte de resistencia y la
persistencia, ni distraigan en la carretera sus petates de eternos
opositores, tal vez conserven su razón de ser.

Podemos observar como alfiles, caballos y torres de los aparatos del
establishment cubano ya se están aprovisionando a tiempo de pequeñas
anécdotas de diferencias con la dirigencia, asegurándose una parcelita
paradisidente de cara al experimento venidero. Ya pululan conversos
coroneles, ministros, cancilleres, todo tipo de lacra que en su momento
se emplearon con dureza contra quienes escuchaban en el malecón a Grand
Funk Railroad aplicándoles una mancha en el expediente acumulativo que
les acompañaría de por vida bajo la acusación de "diversionismo
ideológico" o de "desafecto" por escuchar a la recien hoy legalizada
Celia Cruz después de cincuenta años, quien en vida no pudo regresar a
su país y cuyas canciones prohibieron ya que al parecer, su "Bemba
Colorá" incitaba a subvertir el orden, o bien a quien deseaba leer
"Paradiso" de Lezama Lima, literatura hippie o consumir cultura beat y
ya con extrema contundencia a quien se le ocurriese exigir su prometida
porción de libertad.
De entre aquellos que oí decir a viva voz para ser escuchados en los
cuatro rincones: ¡Socialismo o muerte!, dudo que uno solo esté dispuesto
a morir por causa alguna que no sea el empacho de víveres, y menos aún
que alguna vez, ni siquiera en sus peores pesadillas hayan hecho el más
mínimo gesto de socializar algo propio.

Entiéndaseme bien por favor, nada más distante que pretender que esas
almas repletas de un inquietante vacío sólo habitado por la
pusilanimidad más abyecta, aguarden fusil en mano, ateridos y aterrados
en la noche de la Sierra de El Escambray, el intercambio de disparos
que los ubique en hoy única parte posible de su tan cacareado dilema;
pero que al menos tengan el decoro de dar un paso al costado y sólo
levantar la mano cuando sea el turno de los arrepentimientos y las excusas.

Me temo incluso que llegará el momento, en que para ciertos organismos
de poder occidentales que alientan desde afuera a la disidencia,
personas como Payá podrán pasar a representar una rémora, un incómodo
testigo de la carencia de toda ética.
Y aunque por supuesto todo esto deba permanecer en cuarentena al
tratarse de una premonición elaborada con ingredientes de mi propia
huerta, solo por si en este caso la excepción de la regla me consagrara
con el don del acierto, no estaría de más que quienes han sido oprimidos
por la tiranía se hiciesen a la idea de una prolongada peregrinación
en las antípodas. O como mínimo a tener que compartir cama con los
alacranes.

O quizás no haya dicho nada esto cuando el periodista me hizo lo que
iría a ser la pregunta del estribo, porque aún existe una tercera razón
por la que prefiero escribir lo que pienso en lugar de decirlo, es que
hablando puedo llegar a ser tan vehemente o por el contrario tan cínico
que de ese modo cobran varios enteros mis posibilidades de acertar en
los presagios.

http://www.martinoticias.com/content/article/13673.html

No comments:

Post a Comment