Tuesday, August 21, 2012

Eliminan viejas prohibiciones, ¿las eliminarán todas?

Eliminan viejas prohibiciones, ¿las eliminarán todas?
Martes, Agosto 21, 2012 | Por Roberto Jesús Quiñones Haces

GUANTÁNAMO, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Se ha extendido el rumor de
que el departamento ideológico del PCC ha orientado al ICRT la
conveniencia de terminar con la prohibición de trasmitir la música de
afamados intérpretes cubanos que residían en el exterior del país debido
a sus desavenencias políticas con la Revolución o porque salieron en
busca de nuevos y mejores horizontes. He escrito rumor porque aunque la
noticia está siendo amplificada desde hace varios días por Radio Bemba
ningún órgano de prensa del país ha ofrecido la información. Sin
embargo, en una reciente edición digital de Progreso Semanal, un
órgano de prensa que radica en Miami, ha aparecido un artículo de Tony
Pinelli sobre el asunto, así que parece que algo hay.

En realidad nunca debió existir tal prohibición porque resulta
contradictorio que un gobierno que se proclama humanista apruebe ucases
que para las generaciones venideras resultarán asombrosos. Y es que en
Cuba, desde 1959 hacia acá, ha existido en no pocos sectores de la vida
social una confrontación entre lo que pregonan nuestros principales
dirigentes y lo que se hace. Por ejemplo, a la entrada de la librería
Dionisio San Román, en mi natal Cienfuegos, había una frase de Fidel
Castro reproducida con letras bien grandes, que afirmaba: "Nosotros no
le decimos al pueblo cree, le decimos lee". Es cierto que con la
creación de la Imprenta Nacional de Cuba se publicaron numerosas obras
clásicas de la Literatura Universal y el público cubano tuvo acceso a
libros cuya hechura no se destacaba por su calidad pero que estaban
al alcance de todos por sus precios. Sin embargo, muy pronto comenzaron
a verse con nitidez las lagunas de los programas editoriales y quedó
claro que se le decía al pueblo "lee", pero se ocultaba que iba a leer
lo que decidieran las autoridades. De ahí que a 52 años de aquél
primero de enero de 1959 que tantas expectativas creó en nuestro pueblo
aún continúan sin publicarse obras de indudables resonancias
universales. No pretendo hacer un prontuario de ellas pero vale la pena
mencionar que entre los autores soslayados no están solamente los
filósofos, sociólogos y juristas más destacados de los últimos cincuenta
años sino autores de probada filiación marxista como Rosa Luxemburgo y
Antonio Gramsci. Ni qué decir que aún el lector cubano espera por ver en
nuestras librerías las obras de Nietzsche, Ernst Jünger, Freud, Max
Weber, Bertrand Rusell, Octavio Paz y muchísimos otros, así como
novelas extraordinarias como "El lobo estepario", de Herman Hesse,
"Ferdydurke", de Witold Gombrowicz, "El hombre sin atributos", de
Robert Musil o "Los inocentes" y "Los sonámbulos", obras cumbres de
Herman Bröch. ¡Qué decir de Milán Kundera, George Orwell, Arthur
Koestler, Milovan Djilas y Vargas Llosa! La lista de escritores cubanos
que aún no han sido publicados o reeditados también es larga porque
la decisión debe pasar primero por el tamiz de la política y hasta
ahora, según parece, los miembros del departamento ideológico sólo se
han decidido a echar unos pasillitos con Celia Cruz, Willy Chirino o
Gloria Estefan.

Uno de los absurdos mayores ha sido la publicación mutilada de las Obras
Completas de José Martí, las cuales han llegado a los anaqueles de las
librerías faltándoles los tomos donde el Apóstol expuso su pensamiento
social, sus críticas al marxismo y sus opiniones sobre la democracia.
Sus obras deberían reeditarse constantemente y estar siempre en venta,
pero ocurre que cada día "el autor intelectual del asalto al cuartel
Moncada" se vuelve tan subversivo como "La historia me absolverá". No se
puede realizar una Campaña de Alfabetización, continuar ofreciéndole
instrucción al pueblo y luego creer que éste va a actuar siempre como un
dócil asalariado del pensamiento oficial, peligro sobre el cual alertó
Ernesto Guevara en su ensayo "El hombre y el socialismo en Cuba".

Éste fenómeno de las prohibiciones no existe sólo en el ámbito cultural
sino que se extiende a muchas otras esferas de la vida social del país.
Por ejemplo, se entregaron viviendas a numerosas familias pero hasta
hace menos de un año, aunque uno fuera propietario de un inmueble, no
podía venderlo y si decidía permutarlo debía cumplir numerosos
requisitos. Se entregaron tierras a los campesinos pero se les indicó lo
que tenían que producir en ellas y se les prohibió sacrificar el ganado
mayor de su propiedad. Se autorizó la adquisición de autos a
determinadas personas pero se prohibió su venta. Se estableció que,
viviendo en una isla, todo cubano que decidiera pescar tenía que
acreditarse como pescador deportivo e informar adónde iría a pescar cada
vez que decidiera hacerlo y se impuso la prohibición de salir a pescar
mar afuera si no se pertenece a una cooperativa pesquera. Se prohibió
la construcción de embarcaciones, hacerlo sin la autorización del MININT
puede convertir a cualquiera en autor de un delito de Salida Ilegal del
País. Se prohibió la posibilidad de entrar y salir libremente de Cuba,
un derecho reconocido por múltiples instrumentos jurídicos
internacionales ratificados por el gobierno cubano y hasta se prohibió
la libre circulación de personas dentro del territorio nacional pues
para ir al municipio de Caimanera se necesita un permiso especial que
otorga el MININT, está prohibido caminar por las zonas residenciales
donde se hallan las casas de los principales dirigentes del país y quien
viaje a La Habana por mero placer corre el riesgo de que se le aplique
el Decreto Ley dictado durante el período especial , que establece la
detención y el reenvío al lugar de origen de todo ciudadano que no
justifique su estancia en "la capital de todos los cubanos". Hasta
hace muy poco tiempo estuvo prohibida la entrada de los cubanos a los
hoteles destinados al turismo internacional y la tenencia de divisas.
También se prohibió la venta de armas y su tenencia ha sido autorizada
a contadísimas personas, aunque se afirma que ellas están en poder
del pueblo. ¡Se prohibieron hasta los disfraces en los carnavales!

A pesar de que la llamada Generación del Centenario prometió al pueblo
cubano que se había levantado en armas en contra de Batista para
restablecer la Constitución de 1940, una vez en el poder estableció un
sistema de gobierno al estilo soviético y restringió derechos
elementales como los de la libertad de expresión, la libertad de
prensa, la libertad de reunión y asociación y se estableció como norma
no escrita-o si lo está ha sido bien guardada, como estas disposiciones
que prohibían la divulgación de la música de los intérpretes
exiliados-, que para acceder a puestos de dirección era condición
indispensable ser militante del PCC, lo cual constituye un palpable
mentís al derecho de igualdad de los ciudadanos reconocido en el art. 41
de la Constitución de la República. Incluso, otro derecho elemental,
reconocido en el art.45 de la propia Constitución, el derecho al
trabajo, también pasa por el tamiz de la probidad ideológica establecida
por el gobierno cubano, decisión que se extiende hasta las
eufemísticamente llamadas ONG cubanas.

http://www.cubanet.org/articulos/eliminan-viejas-prohibiciones-%c2%bflas-eliminaran-todas/
Un ejemplo de lo que afirmo es mi caso pues siendo Licenciado en Derecho
y habiendo trabajado con resultados satisfactorios en el Bufete
Colectivo de Guantánamo desde agosto de 1985 hasta el dos de julio de
1999- momento en que el Departamento de la Seguridad del Estado de
Guantánamo me involucró en un hecho en el cual era evidente que no tenía
responsabilidad alguna-, desde el 2008 estoy tratando de ejercer la
profesión que estudié y esto me ha sido negado sistemáticamente por el
MSc. Ariel Mantecón Ramos, Presidente de la Organización Nacional de
Bufetes Colectivos y la Junta Directiva de la misma, con la complicidad
de la Ministra de Justicia, Dra. María Esther Reus. Conste que hasta
S.E. Mons. Dionisio García Ibáñez, Presidente de la Conferencia de
Obispos Católicos de Cuba ha puesto en conocimiento de las más altas
autoridades del país las violaciones que se han cometido en mi contra y
ha intercedido para que se me permita volver a ejercer la profesión . A
pesar de ello se me continúa discriminando.

Yo no tendría que molestar a las autoridades cubanas ni a sus
testaferros si en Cuba se respetara el derecho a ejercer libremente mi
profesión, como ocurre en los demás países del mundo. Esa es otra
prohibición que debería ser revisada, por lo menos muchos colegas se
quitarían de encima a los burócratas que "trabajan" en confortables
oficinas climatizadas y se transportan en autos modernos a costa del
gremio que dicen representar y el gobierno recibiría directamente de los
abogados los impuestos procedentes del fruto de su trabajo sin
beneficios indebidos para tal casta de acomodados.

Es indudable que la existencia de tantas prohibiciones guarda mucha
relación con la forma en que gobernó Fidel Castro. Curiosamente, en el
Pequeño Diccionario Larousse encontré que la primera acepción de la
palabra "castro" significa campamento, siendo obvio que desde enero de
1959 hasta el día en que decidió alejarse de la vida pública, el
dirigente cubano ejerció un poder omnímodo sobre la sociedad, a la
cual le impuso el más mínimo de sus caprichos o la más absurda de las
prohibiciones, como si ésta fuera su campamento. Pero la lógica de la
vida siempre termina imponiéndose. No en balde José Martí le escribió el
20 de octubre de 1884 a Máximo Gómez: "Un pueblo no se funda, General,
como se manda un campamento…", algo de lo que se desentendió quien,
según el Dr. Armando Hart, es el más fidelísimo de los seguidores del
Apóstol.

En fin, la decisión de eliminar prohibiciones absurdas como ésta es
loable, pero de ser cierta se trataría únicamente de otro pequeño paso.
Veremos si se continúa en esta senda y un día eliminamos todas las
prohibiciones absurdas y comenzamos a dejar de ser un país anormal para
estar en armonía con la mayor parte de la humanidad y con los valores
que distinguen al mundo occidental. ¡Ah! , y sabiendo cómo somos, si
es cierta esta noticia, espero que ahora no nos atiborren a toda hora
con la música de Celia Cruz, Gloria Estefan y Willy Chirino, aunque de
lo que sí estoy seguro es que del pinareño podremos escuchar en la
radio todas sus canciones menos "Ya viene llegando".

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