Monday, August 20, 2012

El año que viene en Madrid?

Publicado el lunes, 08.20.12

¿El año que viene en Madrid?
Gina Montaner

No era la primera vez que un par de políticos europeos entraba en Cuba
con el fin de apoyar a la acorralada disidencia. Antes del fatídico
suceso del pasado 22 de julio que le costó la vida a los opositores
Oswaldo Payá y Harold Cepero, un buen número de activistas extranjeros
había logrado contactar en la isla con grupos disidentes. A pesar de que
la dictadura cubana penaliza cualquier ayuda a la oposición democrática,
activistas a favor de los derechos humanos han conseguido distribuir
ordenadores o fotocopiadoras que son útiles para difundir los dazibaos
que el régimen de La Habana pretende sofocar.

Por esa razón cuando el español Ángel Carromero y el sueco Jens Aron
Modig se dispusieron a viajar con el líder del Movimiento Cristiano de
Liberación, y Cepero, figura emergente de la disidencia, con la
intención de ver de cerca el brote de cólera que afecta a la parte
oriental de la isla, no imaginaron que su periplo desembocaría en la
trágica pérdida del opositor cubano más respetado fuera y dentro del
país. A diferencia de Payá y el propio Cepero, habituados al constante
acoso y las amenazas del gobierno castrista, el dirigente de las Nuevas
Generaciones del Partido Popular y el político democristiano sueco
seguramente creyeron que a su regreso contarían abundantes anécdotas
sobre su aventura cubana. Basta con leer los últimos Tweets de Carromero
desde Cuba, en los que hacía alusión a la necesidad de cambio en una
nación que malvive bajo un sistema totalitario.

Pronto se cumplirá un mes desde que el vehículo que conducía Carromero
sufriera un confuso siniestro en una destartalada carretera próxima a
Bayamo. Ahora el joven español aguarda ser enjuiciado por homicidio
involuntario después de que la Fiscalía cubana haya pedido siete años de
prisión, tres años y medio de condena por cada una de las víctimas
mortales que se cobró el "accidente". En una sociedad con un verdadero
Estado de derecho el principal imputado no habría sido filmado en un
vídeo orquestado por la Seguridad del Estado y en todo momento su
familia y representantes legales habrían tenido acceso al reo. Sin
embargo, para desgracia de Carromero (por no hablar de las familias de
Payá y de Cepero), está a expensas de las maniobras diplomáticas que se
efectúan a la sombra. Los Castro son conocidos por los flagrantes
chantajes políticos a los que recurren con el propósito de aleccionar a
los extranjeros que se atreven a alentar una suerte de Primavera árabe
en suelo cubano.

Tampoco ha servido de ayuda, más bien lo contrario, las declaraciones de
Modig, amparado en la coartada de la amnesia más absoluta a la hora de
recordar las circunstancias del suceso. La viuda de Payá ha insistido
hasta el cansancio en que había indicios de que un coche Lada rojo
(vehículo que suelen usar los esbirros del régimen) seguía al coche
alquilado. Pero nunca se realizará una investigación independiente,
Carromero se autoinculpó en un vídeo manipulado y Modig, antes de
hacerse el sueco y a salvo en el exterior, implicó a la hija de Payá en
la presunta organización de un grupo disidente que la muchacha ha
desmentido. De hecho, con el avatar de @RosaMaríaPayá está empleando las
redes sociales para exigir que se sepa toda la verdad sobre las extrañas
circunstancias que rodearon la muerte de su padre y de Cepero.

Angel Carromero pasa sus días y sus noches en una celda de Cuba
lamentándose cómo pudo su vida dar un vuelco tan radical, cuando su
misión, como tantos antes que él, sólo era la de alentar a los
disidentes a buscar avenidas para una transición a la democracia. En el
accidentado camino de La Habana a Oriente su supuesto descuido –¿o acaso
fue el pánico que le provocó la persecución de un ominoso Lada rojo?–
dio al traste con las vidas de dos hombres valerosos que se lo habían
jugado todo frente a la tiranía de los Castro.

"No es país para extranjeros ingenuos", debe pensar el vicesecretario de
Nuevas Generaciones al contemplar el techo de una celda que podría
convertirse en su precario hogar mientras el gobierno español hace
malabares con un régimen experto en extorsiones. "¿El año que viene en
Madrid?" se pregunta hoy Carromero. Los exiliados cubanos llevan
preguntándose hace más de medio siglo, "¿El año que viene en La Habana?"

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http://www.elnuevoherald.com/2012/08/20/1280306/gina-montaner-el-ano-que-viene.html

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