Wednesday, April 11, 2012

Un pacto con Mefistófeles

Publicado el martes, 04.10.12

Un pacto con Mefistófeles
José Azel

La maldad de los hermanos Castro durante su régimen de cinco décadas
está bien documentada: 3,615 fusilamientos, 1,253 ejecuciones
extrajudiciales, encarcelamiento de miles de prisioneros políticos en
condiciones infrahumanas, la masacre del remolcador en 1994, la
degradación de las libertades básicas y el empobrecimiento de toda la
población del país, incontables violaciones de los derechos humanos, y
mucho más. Sin lugar a dudas, la apocalíptica carta de Fidel Castro a
Kruschev en 1962, abogando por un ataque nuclear preventivo de los
soviéticos contra Estados Unidos, es una expresión de absoluta maldad.

Por otra parte, se conoce la nobleza y heroísmo de las Damas de Blanco,
condecoradas por el Parlamento Europeo en el 2005 con el Premio Sajarov
a la Libertad de pensamiento. Este grupo de mujeres increíblemente
valientes y devotas asiste a misa cada domingo y después se yergue
silenciosamente ante el régimen caminando por las calles, vistiendo
ropas blancas y una flor como símbolo de paz.

Ambos, Fidel Castro y las Damas de Blanco, solicitaron una audiencia al
papa Benedicto XVI durante su visita a Cuba. Las Damas de Blanco
suplicaron solamente un minuto del tiempo de Su Santidad. En el cálculo
político de Joseph Ratzinger las Damas de Blanco no merecieron que les
dedicara su tiempo, y Ratzinger prefirió repudiar a su rebaño más leal
en la Isla, para en su lugar reunirse con la figura diabólica de
Mefistófeles.

La sumisión del liderazgo de la Iglesia acomodándose al gobierno cubano,
y su preocupación por atenuar cualquier incomodidad política de los
Castro, responde a la estrategia de la Iglesia de ganar espacio en la
sociedad para su trabajo ecuménico y humanitario. Es un regateo
peligroso, porque la Iglesia, de facto, ha hecho un pacto con la maldad.

Muy bien podría descubrir, como le sucedió a Fausto, el protagonista de
la leyenda clásica alemana, que ha renunciado a su integridad moral, y
que al final del plazo Mefistófeles reclamará su pago.

La biología indica que el final del castrismo será en un futuro no muy
lejano. Cuando termine el castrismo, la economía y la sociedad cubana
estarán en una profunda crisis y un desorden total. Esas condiciones
objetivas constituirán la memoria colectiva de la nación, incluyendo el
recuerdo reciente de la adulación, colaboración y cercanía de la
jerarquía de la Iglesia cubana con la dirigencia comunista.

Los economistas conductuales hablan de la "regla del apogeo y final",
que establece que juzgamos el pasado casi completamente sobre la base de
lo que experimentamos en el momento de su apogeo y su final. En otras
palabras, lo positivo o negativo de una experiencia al final de un
proceso es lo que retenemos, más que un promedio neto de la experiencia
basado en la duración completa de un evento. En los próximos años,
cuando los cubanos miren en su espejo retrovisor político, verán al
Partido Comunista y a la Iglesia Católica como instituciones decadentes
que colaboraron para su miseria.

Al terminar el castrismo la simpatía que existe hacia el catolicismo
puede diluirse, y lo que se recordará serán los acontecimientos
afrentosos, como la traición del cardenal Jaime Ortega a la tradición de
la Iglesia como santuario, solicitando al gobierno cubano la expulsión
de los activistas que habían buscado refugio en las iglesias, o el fallo
del papa Benedicto de no conceder un minuto a las Damas de Blanco.

Al alinearse con la gerontocracia militar aferrada al poder y no con el
pueblo cubano, los dirigentes de la Iglesia católica cometieron un error
de cálculo y entraron en un arreglo propio de "Fausto", cambiando su
alma por favores políticos. Yo echo de menos el coraje de los Hermanos
Maristas en las escuelas católicas cubanas en mi juventud. Nos enseñaban
por el día, y por la noche nos guiaban audazmente en la resistencia
anticomunista clandestina. La Iglesia Católica cubana tendrá limitadas
oportunidades en el futuro para liberarse a sí misma de su pacto con
Mefistófeles. Recemos para que decida hacerlo.

Profesor Adjunto en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos
(ICCAS) de la Universidad de Miami, y autor del libro Mañana en Cuba.

jazel@miami.edu

http://www.elnuevoherald.com/2012/04/10/1174440/jose-azel-un-pacto-con-mefistofeles.html

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