Tuesday, April 17, 2012

Inaceptables excusas

Inaceptables excusas
Martes, 17 de Abril de 2012 03:50
Escrito por Frank Cosme Valdés Quintana

Cuba actualidad, Santos Suárez, La Habana, (PD) En los campos de la
región de Solferino, Italia, el 24 de junio de 1829, yacían 40,000
hombres abandonados a su suerte, después de lo que se conoce en la
historia como "La Batalla de Solferino" en la que se enfrentaron los
ejércitos austriaco, francés y piamontés.

Un comerciante suizo, Henri Dunant, de paso por la región, observó como
morían los heridos sin asistencia y sugestionado de un espíritu
cristiano y humanista, comenzó a socorrerlos ayudado por las gentes de
los pueblos cercanos, también poseídos de esa fuerza que llevan adentro
las personas cuando son humanos y no bestias.

Así nació la idea de una sociedad humanitaria, neutral e independiente,
dispuesta a prestar ayuda a los indefensos sin importar qué pensamiento,
filiación política, creencias religiosas, posición social o raza,
tuvieran las personas.

En 1863 se constituyó formalmente el "Comité Internacional de la Cruz
Roja" y con el apoyo del gobierno suizo 12 estados firmaron el Primer
Convenio de Ginebra un año después. Ginebra pasó a ser a partir de este
momento la sede para todos los convenios internacionales sobre derechos
humanos y socorro de los mismos.

Se adoptó como emblema de la Cruz Roja, la inversión de los colores de
la bandera suiza, en honor no solo a la nacionalidad de su fundador,
Henri Dunant, sino porque representa también el símbolo cristiano de la
Cruz. Posteriormente, los países musulmanes, que no aceptan este
símbolo, adoptaron el emblema de la Media Luna. Ambos símbolos son
aceptados oficialmente por el Comité Internacional.

Pertenecí en mi juventud a esta humanitaria organización. Tuve la suerte
de conocer a miembros de la antigua Sociedad Nacional Cubana de la Cruz
Roja, fundada en 1909 por el médico cubano Diego Tamayo y Figueredo. Su
centenario edificio se mantiene en la calle Zulueta y el actual
policlínico de la zona, antiguo dispensario de la Cruz Roja, ostenta
todavía el nombre del distinguido médico cubano.

Pero para el tiempo que pertenecí a esta organización, ya no era la
Sociedad Nacional de la Cruz Roja, sino más escuetamente, la Cruz Roja
Revolucionaria y aunque este nombre no aparecía en sus ambulancias o
pullovers, si surgía en los documentos internos.

Era la época de las grandes movilizaciones de los años 60 del pasado
siglo. La Cruz Roja era la primera que llegaba y la última que se iba.
Por esas fechas, estaba dirigida por ex militares del Ejército Rebelde,
pero a pesar del frenesí revolucionario de los nuevos jefes, el espíritu
de esta organización fraternal y humanitaria se mantuvo gracias a que la
mayoría de los jefes de menor rango eran veteranos de la antigua Sociedad.

Un incidente del cual fui testigo en la Unidad 330, situada en la
intersección de las calles Heredia y Santa Catalina, en La Víbora, fue
el intento del jefe del batallón 3 metropolitano de separar a Miguel
Marty, un miembro de esta unidad de la Cruz Roja por su filiación a un
grupo pro-imperialista procedente de EU" (Marty era feligrés de la
Iglesia Cristiana Bautista). La defensa que hicieron de este los
antiguos miembros de la Cruz Roja y no solo eso, veteranos también de
Bahía de Cochinos y hasta de la II Guerra Mundial, levantó ronchas entre
los viejos y los nuevos, que como este jefecito no sabían qué era la
organización que representaban.

No obstante, estos "hechos aislados" -frasecita inventada para a veces
justificar lo injustificable-, más otros más de las cuales también fui
testigo, nunca se dio un caso tan descarnadamente bestial como el del
puñetazo y camillazo dado por un miembro de la Cruz Roja Cubana a Andrés
Carrión, el cubano que se atrevió a gritar ¡abajo el comunismo! en la
misa dada por el Papa en Santiago de Cuba.

Ni siquiera en la batalla fratricida entre cubanos ocurrida en Girón, en
medio de las pasiones políticas, la Cruz Roja Cubana dejó de cumplir la
función de socorrer a todos. Ni siquiera en medio del feroz nazismo, la
Cruz Roja Alemana dejó también de cumplir esta elemental función
humanitaria para la que fue creada.

En toda la historia de la Cruz Roja -y he consultado desde
enciclopedias, hasta Internet pasando por lo que nos decían los
veteranos- se ha dado este insólito caso, que ocurrió donde ocurren las
cosas más inverosímiles en estos momentos en el planeta: en Cubita la Bella.

Recordando como algunos miembros también de la Cruz Roja, española
-aunque sin llegar al extremo citado- trataron a los ex presos políticos
cubanos, comportándose como gendarmes en el Hotel Welcome, ante este
caso en Cuba y las respuestas que han dado sus representantes a nivel
internacional, uno se siente descorazonado y frustrado por el personal
que conforma esta organización que hasta tiene un puesto en la ONU de
observador permanente.

Por eso, la excusa dada por la actual dirigencia de la Cruz Roja Cubana
es inaceptable, como también es inaceptable la del Coordinador de
Comunicación del Comité Internacional de la Cruz Roja encargada de
América Latina, Olivier Mockli, quien escuetamente declaró "que por su
parte está satisfecho con las medidas tomadas".

Las medidas tomadas por la parte cubana fueron la simple separación del
agresor del organismo mundial. Así de simple. Dando una imagen de
complacencia, este señor Mockli se dio por satisfecho, sin énfasis en
destacar que este hecho no tiene antecedentes, sin exigir el nombre del
agresor y su condena, no solo por agredir, sino también por utilizar el
emblema de la Cruz Roja. Me permito recordarle que utilizar este emblema
en usos que no sean humanitarios se considera perfidia y constituye una
violación de los convenios de Ginebra y que el violador puede ser
sancionado por los tribunales internacionales como delito de guerra.

¿Cómo fue que en el caso de la operación Jaque, en que intentaron
rescatar a Ingrid Betancourt de las manos de las guerrillas colombianas
y en el que utilizaron inadecuadamente el emblema de la Cruz Roja, desde
Ginebra demandaron al presidente de Colombia y le recordaron también lo
que dice el párrafo anterior?

En este caso cubano, solamente declaran que se dan por satisfechos.
Tanto allá en Ginebra como aquí en América Latina parecen olvidar lo que
en una ocasión aclaró el propio Henri Dunant: "En cuanto a la moral de
la Sociedad de la Cruz Roja, ni la excepción es permitida, pues por las
excepciones se miden las organizaciones"

Para Cuba actualidad: glofran263@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/3891-inaceptables-excusas.html

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