Saturday, April 21, 2012

Es importante que en Cuba se diga que el Estado debe realizar cambios en la Constitución

Entrevista

«Es importante que en Cuba se diga que el Estado debe realizar cambios
en la Constitución»
DDC
Madrid 20-04-2012 - 6:25 pm.

Juan Antonio Blanco opina acerca de la conferencia habanera sobre
emigración convocada por la Iglesia Cátólica.

Hoy jueves se inicia en La Habana, en la Casa San Juan María Vianney,
antiguo convento de las monjas dominicas, la conferencia "Un diálogo
entre cubanos", convocada por la revista Palabra Nueva de la
Archidiocésis de La Habana. Participan en ella académicos de centros
estadounidenses, como Jorge Duany (Universidad de Puerto Rico), Uva de
Aragón (Universidad Internacional de Florida) y Carmelo Mesa-Lago
(Universidad de Pittsburgh).

Juan Antonio Blanco (Universidad Internacional de Florida), coordinador
y coautor de un documento a presentarse en la conferencia, responde a
las preguntas de DDC y a las críticas a la conferencia habanera vertidas
por Oswaldo Payá.

¿Qué relación tiene la reunión, convocada por Palabra Nueva con el
documento "La Diáspora Cubana en el Siglo XXI", proyecto que coordinaste
en el Centro de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional
de Florida, y del que eres coautor junto a Uva de Aragón, Jorge Duany,
Jorge Domínguez y Carmelo Mesa-Lago?

Como coordinador de ese proyecto solicité desde marzo de 2011 al
director de Palabra Nueva, Orlando Márquez —a quien invitamos a
integrarse al grupo de redacción y formó parte del mismo— que las
conclusiones del texto fueran presentadas y difundidas en Cuba. Estaba
ya planificado hacerlo en Miami, Washington, México y Madrid, por lo que
la imposibilidad de presentarlo en Cuba habría sido algo ilógico. Al
hacer esta solicitud estaba plenamente consciente de que ni Orlando ni
la Iglesia decidían libremente el otorgamiento de las facilidades de
visado y otros aspectos que un evento sobre este tema requiere.

Por lo tanto, el origen de esta conferencia no es estatal ni se basa en
ningún acuerdo privado de cooperación entre la Iglesia y el Gobierno
cubano, sino parte de mi solicitud, en nombre de la comisión redactora,
para que la Iglesia gestionara la presentación del documento en La
Habana. Lejos de criticar es de agradecer la buena voluntad mostrada por
esa institución al permitir que Orlando Márquez se integrara a la
comisión y que luego gestionara con el Estado cubano los condenables
—pero todavía vigentes y por ello imprescindibles— "permisos de entrada"
al país que ello requería.

¿Qué fue lo que sucedió con tu visa? ¿La solicitaste? ¿Te la negaron?

En esa temprana ocasión fue que precisé desde el inicio a Orlando
Márquez que no hiciera ningún trámite de visado en mi favor sino,
exclusivamente, para el resto de los miembros de la comisión, con el
propósito de evitar que sus buenos oficios para la realización del
evento encontraran escollos adicionales a los ya predecibles.

Al presentar su solicitud a las autoridades correspondientes fue que
alguien del Gobierno decidió adelantarle que yo no sería bienvenido en
Cuba. Sobre esto deseo subrayar que lo que defendemos es el derecho de
todo cubano a entrar y salir libremente de su país. Ha sido en ejercicio
de ese derecho, y para defender el de todos a ejercerlo, que mis
colegas han viajado a Cuba a este evento. Pero en mi caso sencillamente
no quería ofrecer excusas al Gobierno para complicar la reunión o
dilatar la autorización del visado de los otros invitados.

¿Qué relación tiene esta reunión convocada por la Iglesia con la que ha
hecho el Estado cubano para fines de este mes en la Sección de Intereses
en Washington?

Absolutamente ninguna. Pongamos la cronología de los hechos sobre la mesa.

El Centro de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de
la Florida concibió este proyecto y buscó los fondos para implementarlo
en mayo de 2010. Una vez logrados los fondos, estableció la comisión de
expertos en febrero de 2011 y ésta emitió su informe titulado "La
Diáspora Cubana en el Siglo XXI" a mediados de julio de ese año. Desde
entonces se han hecho presentaciones en el Inter American Dialogue
(Washington), La Ermita de la Caridad (Miami), el CIDE (México) y Casa
de América (Madrid).

Por otro lado, para seguir las posiciones del Gobierno cubano en el
pasado reciente hay que separar las declaraciones de los hechos.

El VI Congreso del PCC celebrado en abril de 2011 esquivó una de las
mayores demandas sociales formuladas por la población a ese cónclave: la
supresión de los permisos de entrada y salida del país a sus nacionales.
Lo más cercano a reconocer que existía tal problema fue "recomendar" que
una comisión hiciera un "estudio" para ver el modo de poder "facilitar"
que los cubanos viajen al exterior.

A las dos semanas de haberse emitido en julio de 2011 el informe de la
comisión de FIU, Raúl Castro, al finalizar las sesiones de trabajo de
verano de la Asamblea Nacional en las que el asunto brilló por su
ausencia, anunció que se estaba trabajando en un cambio de la política
migratoria. No estoy asumiendo que el hecho es consecuencia de nuestro
informe, pero esa es la cronología de los acontecimientos.

Súbitamente aparecieron artículos y entrevistas en medios de prensa
cubanos opinando sobre la necesidad de resolver esta cuestión. Desde que
se produjo la declaración de Raúl Castro fue también creciendo el número
de pretendidas "filtraciones" a la prensa nacional e internacional en el
sentido de que una reforma radical y profunda de la política migratoria
era necesaria y sería aprobada por la Primera Conferencia Nacional del
PCC celebrada en enero de 2012. Pero no ocurrió. Tampoco se discutió
nada en la sesión de la Asamblea Nacional celebrada en diciembre de 2011.

Fue en ese contexto adverso —no en uno conspirativo o favorable— que la
Iglesia obtuvo finalmente la cooperación necesaria de parte del Estado
cubano para asegurar la presentación del documento de FIU en Cuba. Las
recientes declaraciones del Presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo
Alarcón, no se separan de nada dicho anteriormente. Veremos si ahora se
materializa finalmente el anunciado cambio y qué se entiende por
"profundo" y "radical". No voy a prejuzgarlo.

¿Por qué consideras importante que se presente ese documento en Cuba?

Creo importante presentar en Cuba un documento que dice que, a corto
plazo, el Estado debe realizar cambios en la Constitución y las leyes
que garanticen el pleno respeto al Artículo 13 de la Declaración de
Derechos Humanos sobre la libertad de movimiento, y reclama la igualdad
de derechos —por limitados que sean hoy— entre los cubanos residentes en
la Isla y los que están en el exterior.

Es importante que se diga que la diáspora no debe ser ahora privilegiada
como capital extranjero mientras la iniciativa privada de los cubanos de
la Isla siga limitada a una lista de menos de 200 oficios secundarios.
El empresario cubano de Coral Gables no debe aceptar la invitación a
invertir en la empresa azucarera u otro sector agropecuario o
agroindustrial controlado por el Estado hasta que los campesinos cubanos
no gocen del mismo derecho.

Es importante que sea en La Habana donde se escuche la recomendación de
liberar todas las fuerzas creativas de la nación levantando las
prohibiciones a la iniciativa privada que siguen vigentes. Igualmente es
importante decir allí —en La Habana— que la diáspora rechaza el abuso
que suponen las actuales tarifas por trámites consulares. Asimismo, que
demanda que no se obstruyan las certificaciones y homologaciones de
títulos, que se dé acceso al servicio de mensajería de internet a
precios asequibles a la población, y que se reduzcan las tarifas de
pasajes y las tarifas telefónicas. Estos son temas de especial
trascendencia para las familias cubanas.

Oswaldo Payá ha hecho críticas al evento. ¿Cómo consideras esas críticas?

Creo que Payá no ha tenido acceso al documento de FIU, desconoce los
antecedentes de esta reunión —que ahora estoy revelando—, y por ello
está reaccionando a partir de las sospechas que —a su juicio— le merecen
ciertas personas.

Por mi parte, Oswaldo Payá tiene todo mi respeto. He apoyado el Proyecto
Varela desde antes de ocurrir la llamada Primavera de 2003, y los
representantes de Payá en el exterior conocen mis posiciones y gestiones
solidarias hacia quienes fueron a dar a la cárcel y sus familiares.

Estoy seguro de que cuando él lea el documento de FIU podrá apreciar que
en él se tocan los puntos que incluye el Proyecto Heredia e incluso
otros más. Pero debo también decir que, en este asunto, la Iglesia
Católica Cubana y Orlando Márquez se han comportado de manera
trasparente hacia todas las partes y sus buenos oficios para presentar
este documento en Cuba deben ser apreciados con respeto por todos.

http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/10749-es-importante-que-en-cuba-se-diga-que-el-estado-debe-realizar-cambios-en-la-c

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