Thursday, December 22, 2011

Vaclav Havel: El discreto terror de Fidel Castro

Vaclav Havel: El discreto terror de Fidel Castro
Última actualización Thursday, 22 December 2011

Los restos mortales del intelectual y ex presidente checo Vaclav Havel
recorrieron las antiguas calles de Praga antes de recibir sepultura este
viernes en una tumba familiar.

Ha sido una sentida ceremonia de su pueblo, con dolor profundo por la
muerte de un hombre que le devolvió al país libertad, bienestar y
estabilidad política sin derramamientos de sangre. Fue un patriarca de
la civilidad y así será recordado por el mundo. Havel representó acaso
el más incómodo puntal del comunismo estalinista, rechazado también, con
sobradas razones, por Fidel Castro y los artífices del totalitarismo
tropical.

La última ceremonia fue en la Catedral de San Vito, en Praga, en
presencia de personalidades y líderes mundiales como el presidente
francés Nicolas Sarkozy, la canciller alemana Angela Merkel, el ex
presidente polaco Lech Walesa, el presidente israelí Shimon Peres y el
matrimonio de Hillary y Bill Clinton.

CaféFuerte reproduce este artículo como homenaje póstumo y recordación
de lo que significó Havel para todos los cubanos. El texto apareció en
el verano del 2006, en ocasión del tercer aniversario de la llamada
Primavera Negra de Cuba.

EL DISCRETO TERROR DE FIDEL CASTRO

Por VACLAV HAVEL

Esta primavera se cumple el tercer aniversario de la oleada de represión
en la que el régimen de Fidel Castro detuvo y condenó a largas
sentencias de cárcel a 75 de los principales disidentes cubanos. Poco
después, muchos amigos y yo creamos el Comité Internacional para la
Democracia en Cuba.

La valentía de quienes encontraron su conciencia social, superaron el
miedo y se alzaron contra la dictadura comunista sigue fresca en mi
memoria. Me recuerda el tintineo de las llaves que sonaron en la plaza
Wenceslas de Praga -y después en el resto de lo que entonces era
Checoslovaquia- en el otoño de 1989. Por eso hice sonar llaves durante
la conferencia para solicitar la democracia en Cuba que nuestro comité
organizó en Praga hace tres años. Quería llamar la atención de la
comunidad internacional sobre la situación de los derechos humanos en
Cuba, para apoyar a la oposición de ese país y animar a todas las
fuerzas prodemocráticas. La Unión Europea (UE) introdujo entonces
sanciones diplomáticas, aunque en su mayoría simbólicas, contra el
régimen de Castro. Sin embargo, poco después se impuso una postura
contraria. La UE inició un diálogo con el régimen cubano, suspendió
condicionalmente las sanciones, e incluso varios países democráticos
dejaron claro a los disidentes que no eran bien recibidos en sus
embajadas. Cobardes acuerdos y coartadas políticas -como tan a menudo
ocurre en la historia- derrotaron a una posición de principio. A cambio,
el régimen cubano hizo un gesto falso y liberó a un pequeño número de
presos de conciencia -la mayoría torturados y gravemente enfermos-, los
que el régimen más temía que murieran en sus famosas prisiones.

Quienes vivimos en las nuevas democracias poscomunistas europeas
experimentamos acuerdos políticos similares cuando vivíamos tras el
antiguo telón de acero. También conocemos de memoria el argumento de que
las políticas europeas no han provocado ninguna detención masiva en
Cuba. Pero la democracia ha dado signos de debilidad y a su vez el
régimen cubano ha adaptado sus tácticas. Organizaciones respetadas como
Reporteros sin Fronteras y Amnistía Internacional han recogido amplias
pruebas de violencia e intimidación contra los librepensadores cubanos,
que pueden esperar un tipo de sonido distinto al del tintineo de llaves.
A menudo, su caso no acaba en los juzgados sino en los hospitales.
Grupos de "combatientes por la revolución" -en realidad, la policía
secreta cubana- atacan brutalmente a sus adversarios políticos y los
acusan de delitos absurdos en un esfuerzo por intimidarlos o por
obligarlos a emigrar. En la isla, esos acosos planeados se denominan
"actos de repudio".

La violencia política que produce la impresión de mero delito callejero
nunca es fácil de probar, al contrario que las sentencias a varios años
de cárcel, y por tanto no recibe la debida atención mundial. Sin
embargo, miles de ex presos políticos de Europa central y del Este
pueden atestiguar que la patada de un policía secreto en la calle duele
tanto como la patada de un guardia tras las puertas de una cárcel. La
víctima de peleas callejeras y de amenazas contra la familia organizadas
por el Estado experimenta la misma impotencia que alguien acosado
durante una investigación de la seguridad estatal. En años recientes, a
muchos políticos europeos que han intentado observar la situación sobre
el terreno se les ha prohibido la entrada.

Aparentemente algunos europeos ven a Cuba como un país lejano por cuyo
destino no necesitan interesarse, porque tienen sus propios problemas.
Pero lo que los cubanos soportan hoy forma parte de la historia europea.
¿Quién conoce los tormentos infligidos al pueblo cubano mejor que los
europeos, que dieron vida al comunismo, lo exportaron al mundo, y
después lo pagaron muy caro durante muchas décadas? La humanidad pagará
el precio del comunismo hasta que aprenda a hacerle frente con toda la
responsabilidad y la decisión políticas. Tenemos muchas oportunidades de
hacerlo en Europa y en Cuba. Y no sorprende que los nuevos miembros de
la UE hayan aportado a Europa una nueva experiencia histórica, y con
ella, mucha menos tolerancia y comprensión por las concesiones y las
soluciones intermedias. Representantes de los países miembros de la UE
se reunirán en Bruselas a mediados de junio para revisar la política
común hacia Cuba. Los diplomáticos europeos deberían sopesar las
consecuencias de complacer al régimen de Castro. Deberían dar muestras
de que no ignorarán sus prácticas ni pasarán por alto el sufrimiento de
los presos de conciencia cubanos. Nunca debemos olvidar a las víctimas
aparentemente anónimas de los "actos de repudio" de Castro.

http://cafefuerte.com/2011/12/22/vaclav-havel-el-discreto-terror-de-fidel-castro/

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