Tuesday, December 13, 2011

Las luces y las sombras con la Flotilla de la democracia

Exilio, Derechos Humanos

Las luces y las sombras con la Flotilla de la democracia

Algunas fotografías de baja resolución, y ningún vídeo, no demuestran
que La Habana se haya "iluminado" con las acciones de la Flotilla

Eugenio Yáñez, Miami | 13/12/2011

Lamentablemente, los cubanos a ambos lados del estrecho de La Florida
parecemos estar condenados a un eterno Macondo y tener prohibido de por
vida el derecho a la realpolitik y a la sensatez.

Pensar que fuegos artificiales lanzados a más de doce millas de las
costas habaneras (unos veinte kilómetros) podrían ser vistos desde Pinar
del Río hasta Matanzas era, en el mejor de los casos, ingenuidad, y en
el más realista, aberración. Como el alegato del régimen de que tales
fuegos artificiales podrían poner en peligro la navegación aérea, o
pensar que era imprescindible llenar el Malecón de "revolucionarios" la
noche del viernes.

Cocoa Beach, una playa en la costa este de La Florida, está a menos de
cinco millas (ocho kilómetros) de Cape Kennedy (Cabo Cañaveral), lugar
donde la NASA lanza transbordadores aéreos y satélites artificiales
desde poderosos cohetes propulsores. Naturalmente, desde Cocoa Beach se
observa cuando son lanzados tales ingenios, y desde mucho más lejos
también: es lógico que puedan ser observados, porque son cohetes que
pesan decenas o cientos de toneladas, miden decenas de metros, y se
elevan más allá de la atmósfera para quedar en la órbita de la Tierra.

Es decir, equipamiento mucho más complejo que fuegos artificiales de
ocho pulgadas de diámetro (veinte centímetros), como los lanzados desde
la Flotilla la noche del viernes, que son el equivalente moderno y
estadounidense del famoso "volador de a peso" que conocían en Cuba
nuestro padres y abuelos, pero nada más.

No cuestiono ni por un instante, ni tengo razones ni derecho para
hacerlo, el coraje, la disposición y las buenas intenciones solidarias
por parte de los organizadores, promotores e integrantes de la Flotilla
Luces de Libertad hacia los cubanos que sufren bajo la dictadura
totalitaria en la Isla, pero eso no obliga a aceptar tranquilamente que
la prensa diga después que "el exilio se anota victoria con espectáculo
de Luces de Democracia", porque para una "victoria" de una parte tiene
que haber una "derrota" de la otra.

Tampoco hay que aceptar, como señalaba la agencia Euronews, que "la
flotilla ilumina el cielo de La Habana", porque, además de ser un
titular cursi, en realidad a esa distancia de sus costas no era mucho lo
que se podría iluminar de "La Habana", y olvídense de Pinar del Río y
Matanzas. La prueba de que no era demasiado lo que se veía no está en
los mensajes de Twitter desde la capital cubana, cargados de intenciones
de presentarlo todo en positivo, sino en las dos o tres raquíticas
fotografías tomadas desde La Habana —y ningún vídeo— de los fuegos
artificiales cuando se producían (las tomadas a bordo de la flotilla son
mejores como imagen, pero no son lo que se veía desde Cuba).

Naturalmente, desde la altura de edificios habaneros cercanos a la
costa, como Somellán, FOCSA, Habana Libre, L y 21, 3ra y F, Hospital
Hermanos Ameijeiras, el de "los ataúdes" de Malecón, Hotel Nacional,
Habana Riviera o Capri, los fuegos artificiales tienen que haber sido
más visibles. Pero a la altura del muro de Malecón lo que podría verse
era mucho menos, y desde las calles Reina, San Rafael, 23, 31, 41, 51,
Obispo o Monte, o desde el resto de La Habana, nada. Nada "iluminado",
ninguna "victoria".

Al otro día de la Flotilla y los fuegos artificiales, en el Día de los
Derechos Humanos, en toda Cuba el régimen desató intimidación,
represión, golpizas y detenciones contra las Damas de Blanco,
disidentes, opositores, periodistas independientes, blogueros, y en
general contra todos los cubanos. Había comenzado desde días antes, pero
no puede decirse que haya sido producto de las embarcaciones, porque
muchos cubanos dentro de la Isla estaban preparándose desde antes para
reclamar sus derechos, independientemente de lo que estuviera
planeándose en Key West o Miami, a pesar de las cantaletas de
"provocación" manejadas por el régimen.

Y hay algo que todos, en Cuba y en el exilio, deberíamos aprender de
este último 10 de diciembre: el régimen ha pasado a la ofensiva en la
celebración del Día de los Derechos Humanos. Antiguamente pretendía
pasar el día por alto, y se limitaba a reprimir a quienes protestaban.
En la actualidad reprime con antelación, detiene a muchos, y para ese
día organiza celebraciones oficiales, que den al mundo una imagen de lo
que no es.

Ferias, verbenas, juegos, competencias, espectáculos deportivos y
culturales, fueron organizados para esa fecha en plazas y parques en
todo el país, bajo la burda pretensión de que los cubanos, felices con
vivir bajo la dictadura más prolongada de América, festejan todos los
derechos humanos que disfrutan. Aunque el Dr. Darsi Ferrer hubiera
podido organizar este año otra vez un desfile disidente para el Parque
Villalón en El Vedado, se lo hubiera encontrado repleto de jóvenes
cubanos, "felices" de vivir bajo el socialismo tropical y abrumados por
disfrutar de tantos derechos humanos.

Tantas buenas intenciones y disposición a la solidaridad de tantos
cubanos en el exilio, y tanta decisión y coraje de tantos cubanos en la
Isla, merecen ser organizados mucho más efectivamente, para lograr algo
más que algunas esferas lumínicas alejadas de la costa y algunas
protestas aisladas o limitados cacelorazos dentro de Cuba.

¿Por qué esperar al 10 de diciembre para celebrar el Día de los Derechos
Humanos dentro de Cuba, si sabemos que el régimen detendrá
"preventivamente" a los disidentes para que no puedan manifestarse? ¿No
podría celebrarse la semana anterior, o la posterior, y no manifestar el
mismo día 10, para tratar de sorprender a los aparatos represivos? ¿No
podría celebrarse en varios días diferentes, de acuerdo a las
localidades de cada agrupación, sin que todos deban hacerlo el mismo día?

¿Sería menos efectivo? Volvamos a la realpolitik: varias celebraciones
en días diferentes en diferentes provincias podrían representar más y
llamar más la atención que intentarlo todo el mismo día con todos los
factores en contra. Y tal vez podría ser mucho más efectivo y visible
que "iluminar" los cielos de La Habana con fuegos artificiales desde
tanta distancia.

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/las-luces-y-las-sombras-con-la-flotilla-de-la-democracia-271533

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