Saturday, December 17, 2011

En lo que no cambian

Publicado el viernes, 12.16.11

En lo que no cambian
Roland J. Behar

Históricamente, el régimen castrista ha adaptado su discurso de una
manera dialéctica, de acuerdo a las conveniencias o caprichos de sus
cabecillas. Así vemos que al descender de la Sierra, los barbudos,
además de su mal olor, exhibían todo tipo de imágenes y artículos
religiosos y desde la tribuna se hablaba de la inclusión de todos los
que habían participado en la "gesta" para luego declararse comunistas y
ateos, expulsar a los religiosos, cerrar sus escuelas y convertir en un
delito pagable con el futuro personal el amor a Dios, para recientemente
convertir en sus mejores aliados a la alta jerarquía de la Iglesia
cubana. Por otra parte, tan pronto se sintieron consolidados en el poder
descabezaron, encarcelaron y fusilaron a muchos que hasta la víspera
habían sido sus compañeros de lucha, o sus cómplices, según se vea.

También, al principio, el discurso contenía la promesa de traer de
regreso al país a un estado de derecho basado en la Constitución de
1940, puesto que la revolución era verde como las palmas, soberana e
independiente y no roja como querían presentarla sus enemigos. Al poco
tiempo confesaron, sin pudor, que eran comunistas y que siempre lo
habían sido, abolieron la Constitución del 40 e impusieron una que
agradecía la existencia de la revolución a "la ayuda generosa y
desinteresada de la Unión Soviética". Una suerte de plattismo sin Platt.
De hecho el sueño a alcanzar era construir una sociedad como la
soviética, luego evitar que Cuba se convirtiera en un país capitalista
subdesarrollado como los centroamericanos y ahora que sea como China o
Vietnam, ¿ven a lo que me refiero?

Más tarde, abrieron más las posibilidades de que la población recibiera
educación universitaria para luego decir "que la universidad era para
los revolucionarios", condición o no que la podría determinar una
estúpida del Comité de Defensa en su informe o un compañero de estudio
con mala leche y ahí se decidía tu futuro. Hubo una época en que
decidieron, para poder hacer de las mentes juveniles lo que se les
antojase y, de paso, explotarles como obreros agrícolas, llevar toda la
educación secundaria al campo. Ahora, la mayoría de esas edificaciones
se encuentran vacías porque el resultado fue que en dichas instituciones
se respiraba mucho más un ambiente carcelario que estudiantil, además de
su insostenible costo.

En el campo económico se puede comparar con una comedia de lo absurdo.
Fomentaron la crianza de puercos en las bañaderas, la creación de vacas
enanas, la zafra de 18 meses sin resultados algunos, la destrucción del
parque industrial existente antes de su arrebato del poder, la
destrucción de millares de hectáreas de árboles frutales y frutos
menores para sembrar un café que nunca se cosechó, y así un montón de
ideas geniales salidas desde la atormentada mente del psicópata en jefe.
Todo por mantener a la gente "movilizada", ilusionada y ocupada.

Además, enseguida se impuso el horrible edicto que a los que quedaban en
la isla, les estaba prohibido terminantemente mantener ningún tipo de
contacto con sus familiares que habían "traicionado a la Revolución" por
el solo hecho de abandonar el territorio nacional. Pero más adelante,
cuando la entrada en el COMECON de 1978 les apretó el zapato y los
soviéticos aguantaron la mano en concepto de subsidios, transmutaron
como por arte de magia a aquellos "despreciables apátridas gusanos" en
"la Comunidad Cubana en el Exterior", convirtiéndolos en su principal
fuente de divisas política que hasta hoy tratan de corregir y aumentar.

Originalmente la Revolución se proclamó internacionalista, más allá que
cubana o latinoamericana. Quienes aún encabezan dicha entelequia militar
organizaron, financiaron, entrenaron y fueron cómplices de las
atrocidades de cuanto movimiento terrorista surgió en América Latina y
África en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta. Sólo se
detuvieron cuando los soviéticos cortaron el financiamiento de dichas
operaciones. Ahora quieren explotar el nacionalismo.

Un guajiro de Bejucal me dijo una vez, y creo que es cierto, que al
perro huevero, aunque le quemen el hocico, huevero sigue siendo. Ahora,
con la reciente entrada en Latinoamérica de las fuerzas de Hezbolá y
Hamas de la mano de Irán a través de los vuelos diarios entre Caracas y
Teherán y quizás, por qué no, entre Caracas y La Habana puede ser que
pronto sintamos los efectos de esta actividad terrorista en las tierras
del imperialismo gracias al eje Teherán- Caracas- La Habana. En fin, que
hacen muy bien los norteamericanos en mantenerles en la lista de países
terroristas o colaboradores a Cuba e Irán, pero ya es hora de que
incluyan a Venezuela, aunque nos cueste su petróleo. Porque los villanos
solo cambian sus caretas, no su esencia.

http://www.elnuevoherald.com/2011/12/16/1083958/roland-j-behar-en-lo-que-no-cambian.html

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