Monday, December 19, 2011

El día de los derechos inhumanos

El día de los derechos inhumanos
Lunes, Diciembre 19, 2011 | Por Pablo Pascual Méndez Piña

LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Hacía varios años que no
veía a Martha, amiga de mi esposa y enferma de severas cardiopatías,
agravadas desde el 10 de diciembre del 2009, fecha conmemorativa de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos.

De 57 años, divorciada, madre de un hijo y extremadamente pobre; había
conseguido un empleo de guarda-parques en la Dirección Municipal de
Comunales; cuidó los jardines de 15 y 16, Calzada y F, y en noviembre
el jefe le encomendó la vigilancia del "parque Villalón", sito en
Calzada y D.

Ese 10 de diciembre, llegó antes de aclarar, se colgó el silbato, dio un
breve rodeo y sentada en un banco esperó la hora de apagar las luces.
Tras consultar el reloj, se puso de pie, caminó hacia el panel
eléctrico; de súbito, a sus espaldas exclamaron: — ¡gusana, descará,
desfondá!— atónita, vio como una turba de mujeres la envolvía
gritándole improperios, Martha levantó los brazos diciendo: — ¡Soy la
CVP del parque, estoy enferma del corazón, por favor no me hagan
daño!—pero la porra, no pensaba ni escuchaba y la agredió.

La policía irrumpió para sacarla del tumulto, ella suplicaba que no la
maltrataran; pidió asistencia médica, se sentía mal; pero sus clamores
fueron apagados por obscenidades y exclamaciones de: — ¡pin, pon fuera,
abajo la gusanera!—tras esposarla, la metieron en el patrullero, rogó
que la escucharan, pero los guardias parecían sordos; la llevaron a la
unidad policial de 21 y C y la metieron en un calabozo. Reducida a la
oscuridad, el hedor de la ergástula y los bandazos de rejas, Martha
permanecía estupefacta; creyó que su corazón no aguantaría más; rompió
a llorar para desahogar su impotencia y pensó en su hijo, creyó no
verle jamás.

Horas más tarde los guardias trajeron a una muchacha. Martha permanecía
callada, sentía desconfianza; contradictoriamente la joven fue afable,
se identificó como una opositora al régimen, comentó que había sido
apresada por participar en una marcha pro-derechos humanos. Sollozando
Martha le relató su desgracia, enseguida la "chica sin nombre" se
solidarizó con ella, aferró sus manos a los barrotes, batuqueó las rejas
con todas sus fuerzas y comenzó a vocear. Los carceleros no hacían
caso, entonces, se quitó las ropas e intensificó los gritos— ¡asesinos,
asesinos, van a matar a una mujer inocente!— los guardias tuvieron que
atenderla, un oficial se trasladó al CDR, consultó a "los factores"
(chivatos), aproximadamente a las 5:00 PM y tras pedirle disculpas,
pusieron a Martha en libertad.

Martha me contó esta historia sentada en un salón del instituto
cardiovascular; esgrimiendo un montón de recetas confesó ignorar el
significado histórico del "10 de diciembre", sin embargo, la fecha quedó
grabada en su memoria, como el día que, las porras y los represores del
régimen, se atribuyeron el derecho de ser inhumanos.

http://www.cubanet.org/articulos/el-dia-de-los-derechos-inhumanos/

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